CONFLICTO LABORAL

El acomodador incomodado

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NANDO CRUZ / BARCELONA

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Algunos de los acomodadores que trabajan en L'Auditori son estudiantes de la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc). Entran en la bolsa de trabajo que gestiona la empresa Manpower y trabajan subcontratados, de modo que, además de ganar algo de dinero, tienen la oportunidad de escuchar a reputadas orquestas. El acomodador-músico es un habitual en L'Auditori. Lo que no es nada habitual es lo que le ha sucedido a Cels Campos, jefe de acomodadores, que denuncia haber sido vetado como músico en el espectáculo infantil 'Històries elèctriques'.

Según Campos, el director musical del espectáculo, Álex Barrachina, escogió a tres personas, una de las cuales era él, pero cuando llegó la hora de formalizar los contratos, L'Auditori exigió al director que lo reemplazase. Su sospecha es que lo vetaron por participar activamente en la huelga de acomodadores del 2015. "Es una cuestión de discriminación y si esta es por hacer una huelga y defender unos derechos laborales, es una discriminación muy grave", denuncia.

La versión de Joaquim Garrigosa, director artístico de L'Auditori es otra: "Cuando preparamos un concierto educativo ponemos sobre la mesa una serie nombres de acuerdo con el director musical. Se examinaron diez y se escogieron tres con un currículum contrastado. Hubo siete descartados, no solo él". Y añade: "Especialmente dentro del programa educativo, para los espectáculos infantiles nunca cogemos estudiantes. Es una norma que ante los niños haya gente profesional y con experiencia".

"MEJORAS IMPORTANTES"

Campos posee el Grado Profesional de Música con especialidad de piano del Conservatorio Municipal de Música de Barcelona, pero no es licenciado. Aun así, niega que hubiese tantos candidatos: "Yo participé en las reuniones que hubo de septiembre a diciembre. El proyecto cambió de rumbo pero los papeles estaban muy fijos", afirma, refiriéndose a las dos plazas para compositores y a una tercera, de intérprete, que iba a ocupar él. Fuentes de L'Auditori señalan que el director musical de la obra no tiene potestad para contratar a nadie y que la selección de músicos siempre se consensua con la dirección del centro.

Lo cierto es que Campos fue uno de los miembros más activos de las huelgas del 2015. "Mi nombre apareció mucho en los medios porque llevé la comunicación de la huelga", recuerda. "Cada año se cambiaba de empresa y nos recortaban las condiciones, de modo que estábamos en un callejón sin salida", dice. Campos redactó una carta dirigida al director del espectáculo y a sus compañeros de obra para explicarles que los motivos de la huelga habían sido justos. "Conseguimos unas mejoras importantes porque nos unimos", recuerda. Pero en este caso la reacción de los músicos no existió.

CORREOS ELECTRÓNICOS

Varios correos electrónicos a los que ha tenido acceso este diario apuntan a que su participación en la huelga puede haber sido una razón de peso. En un email del 28 de diciembre, Barrachina comunicaba a los participantes en el espectáculo que la presencia de Campos era un tema "delicado por la movida de los acomodadores" y que contratarlo "podía molestar a mucha gente de L'Auditori", aunque él no compartía "el punto de vista de L'Auditori" y que, por lo que a él respectaba, Cels seguía siendo su candidato. Sin embargo, otro correo del 12 de enero zanja el asunto: "Vetan a Cels. Se corrobora lo que temíamos. El tema está demasiado reciente".

Campos pasó un mes sin reaccionar: "Me quedé muy tocado, pero luego lo hablé con el sindicato y me dijeron que tenía que demandarlos". Entonces decidió actuar y presentar una demanda: "Me molesta dejar que algo así pase sin que haya una respuesta". Mientras sigue desarrollando su tarea como jefe de acomodadores, denunciará que L'Auditori ha intentado influir en su "carrera y lanzar el mensaje de que cualquiera que quiera hacer una acción reivindicativa puede ser castigado de esta manera".

Inmerso aún en el proceso, Campos aporta una hipótesis de por qué entre músicos apenas existe la unión que hubo entre acomodadores: "Los profesionales de la música estamos educados en el individualismo. Si eres pianista te preparas para ganar concursos y eso define las interacciones humanas. Hay muy poca confianza entre los músicos. Los trabajadores de una fábrica tienen conciencia de clase trabajadora, pero entre músicos hay una mezcla de egos, egos desesperados porque tampoco estamos tan bien pagados, que afectan las relaciones". Su recado al gremio es el siguiente: "Si dejas que ocurran estas injusticias, cualquier día te puede pasar a ti".