El año de Pilarín Bayés

La entrada en la pequeña casa de Pilarín Bayés, en un tranquilo barrio de Vic (Osona), es una declaración de intenciones en toda regla. Los adultos que deseen visitarla deberán arrimar el hombro y agacharse para tocar el timbre, que está colocado a apenas un metro a ras del suelo. Las prioridades están más que marcadas. Primero, los niños. Así ha sido durante los 40 años de vida profesional de esta simpática y dicharachera artista, en la que sus dibujos han llegado a millones de niños de todos los rincones del mundo. Ha ilustrado más de 600 libros, traducidos a varios idiomas, ha dibujado carteles, artículos, calendarios y viñetas, ha hecho esculturas y cerámica y ha decorado ropas o cajas, entre otras muchas actividades. Vic, la ciudad que la vio nacer hace 70 años, en una convulsa posguerra, rinde ahora un sentido homenaje a toda su trayectoria, en el marco de un conjunto de actos englobados bajo el paraguas delAny Pilarín.

Uno de los puntos culminantes del programa tendrá lugar esta tarde, con la inauguración en el Museu de l'Art de la Pell de una exposición antológica de la artista.

La muestra consta de 100 originales ordenados por décadas, donde se recoge la evolución de Pilarín, tanto de la técnica como del estilo. La exposición está ambientada en el mundo del circo, una metáfora muy sugestiva de la vida personal y artística de la dibujante, siempre rodeada de personajes e historias para contar. Lejos quedan aquellos años cuando una niña enfermiza que vivía en la plaza de la catedral de Vic descubrió el placer de la pintura. Igual que su bisabuelo, Joaquim Vayreda, pintor y fundador de la escuela de paisaje de Olot.

«En aquella época de penurias, para dibujar utilizábamos los reversos de los sobres de propaganda o las esquelas», recuerda Pilarín. El momento «clave» en su trayectoria profesional, tal como ella misma lo califica, se sitúa en el 1964, cuando empezó a trabajar con la revistaCavall Fort, donde todavía hoy colabora. Allí asumió con devoción el eslogan de la publicación: «Amor y respeto por los niños que te van a leer».

El mismo año publica su primer libro,El meu pardal, con el apoyo de la pedagoga Marta Mata. Desde entonces no ha parado de dibujar. Y de recibir premios. La Creu de Sant Jordi, el Premi Serra d'or o la medalla de oro de la ciudad de Vic son algunos de los galardones con los que la han distinguido. Este último, que le concedió el ayuntamiento el pasado mes de abril, le hizo particular ilusión: «Cuando tus vecinos, que te conocen, que saben cuáles son tus defectos y tus carencias, te ofrecen esto, es algo muy especial».

TELEVISIÓN Y 'ONLINE' / La inauguración de la exposición coincide en el tiempo con otro de los proyectos estelares de la dibujante. El pasado sábado se estrenó en el canal infantil Super3 la serie de dibujos animadosL'illa del Far,con dibujos propios y guión de su hija, Marga Sala. La serie está destinada a niños en edad preescolar y consta de 13 episodios de 6 minutos cada uno.L'illa del Farapuesta por promover valores como la amistad, la convivencia o el respeto por la naturaleza y los animales. «Queríamos hacer algo diferente, sin patadas», cuenta orgullosa.

A sus 70 años, esta dibujante infatigable se resiste a abandonar sus queridos pinceles. Sin tiempo para el descanso, ya prepara la prolongación de la serie de televisión para el año próximo y las ilustraciones de un libro sobre los movimientos de la paz, que escribe Federico Mayor Zaragoza. Y una exposición en el Palau Robert de Barcelona, un programa deEl convidatcon Albert Om, unas aplicaciones paratabletsde un libro de historias para niños, su nueva página web. Y sigue, y sigue...