Fernando Alfaro y Joaquín Pascual, juntos otra vez

Los ex Surfin¿ Bichos presentaron en Music Hall sus respectivos nuevos discos y, de paso, se reunieron para un tema

Fernando Alfaro

Fernando Alfaro / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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La noche del viernes, un privilegio para fans de Surfin’ Bichos en Music Hall: Fernando Alfaro y Joaquín Pascual, exmiembros del irrepetible grupo, compartiendo una noche en la que presentarían sus respectivos nuevos discos en solitario. Y de regalo, se prometía final sorpresa. Dada la amistad irrompible entre ambos músicos, tampoco fue sorpresa, pero alegrar alegró.

Joaquín Pascual presentó, con banda, ‘Una nueva psicodelia’ (2015), disco cargado de sintetizadores que en directo ganó por momentos empuje rock: véase el cataclismo final de ‘Te lo pinto lunático’. Enfocado sobre todo al último repertorio, su pase fue una demostración tanto de intuición melódica como de agradecible interés por la hipnosis y el embrujo rítmicos. Entre lo mejor: el dub-reggae de ‘Maridos’, la planeadora e hipnótica ‘El misionero’ o ‘Rick y Rachael’, tributo en clave dreampop a la pareja de amantes de ‘Blade runner’.

'SAINT-MALO'

Por su parte, Alfaro traía consigo el disco, quizá, más vitalista en que nunca haya estado involucrado, con permiso del ‘Tejido de felicidad’ de Chucho. Pero quiso empezar por una canción sobre la cercanía con la muerte como ‘Extintor de infiernos’, de ‘La vida es extraña y rara’ (2011), su anterior disco en solitario.

La circunspección duró poco y enseguida arrancó el viaje de ‘Saint-Malo’ (2015): la ruidosa ‘Arrancando las vías’, la airada ‘Se aniquila piso’ (en el Born, para más señas) y ‘El ascensor de Herodes’ (“esta canción es para joder a Herodes”) caldearon el ambiente a base de energía agresivamente positiva. Para acabar de ganarse al público, Alfaro y su banda retomaron “Mi hermano carnal’, clásico de Surfin’ Bichos. No fue el único: en el bis sonaron ‘Comida china y subfusiles’ y, mano a mano con Pascual, de eso iba la sorpresa, un colosal ‘Fuerte!’. Sonó súper fuerte.

Antes de la mini-reunión, Alfaro había recuperado temas de Chucho (‘El detonador EMX-3’, ‘Magic’, ‘La mente del monstruo’), pero su actuación tuvo bastante menos de regresión nostálgica que de exhibición de relevancia: la folk-rock ‘Tempus fugit’, el vals pop ‘Bonita fiesta, ¿verdad?’, la preciosa ‘Saariselkä stroll’ o ‘La luna aplastada’, anoche aplastante con ayuda de su nueva banda, hablan de un artista en gran estado de forma. Casi más joven que de joven.

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