regreso a barcelona con un exitoso álbum

Antonio Orozco vive su momento 'Diez'

El cantante actúa esta noche en el Sant Jordi Club

NÚRIA MARTORELL
BARCELONA

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Es un número redondo, como el momento que está viviendo: Diez, el último lanzamiento de Antonio Orozco, que le está granjeando solo buenas noticias y una intensa agenda que le trae de nuevo por Barcelona. «Estamos celebrando que ya es disco de oro y que además acabamos de publicar un álbum y DVD del concierto que ofrecí en el Liceu en octubre del 2011», explica, feliz. Diez ya lo presentó en el Palau Sant Jordi y en el Palau de la Música. Y la cita de esta noche será en el Sant Jordi Club.

«La grabación del Liceu la viví como el final de una etapa maravillosa, que me dio impulso para empezar otra mucho más grande. Una etapa que nace en Barcelona, y como me gusta decir: 'de L'Hospitalet al mundo'». Y aporta datos que corroboran sus palabras: «He sido número uno en las listas latinas, en el Billboard de Estados Unidos, y he estado 16 meses trabajando al otro lado del Atlántico consiguiendo grandes resultados, como mi primera actuación en Puerto Rico que fue sold out. Estoy muy orgulloso de haber elegido bien, de ese día en que decidí coger la guitarra y trabajar así de duro», suspira.

El autor de Devuélveme la vida (su mayor hit que compuso con 21 años) se congratula de que en 14 países sus canciones estén sonando con fuerza, «consiguiendo unas cifras, unos números, que ni en sueños».

Con Diez, explica que quiso «revisitar sus éxitos, pero sin concebirlo como un recopilatorio al uso. Es el primero que hago sin mi productor de siempre, Xavi Pérez. Pensé que el querer llevarme este trabajo al extranjero requería un cambio. De hecho, en mi repertorio una canción nunca ha pretendido imitar a la anterior, nunca he copiado fórmulas antiguas. Y elegí como productor al colombiano Andrés Saavedra, con quien grabamos en el Studio 606, el estudio que los Foo Fighters tienen en Los Ángeles, con unos músicos excepcionales», recuerda.

VOZ SOLIDARIA/ Orozco se refiere a Doug Emery (piano) y Dan Warner (guitarras), y a dos habituales del gran John Mayer: Aaron Sterling (batería) y Sean Hurley (bajo). Además, los arreglos de cuerdas los compuso, dirigió y grabó Davide Rossi (el arreglista de Coldplay), en Londres. Para el cantante, que quiso incluir una pieza inédita en el compacto (titulada Siempre imperfectos), «este disco es un homenaje, un gracias a los que me han escuchado todo este tiempo». Un tiempo que él ha aprovechado para involucrarse en causas solidarias: a sus 39 años es el presidente de la activa fundación Voces: «Para ayudar no siempre hace falta meterse las manos en los bolsillos, basta simplemente con querer hacerlo. Y quiero resaltar cómo Voces es capaz de luchar contra la pobreza con la fuerza transformadora del arte y la cultura».