2013 negro para el libro

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Hace un mes, el presidente saliente del Gremi d'Editors de Catalunya, Xavier Mallafré, hacía un vaticinio, aunque prudente. Parecía que, desde el mes de noviembre, el descenso en las ventas de libros que se había iniciado en el año 2009 en España se había, finalmente, frenado. Y la esperanza era que en la campaña de Navidad, incluso, llegase el esperado repunte, aunque las cifras globales del año seguirían siendo negativas. Pues bien, lamentablemente para editores y libreros, no ha sido así. Aún calientes, las cifras de la empresa de medición de audiencias Nielsen indican que durante el año 2013, hasta el 29 de diciembre, las ventas de libros en España han bajado un 15%. Y la tendencia no se ha corregido durante la campaña de Navidad. En diciembre, Nielsen contabilizó ventas por 133 millones de euros, un 12,5% menos que en el año anterior. En noviembre, el descenso había sido del 13,7%.

A diferencia de los primeros momentos de la crisis, en que sectores como el libro infantil y juvenil aún se salvaban de la quema, este año ha afectado a la ficción para adultos (-19%), al libro de texto (-17%), a la no ficción (-13%) y al libro infantil y juvenil (-9%). «La sensación que tenemos es que aún no hemos acabado de tocar fondo», comenta el presidente del Gremi de Llibreters de Catalunya, Antoni Daura. «La crisis de consumo es brutal. Y el cambio de soporte tecnológico del libro sin que tengamos una ley de propiedad intelectual y un código penal efectivos», lamenta el nuevo presidente del Gremi d'Editors, Daniel Fernández.

Que la campaña de Navidad no ha sido buena lo confirman también los datos coincidentes de la otra empresa multinacional que mide en tiempo real el mercado del libro en España, GfK: las ventas, respecto al ya negativo año 2012, habría bajado entre el 2 y el 29 de diciembre un 12% en facturación y un 8% en ejemplares vendidos (es decir, se vendieron menos libros, y más baratos).

Las cifras de Nielsen contabilizan, venta a venta, algo más del 50% del mercado español. Y en esta muestra están sobrerrepresentadas las grandes superficies, y menos presentes las librerías independientes. ¿Esto debería hacer corregir al alza o a la baja sus cifras?

MEJOR LAS LIBRERÍAS / Pues, al parecer, por un lado las cifras de ventas quizá sean algo menos malas si se tiene en cuenta los resultados de las librerías independientes. Al menos los libreros catalanes hablan de descensos del 3% al 5%, según Daura, sea porque los resultados han sido mejores en Catalunya, sea porque las librerías independientes mantienen mucho mejor a sus clientes. Lluís Morral, de Laie, dice que en su caso ha acabado mejor que el 2012, «porque se ha vendido muy bien el libro de fondo, que los clientes a veces ya no encuentran en las grandes cadenas».

Porque la gran hemorragia puede haberse producido en las grandes superficies: Carrefour ha recortado un 30% su superficie dedicada a la venta de libros, Alcampo aún más, FNAC la ha reducido también, El Corte Inglés ha recortado drásticamente su librería del centro de Portal de l'Àngel, que ha pasado de la planta primera a la séptima.

«El libro ha dejado de ser un producto de primera línea en muchos puntos de venta», reconoce el director comercial de Ediciones B, Ramon Ribó. «Parece que el libro está dejando de ser visto como un producto de ocio atractivo para las grandes cadenas comerciales porque los márgenes que ofrece son más reducidos. Eso destaca aún más el papel que tenemos los libreros, pero es un toque de alerta y un síntoma de crisis y de que la sociedad está cambiando», opina Antoni Daura.

DEVOLUCIONES / Por, por otro lado, el impacto sobre los resultados de las editoriales es aún peor que ese 15% de pérdidas. Todas las fuentes coinciden en que las devoluciones de libros no vendidos a las editoriales han sido monumentales (los libreros compran los libros, pero pueden devolverlos en cualquier momento, y lo han hecho de forma masiva para aliviar sus finanzas, al coste de aligerar sus estantes).

Estas cifras negativas, con un descenso del mercado del 35% desde que empezó la crisis, ponen incluso a algunos grandes grupos editoriales en el límite de mantener su rentabilidad: en las próximas semanas se esperan varias decenas de despidos en uno de ellos.