Foro de opinión Primera Plan@

Adrià: «Tenemos que apostar por la innovación»

El cocinero desgrana los 3 pilares de la fundación de El Bulli antes de presentar el proyecto en Norteamérica

Ferran Adrià, ayer durante su charla en el foro Primera Plan@.

Ferran Adrià, ayer durante su charla en el foro Primera Plan@.

FERRAN IMEDIO / CARMEN MUÑOZ
BARCELONA

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La presentación en sociedad de los tres pilares de la Fundación de El Bulli que hizo ayer Ferran Adrià fue un alegato a favor de la creatividad y la innovación, la misma que le ha llevado a ser un referente mundial dentro y fuera de la cocina. Antes de viajar a Seattle, Vancouver, Toronto, Nueva York y Chicago para presentar su gran proyecto, el chef dio las claves del plan a destacados miembros de la sociedad civil catalana durante un desayuno en el Hotel Juan Carlos I celebrado en el marco del foro Primera Plan@ de EL PERIÓDICO. Su discurso fue inspirador, estimulante, a menudo crítico, a ratos provocador.

«Hay que ser valientes y preguntarse el por qué de las cosas -propuso-. Tenemos que apostar por la creatividad y la innovación porque tenemos un talento brutal en este país para innovar. Pero nos falla el sistema. Hay que saber a dónde vamos, confiar en la innovación y la investigación». Y a partir de ahí fue desgranando su manera de abordar el reto de ir más allá -y los problemas que encierra al mismo tiempo el hecho de querer ser un pionero-.

Él se presta a aportar su granito de arena en este campo, en el que ya demostró de sobras que sabe hacerlo: cuando estaba al frente del restaurante cambiaba cada año de carta y se reinventó «siete u ocho veces». Y ya lo está haciendo ahora tras convertirlo en una fundación que pretende ser un referente de la vanguardia creativa durante las próximas décadas, más allá de su figura.

De momento, lo está logrando a través de colaboraciones con instituciones de prestigio internacional como las escuelas de negocio de medio mundo (Berkeley, Harvard, Esade, London Business School…), que han aportado ideas para mejorar la suya de manera gratuita «porque es un proyecto único». «Esas aportaciones están valoradas en unos 12 millones de euros», subrayó el chef, que cree que si hubiera más inversiones en I+D el bienestar de la sociedad mejoraría. En el caso de Catalunya, «apostando fuerte por lo que sabemos hacer bien, como la lucha contra el cáncer o la gastronomía».

UN MUSEO CON NUEVAS TECNOLOGÍAS / La primera pata de la fundación es El Bulli 1846, que será un museo-laboratorio donde se estudiará el proceso creativo, la eficiencia y la innovación «no solo culinaria». Se recorrerá como si fuera una película, tendrá un «lenguaje claro» y estará apoyado en nuevas tecnologías como las gafas inteligentes. Se ubicará en el espacio ampliado del antiguo restaurante en Cala Montjoi, en unos 4.500 metros cuadrados, la mayoría soterrados para minimizar el impacto medioambiental. Abrirá en el 2016.

Adrià, que tuvo un recuerdo para nuestro compañero Marc Marginedas, liberado la semana pasada tras casi medio año secuestrado en Siria, aportó interesantes reflexiones sobre el proceso creativo, cuyos protagonistas pueden ser un diseñador o un carnicero. «Creatividad es buscarse la vida», resumió. El cocinero lamentó que no haya empresas que auditen los proyectos creativos y de innovación, algo para él inexplicable dadas las elevadas inversiones que suelen hacerse en este campo.

CALENDARIOS DE TRABAJO DISTINTOS / También planteó calendarios de trabajo distintos. «En El Bulli trabajábamos 10 días seguidos y librábamos los cuatro siguientes; así no estábamos pensando en el fin de semana que teníamos por delante ni comentábamos el que acabábamos de hacer», mencionó a modo de ejemplo que puede trasladarse a otras empresas porque «dobla la eficiencia del proceso creativo».

El complejo de El Bulli 1846 acogerá a un equipo de 40 personas que conformarán la segunda pata de la fundación, El Bulli DNA. Estos profesionales (no solo chefs, también arquitectos, diseñadores…) estarán trabajando durante 8 meses al año y sus hallazgos se irán colgando en internet. Adrià planteó incluso la posibilidad de que se creen sucursales de El Bulli DNA por todo el planeta. Y, aunque no lo dijo, abrirá 20 días al año como restaurante; la mitad de las mesas se sortearán en internet y la otra mitad se venderán para generar ingresos para la fundación.

TRANSPARENCIA Y CONSENSO POLÍTICO / La Bullipedia, tercera pata del proyecto, pretende poner un orden basado en la calidad en las consultas que a su juicio no hace Google. Este proyecto, que ya cuenta con un espacio en la calle de Mèxic de Barcelona, pretende decodificar el genoma de la gastronomía y mejorar los motores de búsqueda relacionados con la cocina. Aliado con la Universitat de Barcelona, el equipo de El Bulli encargado de realizar esta «taxonomía del genoma de la cocina» estará compuesto por unas 80-90 personas.

El edificio que albegará El Bulli 1846 y El Bulli DNA en Cala

Montjoi, en el parque nacional del Cap de Creus, busca el máximo consenso político («cené con todos los líderes», confesó); y parece que lo va a tener, ya que se está ultimando un proyecto de ley exprés ad hoc para convertirlo en bien de interés público. Adrià cree que un parque natural debe albergar actividades culturales como la que él propone, «siempre que sean sostenibles». Y en eso andan con el estrecho marcaje de los ecologistas. El genio de L'Hospitalet, feliz de que su iniciativa cuente ya con donaciones privadas «importantes» -ha logrado casi seis millones entre la subasta de la bodega del restaurante y las cenas para magnates en la última etapa de El Bulli- , prometió que todos los pasos serán «transparentes» y subrayó por activa y por pasiva que el proyecto será «de todos y para todos» porque tendrá titularidad pública. «Hemos puesto el 90% de nuestro patrimonio familiar en la fundación, que acabará siendo para el país. Si esto no es un proyecto social y de izquierdas, no sé qué puede serlo».

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