REGRESO DE LOS AUTORES DE 'HIGHWAY TO HELL'

AC/DC asalta el Estadi

El grupo recreará este viernes en Barcelona sus himnos dentro de su gira de 40º aniversario

Aspecto del ecenario del concierto que AC/DC ofreció en el estadio de Saint-Denis de París el 24 de mayo.

Aspecto del ecenario del concierto que AC/DC ofreció en el estadio de Saint-Denis de París el 24 de mayo.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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El único concierto de este año en Barcelona que tiene lugar en un estadio lo protagoniza hoy AC/DC, un grupo de rock duro. Los australianos representan, no obstante, una visión abierta del género, en sintonía con las raíces del rock'n'roll y el rhythm'n'blues, lo cual, sumado a su catálogo de himnos, explica que puedan atraer a mucho más público que cualquier banda de heavy metal. Sus seguidores agotaron hace cinco meses las entradas de la actuación que ofrecerán este viernes en el Estadi Olímpic (22.00 horas; a las 20.45 actuará el grupo californiano de blues-rock Vintage Trouble).

AC/DC regresa seis años después de sendos pases triunfales en Barcelona (llenos consecutivos en el Sant Jordi y el Estadi), reafirmado como grupo que sobrevive al vaivén de los tiempos, algo así como una versión endurecida y de aires obreros de lo que representan los Rolling Stones: fidelidad a las raíces musicales, memoria de una generación transmisible a hijos, sobrinos y nietos, y un aparatoso sentido del espectáculo.

Campanas y cañones

La banda celebra su 40º aniversario, y hace más de 30 que estableció los parámetros de su puesta en escena, que esta noche podremos contemplar una vez más: la campana gigante de Hells bells, la muñeca hinchable de Whole lotta Rosie, los cañones que lanzan sus salvas como clímax de For those about to rock (we salute you). Y un Angus Young suministrando sus riffs y solos con uniforme de colegial, sin cuya presencia, AC/DC no es imaginable.

Musicalmente, las novedades son también contenidas: todo apunta a que esta noche no sonarán más que tres canciones del disco que publicaron el pasado noviembre, Rock or bust, y el guión no se aleja demasiado del de la gira Black ice (2009). Domina el repertorio del período 1975-81, con 15 de las 20 canciones. El grupo recupera estos días High voltage, mientras, en cambio, ha sacrificado el largo blues The jack. El tramo final es indéntico al de aquellos conciertos, con piezas tan lapidarias como Let there be rock Highway to hell.

AC/DC luce un aspecto indestructible mientras, en su interior, sigilosamente, algunas piezas han caído y han sido reemplazadas por otras. Malcolm Young, implacable guitarrista rítmico (y hermano mayor de Angus) ya no está en el grupo debido a su mermada salud mental, y su puesto la ocupa un sobrino, Stevie.

Cambio de baquetas

También es baja el batería histórico, Phil Rudd, por problemas con la justicia (el mes pasado se declaró culpable de proferir amenazas de muerte, y pesa también sobre él una acusación de posesión de drogas), de modo que ahora las baquetas las maneja un viejo conocido, Chris Slade, que ya fue miembro del grupo entre 1989 y 1994 (era el titular cuando AC/DC actuó en el Estadi con Metallica, en 1991).

Sigue en sus puestos, castigando cada noche sus cuerdas vocales a los 68 años, Brian Johnson, el cantante que, en 1980, logró suplir con acierto al posteriormente mitificado Bon Scott. Y también está ahí otro veterano (que no miembro fundador), el bajista Cliff Williams. AC/DC celebra su 40º aniversario con una formación que conserva a solo un integrante original, Angus Young, lo cual dice mucho del poder y la obstinación del guitarrista para convertir en triunfador un sonido por encima de músicos que vienen y van.