UN TALENTO DE LA COMPAÑÍA PROPELLER

En el bosque animado

Dugald Bruce-Lockhart triunfa en el Teatre Akadèmia con 'Com us plagui', de Shakespeare

Un maestro  8 Bruce-Lockhart, en el Teatre Akadèmia.

Un maestro 8 Bruce-Lockhart, en el Teatre Akadèmia.

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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El bosque de Arden, al que William Shakespeare envió a sus personajes de As you like para que se encontraran a sí mismos y se despojaran de las mezquindades de la corte, se ha instalado en el Teatre Akadèmia para disfrute de la platea. Una comedia de enredos amorosos, poder y traiciones, con la naturaleza como elemento liberador. Bajo el título Com us plagui (Al vostre gust), el espléndido montaje -un delicioso ejercicio de frescura y talento- es fruto del trabajo del director británico Dugald Bruce-Lockhart, miembro de la prestigiosa compañía Propeller, formada exclusivamente, como en época del bardo, por actores masculinos.

En Com us plagui, ha sacado todo el brillo a un joven y mixto elenco catalán (con algunos más veteranos como Mingo Ràfols y Jacob Torres). No conocía la obra, dice, pero le ha salido redonda. El espíritu de Propeller invade la pequeña sala del Eixample, muy apreciada por Bruce-Lockhart por el juego que le permite su balconada, como se vio con Romeu i Julieta, su primer montaje catalán, surgido tras los talleres impartidos en el Akadèmia. Fue el inicio de una gran amistad -y un regalo para el teatro de la ciudad-, pues el director anuncia su deseo de repetir estancia en próximos años. «Estamos hablando de nuevos proyectos con Mercè [Managuerra, la directora de la sala]». Ya empieza a manejarse en catalán, y está encantado de dirigir a la compañía del Akadèmia. «Son unos actores muy buenos, brillantes», asegura, y se congratula de haber descubierto una joya, Núria Deulofeu, que asume con la maestría de una veterana el papel protagónico de la joven Rosalinda. "Hace un trabajo impresionante. La descubrí en un taller».

Jugar en escena

Detrás de tanto diamante pulido hay, eso sí, mucha exigencia. «Nos hace trabajar mucho, es duro», replican los actores, que ensayaron durante cinco semanas bajo la experta batuta del actor y director asociado de Propeller. Encontrar el ritmo de la prosa (cuya traducción firma Miquel Desclot) fue la mayor dificultad. Trabajo en grupo y nada de egos -«es de idiotas querer competir»-, propugna. Fue él quien pidió a una de las actrices, Carol Rovira, también clarinetista, que compusiera la música, uno de los ingredientes esenciales de la puesta en escena. Así eran las comedias del bardo -festivas, con canciones y mucho ritmo- y así son las producciones de Propeller, que volverá en el 2016 a Temporada Alta con un maratón de cinco obras del genio de Stratford.

Sostiene Bruce-Lockhart que una de las claves para lograr esa autenticidad y frescura que destila la obra es saltar a escena a jugar. Filosofía Propeller y cruyfista. «Los actores deben salir a jugar y divertirse, así se divertirá también el público. Si algo va mal, no pasa nada, no son soldados que estén arriesgando la vida, lo importante es tener coraje y seguir adelante».

Tan satisfecho ha quedado el director con el montaje que reitera la necesidad de que salga de gira. «Debe de verse en otros sitios de Catalunya, por el resto de España y hasta por Francia y Gran Bretaña. En catalán y con sobretítulos».