La presidenta emérita del Moma recuerda lo duro que fue la partida del 'Guernica'

Presidenta emérita del Museum of Modern Art (Moma) y "filántropa a tiempo completo", la norteamericana Agnes Gund es partidaria de que los niños aprendan arte desde pequeños, de la misma manera que adquieren el conocimiento de una lengua, para que pronto sepan del valor de esta manifestación humana. Lo ha explicado este jueves en un encuentro con periodistas antes de pronunciar, en CaixaForum, una conferencia sobre los 'Placeres y aventuras de coleccionar y donar arte'.

Desde hace 45 años, Gund es la fundadora y presidenta de la organización Studio in a School (Taller en la escuela), que creó como respuesta a los recortes presupuestarios que prácticamente suprimían las clases de arte en las escuelas públicas de Nueva York. Con este programa, presente en más de 170 centros, contribuye a que los más jóvenes se familiaricen con el arte y ofrece, también, formación profesional para los docentes. Desde que está en marcha, más de 800.000 alumnos han recibido clases impartidas por más de 650 artistas visuales y próximamente el programa se extenderá a todo el país.

Es hija de George Gund, presidente del Banco Cleveland Trust Company y gran coleccionista, y fue presidenta del patronato del Moma entre 1991 y 2002. Hoy, a sus 78 años, sigue activa impulsando el mecenazgo y buscando nuevos artistas. Posee una colección de más de 2.000 obras de arte moderno y contemporáneo "porque no podía coleccionar los dibujos de los grandes maestros", apunta a la vez que se muestra contundente al afirmar que el Prado es su museo favorito. Para el MNAC también hay elogios, le encantan "esos frescos salvados de pequeñas capillas y que ahora puede disfrutar todo el mundo".

UN ESPEJO DE GAUDÍ

Aunque en su testamento reparte sus fondos de artistas consagrados,  como Louise Bourgeois, Roy Lichtenstein, Sol LeWitt y Mark Rothko entre el Cleveland y el MoMA, resalta que su centro favorito en Estados Unidos es la Frick Collection de Nueva York, con "cuadros maravillosos de El Greco y Velázquez". Lo dice una mujer que se despierta en una habitación en la que hay colgado un espejo enmarcado por Antoni Gaudí y que es amiga de Jasper Johns y de los grandes marchantes desde hace décadas.

Gund es partidaria de que no se construyan "tantos nuevos museos" y que se muestren "en préstamo" muchas de las piezas que se guardan en las reservas. En su disertación, Gund, no ha escondido cómo vivió la marcha del 'Guernica' de Picasso en 1981. Fue una noche "durísima" porque ese cuadro "era una piedra angular del Moma, con gente que venía expresamente para verlo, pero, a la vez, debía volver a España".