Aleksandar Hemon: "Trump y su gente son asesinos en potencia"

El escritor norteamericano de origen bosnio publica su novela 'Cómo se hizo la guerra de zombies' con un nuevo registro cómico

Aleksandar Hemon.

Aleksandar Hemon. / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alecksandar Hemon aterrizó en Chicago en 1991 desde su Sarajevo natal, poco antes del estallido de la guerra hace ahora 25 años, cuando era un simple estudiante con beca. No regresó. El bosnio acabó escribiendo en un inglés prodigioso (cuando llegó su nuevo idioma dejaba mucho que desear) magníficas novelas de espíritu europeo y talante norteamericano. Su nuevo libro, 'Cómo se hizo la guerra de los zombies' (Asteroide) es un golpe de timón que dejará descolocados a sus seguidores. La gravedad de Hemon se ha vuelto pura farsa gracias a un fracasado profesor friki que intenta escribir un guion de terror mientras huye de una situación embarazosa en forma de marido cabreado. No hay que despistarse, en realidad el autor sigue hablando de lo de siempre, del extranjero desclasado. ¿Un zombie? ¿Por qué no?

¿Hubo alguna experiencia en su vida que desencadenase este libro? Hace unos 20 años, yo daba clases de inglés como segunda lengua a estudiantes rusos en Estados Unidos. Una de mis alumnas, Lyudmila se llamaba, una chica atractiva y muy sexi, quiso ligar conmigo en clase y en un momento dado, se acercó a mí, y me pidió que le pusiera la mano en el pecho para sentir lo muy fuerte que le palpitaba el corazón. Estuve tentado pero decliné la oferta. Pensé a tiempo que era mi alumna, que estaba casada (y su marido se encontraba en la clase de al lado), que tenía un niño de 10 años y que yo estaba al comienzo de una relación con la que acabaría convirtiéndose en mi primera esposa.

Ese pequeño asunto le marcó. Sí, durante años seguí pensando en lo que habría podido ocurrir. Qué problemas logísticos tendríamos que haber solventado, qué hubiera pasado si finalmente el marido se hubiera enterado… Como escritor suelo inventarme vidas alternativas que suplan las aventuras que no tuve.

 El protagonista, es un hombre sin cualidades, un personaje con el que resulta difícil identificarse. ¿Por qué lo quiso así? Todo hombre tiene cualidades. Además, ¿por qué identificarse con un personaje es tan importante? ¿Debemos identificarnos con la Mona Lisa? ¿Con Humbert Humbert? ¿O con Vicent en Pulp Fiction? No pasa nada si el libro no trata sobre ti. El resto del mundo también es interesante.

¿Tiene alguna teoría de por qué el apocalipsis zombie se ha convertido en una de las grandes fantasías colectivas estadounidenses? Es el miedo a las masas, combinado con la obsesión por la muerte. Originalmente, en la mitología del Caribe, las personas se convirtieron en zombies a través de la magia vudú. En la película de Jacquez Tourneur ‘Yo anduve con un zombie’, el zombie es una mujer, tan seductora como el vampiro. Todo eso cambió en las películas de George A. Romero que reconfiguraron el mito, de modo que los zombies se convirtieron en una masa voraz, con un poder que emana de lo numerosos que son y del hecho de que no se detengan nunca.

Usted le da al mito un nuevo cariz político. En el imaginario estadounidense los zombies encarnan el miedo burgués a las masas impulsadas por los movimientos contra la guerra y a favor de los derechos civiles. Desde el  11S los zombies han disfrutado de un renacimiento porque Estados Unidos teme a las masas de extranjeros que están deseando entrar para tener lo que ellos tienen. Los extranjeros son imaginados como carentes de vida interior, humanidad o personalidad. Según este temor, sus intereses sociales y culturales se centran en una ardiente necesidad de devorar y destruir lo que tenemos. Esa es la forma en la que Trump habla de los mexicanos y los musulmanes.

¿Los emigrantes son percibidos zombies? El lado positivo de los zombies es que como están muertos se pueden seguir matando indefinidamente. No tienen vida para ser destruidos y por tanto no se pueden considerar víctimas, lo que quiere decir que nunca seremos asesinos. Esto no es muy diferente a la propaganda de Estados Unidos con respecto a nuestros enemigos fanáticos, cuyas mentes y cuerpos han sido infectados por el virus de la ideología equivocada. No son humanos, por lo que no pueden sufrir, o sea que puedes seguir matándoles y torturándoles.

Después de un libro con experiencias tan duras como ‘La historia de mis vidas’ sorprende que éste sea tan divertido. ¿A qué obedece? Bueno, había partes divertidas en 'El libro de mi vida', como los hay en otros libros míos. Pero quería organizar una novela en torno al principio de la diversión, quería escribir una comedia. Y he descubierto que la comedia es lo más difícil, lo más arriesgado, ya que si el lector no lo encuentra divertido el texto puede acabar muerto, o más bien acabar no-muerto, como un zombie. Me di cuenta de que la conexión  debe ser instantánea, que si  la broma no funciona la primera vez, no puedes volver sobre ella. Yo quería lanzarme a ese riesgo.

Se diría que el gran tema de casi todos sus libros, reflejado más o menos directamente, es haber escapado a la guerra de Bosnia. ¿Es así? No es un tema, es un hecho en mi vida. El más importante, y el que ha determinado los resultados de tantas cosas. Lo que quiere decir que a pesar de haber escapado a las miserias militares sigo viviendo con ese sentimiento de culpa todos los días. Todo lo que sé de la vida y de la gente, todo lo que escribo surge del hecho de que me fui. 

Sin embargo, pese a la diversión el sentido profundo del libro tiene un corazón amargo. Es fácil pensar también en la actual crisis de los refugiados y su despersonalización. Empecé a escribirlo mucho antes de la actual crisis de los refugiados. Pero en el mundo occidental ha existido siempre un sentimientoantirefugiados cargado de racismo. Recuerdo lo que les ocurrió a los bosnios en los 90. Y recuerdo la intolerancia contra los musulmanes, incluso antes del 11-S. Y el odio contra la gente de color, contra el otro, ha formado parte de la cultura occidental durante siglos. La crisis de los refugiados no es nada nuevo. Lo que es nuevo es que el odio a los refugiados y los extranjeros se ha convertido no solo en la corriente principal, sino una opción política ganadora.

¿Qué pasa por su cabeza cuando oye a Donald Trump cargar contra los emigrantes? Trump y su gente son asesinos en potencia. El suyo es un tipo de discurso que puede acabar con asesinatos en masa patrocinados por el gobierno. Pero también es cierto que lo que está diciendo Trump en el fondo es  lo que mucha gente de la derecha estadounidense ha estado repitiendo desde el 11-S. El  partido republicano siempre ha dicho cosas parecidas, expresadas de forma distinta. Trump es un síntoma no la enfermedad.

¿Cree que existe una posibilidad real de que llegue a presidente? Claro  que puede convertirse en presidente. Pero incluso si no llega a serlo, él y sus seguidores alimentarán un entorno lleno de odio y violencia.