Serrat también se indigna

reivindicativo y contundente. Así se mostró ayer Joan Manuel Serrat durante su investidura como doctor honoris causa de la Universitat Pompeu Fabra (UPF). «La gente ha perdido la confianza en el sistema, sus representantes e instituciones. Los jóvenes se sienten estafados y los viejos, traicionados». Y también esperanzador: «Hemos de creer en nosotros; creernos importantes. La gente de a pie ha de recuperar los valores democráticos y morales».

Para el cantautor, «lo que está pasando en las calles y plazas, exigiendo un cambio social, una democracia real, un gobierno participativo, ha sido un soplo de aire fresco y un grito de atención. Es responsabilidad de todos abrir los ojos y despertar una sociedad dormida, restaurar la memoria y recuperar nuestro futuro». El artista subrayó que padecemos una «crisis de modelo de vida»; «tiempos tristes, de vergüenza y renuncia». Y dijo que le sorprende el «conformismo de muchos, que lo ven como si fuera una pesadilla, como espectadores y víctimas a la vez, esperando que los mismos que nos han traicionado, traído hasta aquí, resuelvan los problemas. No creo -añadió- en este sistema en el que vivimos, en las financieras y multinacionales que controlan la vida de millones de personas y que no están en condiciones de regalarnos la paz y estabilidad que necesitamos».

ATAQUES ESPECULATIVOS/ Serrat constató que se está reforzando «el poder financiero, el político y el de la banca, que con las ayudas públicas y el dinero de la gente renovará sus ataques especulativos». Y criticó a los responsables de «los recortes sociales, reformas en las pensiones y privatización del servicio público. La codicia de unos e inoperancia de otros nos han situado en un mercado en el que todo tiene un precio: todo se compra y se vende».

El cantautor también tuvo palabras para los «políticos imputados que acaban siendo referentes e ídolos populares». Y admitió que quizás no se sabe cuál es el camino más corto para salir de este atolladero, «pero sí cuáles son los caminos que no debemos escoger nunca más».

Durante su intenso parlamento, recordó que a lo largo de sus cuarenta años de oficio, siempre ha tenido en cuenta lo que ocurría en su interior y «escuchado las voces y los ecos de la calle, trabajando las palabras como un alfarero con el barro». Y en estos tiempos confusos, insistió, sabe que «el hombre es el protagonista de su destino».

Durante el acto, Serrat interpretó la canción que más resume precisamente todas estas ideas:Seria fantàstic, con estrofas tan inspiradas como: «Seria tot un detall,/ tot un símptoma d'urbanitat,/ que no perdessin sempre els mateixos/ i que heretessin els desheretats», arropado por el piano de Josep MasKitflus. Pero antes, divertido, le dedicó estas palabras a su mujer, Candela Tiffón: «Me hubiera gustado entrar contigo aquí mientras sonaba el piano. Hubiéramos tenido la sensación de que nos casábamos por primera vez, porque cuando lo hicimos, nena, fue unplom».

El catedrático del Departamento de Humanidades de la UPF, Josep Maria Micó, fue el encargado de elaborar lalaudatiode Serrat, mostrándole su gratitud y afecto «por haber mejorado el mundo, nuestras vidas y ayudarnos a mejorar ahora la universidad». Por su parte, el rector Josep Joan Moreso aseguró que a Serrat se le debe «buena parte de nuestra educación sentimental, el habernos abierto los ojos y el corazón». Y la ceremonia culminó con Joan Albert Amargos yKitflusmeciendo las teclas de suhitmás eterno:Mediterráneo.