entrevista

Leiva: «Unos van al psicólogo y otros componemos»

La mitad de Pereza presenta el viernes en el Apolo su disco en solitario

NÚRIA MARTORELL
BARCELONA

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Miguel Conejo Torres, Leiva, conocido también en algunos círculos como Mister Rock and Roll, vuela solo y saca al mercado el disco Diciembre. El viernes lo presentará en la sala Apolo, dentro de su primera gira en solitario. Atrás queda el dúo Pereza. Bueno, él y Ruben Pozo (la mitad del tándem) prefieren hablar de un impasse. Incluso han montado un recital conjunto (Palacio Vistalegre de Madrid, 8 de junio), mientras ambos siguen consolidándose más allá de la banda en la que se criaron como músicos.  - Fue superar la Pereza, debutar en solitario y entrar directamente en el número uno de iTunes. ¿Esperaba una salida tan triunfal? 

- Había mucha incertidumbre sobre qué ocurriría y de qué manera. Supongo que la gente estaba esperando este disco. Lo que no sé es si es representativo de algo, la verdad. En este tiempo de locos que vivimos, los números de ventas no se corresponden después con la asistencia o no de la gente a tus conciertos. A mí este dato no me ha cambiado la perspectiva de nada.

- «¿Por qué no existen tumbas de dos?», se pregunta en una desgarradora letra de su nuevo álbum, bautizada Las cuentas. La frase, al parecer, se la robó a un taxista en Argentina... 

-Sí, se lo escuché a un taxista y ya me pareció un verso importante. «Amamos lo que perdimos, /queremos lo que envenena, /y así nunca nos salen las cuentas» [Leiva recita el final de la estrofa que empieza con esta frase]. Amar es una condición del ser humano que parece que solo valoramos cuando la perdemos. Y este es el mensaje que quise para esta canción. Porque sí: nos vamos solos a la tumba.

- Manolo García cuenta que va con una libreta en la que también escribe reflexiones que escucha, que se le ocurren y que derivan en canciones. ¿Es también su proceder?

- Sí, sí. Voy con mi libretita y anoto cualquier cosa pequeña; cotidiana. De hecho, me gustan más las canciones que surgen de las cosas mínimas que de una crisis mundial, por ejemplo; una pestaña en un lavabo puede ser algo más bonito que hablar del G-5.

- ¿Lo último que ha anotado?

- Corre la ansiedad por las venas de la ciudad. Es de las 10 de esta misma mañana.

- Otra pieza que impacta de su disco es esa saeta carcelaria titulada 

Vis a vis: una historia real de amor entre rejas. ¿Qué puede explicar sobre esta letra?

- Pues que es una historia muy visceral, muy potente y muy emocionante para mí. Está extraída de una letra que me envió un amigo, Kike Suárez, por SMS. Me encantó y le puse música. En realidad, me enamoré ya de su primer verso: «Que bonito mirar / la sombra que hacen las rejas / mientras meto las orejas / en el centro de tu andar». La grabé con una guitarra acústica para una maqueta y así se quedó. Es la que peor suena, y la que más alma tiene.

- Para almas descarnadas, la que exhibe en Eme. Muchos interpretan que reproduce el dolor que le supuso su ruptura con la actriz Michelle Jenner. ¿La música tiene una función catártica?

-Pues fíjate, Eme es de las pocas letras del álbum que no son autobiogáficas. Pero sí, los músicos tenemos la virtud de poder extraer de uno mismo algo dramático. Ya ves: unos van al psicólogo y otros componemos canciones.  -Y luego está esa curiosa country-ranchera llamada 

Sudando la tristeza, que escribió a cuatro manos con Quique González. ¿Por qué él?

-Empezamos juntos hace unos 12 o 13 años, es uno de mis mejores amigos y siempre andamos escribiendo canciones entre los dos. Quique me llamó diciendo que tenía esta letra, me pidió que le echara una mano porque no sabía que música ponerle, y este es el curioso resultado.

-En este Diciembre sorprende la presencia de instrumentos de metal, lo que le da una identidad soul muy peculiar. ¿Cómo se le ocurrió introducirlos? Porque en España los vientos remiten a artistas como Camilo Sesto, Raphael...

-[Risas] Esos arreglos de los años 70 ¡eran acojonantes! Llegar a tener instrumentos de viento en una canción tuya es algo muy grande, que no siempre te lo puedes permitir. Así que contar con ellos también en mis conciertos es una auténtica gozada.

-Pero más allá de este antojo, el álbum sigue la estela de Aviones, el último disco de Pereza.

-Claro. Con ese disco abrí una senda de composición que continué con Diciembre. Un saco de piezas que me representan más y mejor que nunca, tanto a nivel musical como a nivel de texto, ya que ha habido mucho trabajo artesanal. Por otro lado, he producido yo el disco y también he grabado yo todos los instrumentos.

-100% Leiva. 

-Natural y sin aditivos.