TRADUCCIONES AL CASTELLANO DE LA LITERATURA CATALANA

La literatura en catalana prueba suerte traducida al castellano

En la nueva temporada literaria proliferan los intentos de romper con el rechazo histórico en el resto de España

ERNEST ALÓS / Barcelona

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Los premios Goya han dado alas, con 14 nominaciones, a la película basada en la novela de Emili TeixidorPa negre. ¿Se trata de una excepción paradójica cuando la literatura en catalán se supone que es sistemáticamente ignorada en el resto de España, y el ambiente parece que vaya a enrarecerse aún más? Quizá no lo sea tanto. En los últimos meses, y en el próximo trimestre, al menos una veintena de títulos escritos originalmente en catalán probarán suerte con los lectores de lengua castellana, tras varias experiencias esperanzadoras recientes y a la búsqueda de nuevos lectores en tiempos de crisis.

En capilla están autores con obras ya probadas que esperan llegar en otra lengua a un público mayor (Olor de colonia, de Sílvia Alcàntara,La bicicleta estática, de Sergi Pàmies,Raíces nómadas, de Pius Alibek,La isla de la última verdad, de Flavia Company,El arqueólogo, de Martí Gironell,Barcino, de Maria Carme Roca,La lista, de Laia Fàbregas) y otros que llegarán a las librerías simultáneamente en las dos lenguas, como las traducciones de los nuevos libros de Najat el Hachmi (La cazadora de cuerpos), Care Santos (Habitaciones cerradas), Coia Valls (La princesa de jade), Eduard Márquez (El último día antes de mañana) y el premio Pla de Cristian Segura.

Durante el año 2010 ya habían roto una reticencia que viene de largo títulos de éxito entre los lectores en lengua catalana como las traducciones al castellano de las últimas obras de Jordi Puntí (Maletas perdidas), Vicenç Pagès Jordà (Los jugadores de whist), Najat el Hachmi (El último patriarca) y Gaspar Hernàndez (EL silencio).