1967-1974: Barcelona en los años del 'Boom'

La etapa barcelonesa del Nobel

ERNEST ALÓS / Barcelona

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El 4 de noviembre de 1967, Gabriel García Márquez Mercedes Barcha llegan a España. Pasarán casi seis años en Barcelona, convertida durante este periodo en escenario del 'boom' de la novela latinoamericana. La presencia de la pujante agente Carmen Balcells (para Gabo, su «Superman», cuenta la propia Balcells) y la editorial Seix Barral explican la elección. Pero quizá, opina Gerald Martin en la biografía que ha dedicado al escritor, le estimulaba «el espectáculo del viejo dictador español en el final de su vida y su poder» mientras planeaba la escritura de una novela «sobre un tirano latinoamericano aún más geriátrico». La que se convertiría en 'El otoño del patriarca'.

 La llegada de García Márquez "inició una tendencia". Luego vinieron muchos más a una ciudad de la que el biógrafo del Nobel hace una descripción favorecedora: "Situada solo detrás de París como laboratorio cultural o invernadero de la cultura latina, Barcelona había sido una ciudad de vanguardia entre la gran Renascenza (sic) de los años 80 y 90 del siglo XIX hasta la caída de la República española".

En esa Catalunya, según Martin, la política tenía que "camuflarse en forma de cultura" y el "nacionalismo catalán burgués" tomó una deriva izquierdista con la gauche divine. De este medio, Martin destaca por supuesto a Carlos Barral y a Luis y Leticia Feduchi, que se convertirían en los más íntimos amigos de Gabriel y Mercedes durante su estancia en España. Pero tiene un recuerdo especialmente caluroso para dos "musas", Rosa Regàs Beatriz de Moura.

Sin embargo, García Márquez había venido a Barcelona a trabajar, así que "Mercedes pronto empezó a limitar su vida social". Tampoco fue mucho más allá su compromiso político. "En esos tiempos, Gabo era totalmente apolítico. Nunca le oías hablar de política y era imposible saber cuáles eran sus opiniones", explica al biógrafo Beatriz de Moura. A otro de los entrevistados, Juan Marsé, que chocó con el Nobel con motivo del caso Padilla, también le quedó claro que ambos vivían en "universos intelectuales y morales absolutamente distintos".

 En 1974, tras acabar 'El otoño del patriarca', García Márquez empieza a hacer las maletas. "Siempre tuvo una actitud hacia España ambivalente, más bien desapasionada y paternalista, y ahora tenía en su mente otros asuntos y otros lugares", escribe Gerald Martin. 

El acto final se representó el 12 de junio de 1974, cuando Carmen Balcells acogió la fiesta de despedida de Mario Vargas Llosa, poco antes de que García Márquez y su mujer se trasladaran a Londres (dejando detrás a sus hijos, algo que les marcaría). Allí estaban Vargas Llosa, García Márquez, Donoso, Edwards, Castellet, Barral, Marsé, Goy-  tisolo, Vázquez Montalbán... 

El retrato de toda una época.

Publicado el 26/10/2008