tú y yo somos tres

La amiga más entrañable

FERRAN MONEGAL

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Conocida en los ambientes políticos y periodísticos de la Villa y Corte como La reina bis, el caso de la princesa Corinna -ahora relacionada también con el caso Urdangarin- ha entrado de lleno en el mundo del cotilleo televisivo. Exclamaba Jorge Javier Vázquez en el Deluxe (T-5) después de pasarnos una cumplida selección de imágenes de archivo de esta criatura en calidad de acompañante del Rey: «¡Se ha levantado la veda!». Efectivamente. Desde Peñafiel a María Patiño, pasando por Antonio Montero o Leandro de Borbón Jr. (hijo del pintoresco bastardo regio Leandro de Borbón y Ruiz Moragas), se esmeraban en dibujarnos sin ningún tipo de inhibición la regia relación de esta espectacular criatura. Decían: «Pasaron unos días en una estación de esquí de Suiza, el Rey, Corinna y su hijo, y parecían una familia /.../ De todas las amigas entrañables del Rey, Corinna es la más entrañable /.../ En unas declaraciones al New York Times, Corinna se ha referido al Rey como 'mi tesoro'». Y así mucho rato, con no poco recochineo. Pero fue María Patiño quien, en un momento dado, elevó el aparente tema de las faldas y las regias diversiones a una categoría superior, expresando en voz alta preguntas muy oportunas: «¿Qué cargos, y qué encargos, desarrollaba esta señora en nombre de España? ¿Qué tratamiento recibía por parte de autoridades, escoltas y policía? ¿Qué privilegios tenía?». Este es el tema, en efecto, que atañe a todo un país y que debería tener respuesta y transparencia política. Pero aquí lo que se supone que va a pasar, como tantas veces ha ocurrido, lo sintetizó perfectamente Montero. Dijo: «Sobre este asunto la verdad no es soportable. Si lo explican, tendrán que mentir». ¡Ahh! Pues la próxima vez que los señores del Gobierno, y los diputados del Congreso, hagan otro simulacro de debate del estado de la nación, procuren cambiarle el nombre para evitar el bochorno. Pónganle debate del estado de la mentira. Es más justo.

MOTA .- Hay preocupación en Tele 5 por cómo está llevando José Mota su programa. Ya sabemos que su humor rara vez es satírico, pero desde que ha salido de TVE y ha aterrizado en T-5 sus gags y sketchs son más blandos y ñoños que nunca. Una cosa es no morder, ni ser vitriólico, y otra es acabar fabricando aguachirri de botijo. No llega ni a sifón ni a gaseosa. Cada nueva entrega pierde el poco gas que tenía. Aburre.