Antonio Ortuño autoparodia la vida del escritor en 'La vaga ambición': "Vivimos en una frustración permanente"

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Antonio Ortuño, ganador del Premio Ribera de Duero de narrativa breve con 'La Vaga ambición' (Páginas de Espuma), retrata con humor e ironía la vida del escritor Arturo Murray, en una autoparodia del oficio en el que los profesionales de las letras "viven en una frustración permanente".

"La escritura es una fuente constante de frustraciones: es difícil ser publicado, casi nadie se toma la molestia de leerte --muchas veces tus únicos lectores son familiares y amigos que están hartos--, hay gente profundamente infeliz porque piensa que debería estar más valorada de lo que está...es la cosa más fácil del mundo frustrarse", ha señalado en una entrevista con Europa Press el autor.

'La vaga ambición' resume en seis relatos la caída y resurreción de Murray --alter ego de Ortuño--, quien pasa del aislamiento y el ostracismo, acompañado de penurias económicas, a un éxito inesperado gracias a su participación en la escritura del guión de una popular serie de televisión.

El autor mexicano da forma de unidad a esta obra --que podría leerse como un relato cronológico--, si bien también cada uno tiene sentido para leerse de manera autónoma. El objetivo de Ortuño, siempre con el humor, es el de mostrar la "construcción del universo patético" del escritor, aunque con cierta distancia de su realidad.

"No quería que fuese un trabajo confesional, sí que aprovecha la experiencie personal pero la retuerce para crear una distancia. Yo he sido enemigo de la escritura sobre la escritura y tampoco he sido partidario de la metaficción: las confesiones son muy aburridas y te hacen relajar la pluma. Cuando hay gente que dice que la obra de Knausgard comienza a ponerse bien en el tercer libro después de 200 páginas, no lo entiendo", ha señalado.

LA LITERATURA 'PRESTIGIOSA'

Tampoco encontrará el lector referencias a grandes nombres de la literatura en 'La vaga ambición', salvo los de Búlgakov o Benjamin, además de citar a 'El Quijote'. "No quiero leer textos con nombres prestigiosos todo el rato y me esforcé en no hacerlo yo. Aquí no aparecen citas a un poeta neozelandés que nadie más conoce ni se habla de literatura como una actividad sublime y en términos casi místicos", ha defendido.

Ortuño ha calificado a su protagonista como un "superviviente", que espera que suceda un milagro para salir adelante --y sucederá--. "Es un kamikaze y un fatalista, pero no un resignado, porque hace muchas cosas", ha reiterado, tras aclarar que no hace falta saber si es un buen o mal escritor.

¿SERIES O NOVELAS EPISÓDICAS?

"Él lo duda y eso es bueno, que tenga que saltar a ciegas. Si estuviera convencido de su validez, no sufriría y sería casi un mártir", ha defendido. El escritor juega con el oficio de su personaje rompiendo la unidad del libro con el relato 'Provocación repugnante', supuestamente escrito por el propio Murray.

A pesar de esta visión un tanto pesimista de la literatura, Ortuño no cree que haya un final cercano para este arte. "La literatura no se va a morir, sencillamente mutan. Ahora todo el mundo habla de series de televisión, que a mi me recuerda a la ficción episódica del siglo XIX. Si lo miras así, habría una resurrección de las novelas por entregas", ha concluido.