LA 61ª EDICIÓN DE LA BERLINALE

'Margin call' radiografía sin brío la gran crisis financiera mundial

Kevin Spacey y Jeremy Irons actúan en el 'thriller' que abrió la sección a concurso

NANDO SALVÀ / Sevilla

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Que el título protagonista de la descafeinada primera jornada competitiva de la Berlinale fuera Margin call se entiende por dos motivos. El primero tiene que ver con la probabilidad: la actual crisis del sistema financiero mundial se está convirtiendo en un tema cinematográfico tan recurrente como hasta hace poco lo eran las guerras de Irak y Afganistán.

El segundo, con el sonido de los flases o, en otras palabras, con la posibilidad para el festival de tener a Kevin Spacey y Jeremy Irons paseando por su alfombra roja.

«Se nos ha querido convencer de que la crisis ha sido un caso de excesiva avaricia por parte de unos pocos individuos, pero en realidad lo que provocó el fracaso del sistema es la avaricia a pequeña escala de toda la sociedad, cada uno de nosotros», ha opinado el director J.C. Chandor, cuyo debut imagina una tensa jornada y media en el seno de una compañía de inversiones de Wall Street --probablemente inspirada en Lehman Brothers--, cuyos responsables deciden verter al mercado miles de millones de dólares en hipotecas tóxicas para salvar el cuello. Es, más o menos, lo que sucedió en el 2008.

En sus mejores momentos, Chandor parece tomar ejemplo de los guiones de David Mamet y alcanza algo ligeramente parecido a la tensión claustrofóbica de12 hombres sin piedad. El gran problema deMargin call es que, por no querer pasarse, no llega. En otras palabras, nunca cae en el didactismo, pero a costa de no ofrecer siquiera explicaciones mínimas más allá de lo vago y lo abstracto.