entrevista con el director de '9 meses... de condena'

Albert Dupontel: "Los cineastas franceses no saben manejar la cámara"

Albert Dupontel, durante el rodaje de '9 meses... de condena'.

Albert Dupontel, durante el rodaje de '9 meses... de condena'.

NANDO SALVÀ

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Como actor, Albert Dupontel ha trabajado en algunos títulos esenciales del cine francés moderno, como 'Un héroe muy discreto' (1996), 'Las confesiones del Doctor Sachs' (1999) e 'Irreversible' (2002). Como director, hoy estrena en España su quinta película, '9 meses… de condena''tras lograr con ella un gran éxito comercial en Francia, incluidos dos premios Cesar a la mejor actriz (Sandrine Kiberlain) y mejor guion.

-En su película los gags se suceden pero aun así usted dice que no la considera una comedia. ¿Por qué?

-Yo la definiría como un drama cómico. En Francia, el término comedia ha adquirido connotaciones peyorativas, suele considerarse algo benigno, algo familiar, y mi película no lo es. ¿Una jueza que descubre que un criminal la ha dejado embarazada? No es divertido. El punto de partida de mis películas nunca es divertido. Creo que la historia que 9 meses… de condena cuenta no es cómica sino muy emotiva. Yo lloré al escribirla.

-¿Y por qué sintió la necesidad de añadirle todos esos momentos de humor?

-Quisiera ser capaz de contar historias sociales como las cuenta Ken Loach, pero no me sale, así que acabo poniéndome una nariz de payaso. No estoy tratando de compararme, pero Chaplin era un maestro haciendo eso mismo. El chico y Luces de la ciudad son historias muy tristes, pero cuando él las cuenta son divertidas. Yo intento lo mismo, y mucha gente me critica por eso. Cuando estrené Bernie, mi primera película, me mandaban mensajes al móvil llamándome nazi y diciendo que tenía un sentido del humor enfermo.

-¿En qué medida quiso usar ese humor para criticar el sistema judicial francés?

-Es solo un apunte, un telón de fondo. La película podría haber transcurrido en el mundo de la policía o en alguna otra institución. Al fin y al cabo, ninguna de ellas funciona bien. Lo importante para mí era introducir elementos relacionados con el mundo en el que vivimos, y captar lo que yo llamo la peur de vivre, el miedo a vivir, que es algo que todos sentimos en nuestro tiempo.

-¿Es cierto que inicialmente iba a rodar la película en inglés con Emma Thompson?

-Mi amigo Terry Gilliam me dijo que un fracaso en inglés es más ventajoso que un éxito en francés, y tiene razón. Es triste para nuestra cultura, pero es así. Emma y yo nos conocimos en Londres, incluso empezamos a ensayar un poco, pero luego me vi en medio de todo un entramado de abogados y burocracia, sentí que todo se complicaba demasiado y que iba a perder mi libertad. Así que preferí no seguir por ese camino.

-Sobre todo tratándose de una comedia, 9 meses… de condena es una película muy estilizada.

-Me gusta experimentar con la cámara. Me siento muy cómodo haciéndolo. Al principio del rodaje le dije a mi productor: «Si esta película es un fracaso, la siguiente la puedo rodar con mi iPhone, no te preocupes». Hay muchas maneras de contar una historia con una cámara. Por eso odio a la Nouvelle Vague.

-¿Lo dice en serio?

-Sí, eran muy pobres visualmente. Truffaut, por ejemplo, no sabía cómo rodar. Godard sí sabía, pero el resto no. Y eso ha sido un legado terrible para el cine francés, porque los cineastas franceses actuales en general no saben manejar la cámara. Cuando veo el cine de Hitchcock, o el de los hermanos Coen, siento envidia. Y me encanta cómo rueda Álex de la Iglesia. Soy fan de Crimen ferpecto. En manos de Álex, la cámara es como un lápiz.

-Señor Dupontel, ¿es usted un actor que a veces dirige o un director que a veces actúa?

-No quiero catalogarme ni como lo uno ni como lo otro, porque si pienso en ello me doy cuenta de que no soy bueno ni delante ni detrás de la cámara. Como director hago lo que puedo, y como actor intento involucrarme en proyectos interesantes. Pero se hacen muy pocas películas buenas. La cultura francesa está herida.