Ailey II, un chute de energía y sensualidad

Una bocanada de aire fresco. La joven compañía Ailey II, creada por el referencial Alvin Ayley para dar continuidad a su reivindicativo y afroamericano concepto del ballet, llegó casi de puntillas a Peralada. Dos horas después de arrasar en el Auditori del castillo, las coreografías presentadas en su espectáculo quedaron en la retina como uno de los más estimulantes hitos de la programación del clásico del verano. La contagiosa energía y la sensual expresividad del lenguaje corporal de estos atléticos y elásticos bailarines al servicio de la fusión con las músicas de raíz negra y de las nuevas creaciones del otro lado del Atlántico, acabaron levantando al público de sus asientos.

Con los cuerpos entrenados para desarrollar movimientos imposibles, el baile de estos singulares artistas fluye con una asombrosa naturalidad. En ‘Revelations’, la creación de danza moderna más representada de la historia desde su estreno en 1960, el ritmo, la pasión y la espiritualidad del góspel y el blues encontraron su correspondencia perfecta con los agitados bailes de la docena de componentes de la compañía. Los espectadores acabaron sumándose a la celebración batiendo palmas y coreando algunos pasajes de la obra, como si estuvieran participando del culto de alguna iglesia baptista.

Las vibrantes composiciones de este siempre vigente clásico que cerró la velada no consiguieron borrar, sin embargo, el impacto de las más recientes creaciones estrenadas por la Ailey II. La jazzística, subversiva  y sensual ‘In &Out’ de Jean Emile, coreógrafo de la compañía afincado en Barcelona, abrió el fuego de una noche memorable con ocho bailarines en danza alternándose en vistosas composiciones. 

AUDIENCIA ENTREGADA

Pero una de las propuestas más aclamadas fue ‘Gémeos’, coreografía de Jamar Roberts interpretada a dúo por Lloyd A. Boyd III y un impresionante Gabriel Hyman. La escenificación de la dialéctica y el enfrentamiento entre hermanos en una atmósfera de cultura tribal afro alentada por la música de Fela Kuti, dejó instantes memorables. El rico juego entre el despliegue físico y la sinuosidad de los ondulantes movimientos cautivó a una entregada audiencia.

‘Something tangible’, de Ray Mercer, uno de los coreógrafos de moda en Broadway, sirvió para mostrar la versatilidad de unos intérpretes enfrascados, parando o acelerando el tempo, en mostrar en un coordinado ejercicio colectivo las emociones que colorean el espíritu humano. El amor, la pasión, el miedo y las dudas aparecen expuestos en fascinantes combinaciones bailadas al ritmo de la banda original de Bongi Duma y de diferentes músicos. Espectacular.