Llamadores de ángeles

ALBERT ESPINOSA

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Artículo 497. El otro día cerca de Polignano a Mare fui con una amiga a comprar un 'souvenir' para su madre. Pero en el camino hacía un puesto callejero nos tropezamos con una pareja muy sonriente que rondaba los 90 años. Él caminaba encorvado bastantes grados hacia la izquierda y ella le seguía a poca distancia encorvada hacia el mismo lado. Era como si la pasión y la unión que sentían se hubiera desarrollado hasta sus andares.  

Mi amiga acabó comprando un llamador de ángeles, que no deja de ser una bola de metal que emite un sonido y que según la leyenda hace que se te aparezca un ángel. Justo cuando ya nos habíamos marchado, yo quise volver a comprar otro. Y fue entonces cuando pasó… Casi os lo cuento después de lo mejor de la semana.

Tercer  puesto. Acadèmia 1750. Festival de Torroella de Montgrí. Giuliano Carmignola y el resto de la academia encontraron unos sonidos tan bellos que cada interpretación de esta formación musical barroca te llevaba a solucionar problemas internos.

Segundo lugar. Bryan Hymel. Festival de Peralada. El tenor logró junto a su mujer Irina Kyriakidou inspirarnos la pasión que sienten el uno por el otro. Fue genial verlos observarse sus voces y desearse suerte.

Primera posición. Ezio Bosso. Festival de Peralada. Esa brutal mezcla entre conferencia y música es terapéutica. Hasta las cigüeñas crujieron de felicidad ante tanta lucha y tanta verdad.

Y cuando volvimos a comprar el segundo llamador de ángeles, la dueña del puesto callejero se alegró de vernos porque nos dijo que nos habíamos dejado el móvil cuando compramos el primero. Y allá estaba el móvil, al lado de los llamadores. Mucha gente de la tienda dijo que aquello había sido obra del llamador de ángeles.

Y de repente volvió a pasar la pareja encorvada y diría que estaban encorvados hacia otra dirección y con otro ángulo. Eso sí, seguían sonriendo y inclinados a la par. Ahí si que había ángel. ¡Feliz domingo!