entrevista CON LA DIRECTORA DE 'Cumbres borrascosas'

Andrea Arnold: «Mi versión no es un corte de mangas, no soy Sid Vicious»

NANDO SALVÀ / Madrid

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La directora británica se ha alejado del realismo social para ofrecernos la versión más radical deCumbres borrascosasque se recuerda.

SEnDCumbres borrascosases una novela universalmente venerada. ¿Cuánto le pesó la presión?

-Si hubiera cargado con las expectativas de todo el mundo no me podría haber movido. Me fié del amor que siempre he sentido por el libro. Cuando me enteré de que existía el proyecto y que había otro director al frente sentí unos celos enormes. Cuando ese director abandonó el proyecto y me lo ofrecieron a mí, dije que sí inmediatamente, sin entender el tipo de reto al que me enfrentaría. Ese libro es una bestia.

-¿Qué lo hace tan especial?

-Que la intención de Emily Brontë cuando lo escribió era que nadie lo leyera nunca. Yo creo todos los escritores y cineastas deberían crear con esa idea. Pensar en que alguien te va a juzgar te impide ser libre. Brontë dejó que su imaginación volara en un tiempo y lugar en el que eso no le estaba permitido, así que el libro está cargado de deseos, y sexo, y violencia.

-La novela ha sido adaptada al cine muchas veces antes. ¿Trató deliberadamente de alejarse de esas versiones previas?

-Mi película no es un corte de manga, no soy Sid Vicious. De hecho, no he visto esas versiones previas, solo vi la versión de Laurence Olivier cuando tenía 8 años. Y tuvo un enorme efecto en mí. Creí entenderla muy bien.

-¿Por qué decidió poner el enfoque en Heathcliff?

-No podía dejar de preguntarme cómo había llegado a ser un personaje tan cruel y vengativo. Me obsesionan los motivos por los que las personas se acaban convirtiendo en quienes son. Si tratas a alguien de forma brutal cuando es joven, ¿cómo esperas que se comporte cuando es adulto? Ese es un tema habitual de mi cine. Además, creo que Brontë volcó mucho de sí misma en Heathcliff.

-¿Cómo lo sabe?

-Heathcliff es un personaje andrógino, no es un hombre fálico. Además, su condición marginal es una expresión de la propia marginalidad de Bronte. Ella era una mujer muy aislada, se sentía diferente de su mundo.

-El agreste paisaje es un personaje más de la película. No debió de resultar fácil rodar allí.

-Estaba todo tan embarrado que los pies se nos hundían al caminar. Rodábamos en una casa que no paraba de inundarse, comíamos acurrucados alrededor de una estufa en un establo. La última semana, mientras subía una colina, me fallaron las piernas y caí de rodillas, y rompí a llorar. En todo caso, siento que trabajo mejor en situaciones de adversidad. Hacen que me sienta útil.

-Ha comentado que, entre todas sus películas, esta es la que le provoca más inseguridad, ¿por qué?

-Por lo mucho que me impone el libro. He estado en compañía de ella durante mucho tiempo, y lidiar con tanta brutalidad y crueldad puede tener un impacto en cómo te sientes. Al acabarla sentí un enorme alivio. Si ahora la empezara otra vez, probablemente sería muy distinta.