EDITORIAL PUBLICADO EL 16 DE FEBRERO DEL 2003

¿Dejarán que nos apuntemos esta victoria?

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Algunos dirigentes mundiales que dicen representar los valores democráticos y el sentir de los ciudadanos quedan en evidencia. Porque, en esta ocasión, sobre la guerra, se ha demostrado que dicen y hacen lo contrario de lo que realmente desea la gente. A través de unas multitudinarias manifestaciones en todo el planeta, la opinión pública internacional exigió a los políticos halcones que no inicien un conflicto bélico. Les dijo sin ambigüedad que si lo hacen no la representan a ella.

EL NUEVO PODER DE LOS CIUDADANOS. El conocimiento de las cosas a través de la información, pese a las deficiencias de ésta, y la posibilidad de que en las democracias los ciudadanos de a pie lleguen a saber hasta qué punto los demás piensan como ellos, demostró ayer su inmensa fuerza. Es un nuevo poder que hará cada vez más difíciles las guerras, tal como hemos ido viendo desde Vietnam a esta parte. Además, la jornada aportó un dato que desmiente a

muchos pesimistas: la gente no es apolítica, la gente no es amorfa, la gente sabe lo que quiere... Cuando la gente tiene la oportunidad de expresarse sobre los temas trascendentales, lo hace. Y lo hace con muchísimo talento.

BOFETADAS PACÍFICAS A BUSH Y AZNAR. La rotundidad del clamor pacifista desbordó ayer en muchísimos países, incluyendo a España, a los presidentes agresivos y a las ministras de Exteriores dramáticamente insolventes. A escala planetaria, le asestó una sonora bofetada ética a George Bush, retratándole para la Historia como un hombre al que no merecen como presidente los norteamericanos de buena voluntad, y del que los demás ciudadanos del planeta rechazamos que sea el líder idóneo de la primera potencia mundial.

¿Y AHORA QUÉ? ¿Dejarán los grandes poderes del mundo que los ciudadanos nos apuntemos esta revolucionaria victoria del pacifismo? ¿Consentirán que una presión popular multitudinaria pueda frenar la aplicación de unas decisiones que ya habían adoptado en el supuesto nombre de todos nosotros? En cualquier caso, ayer hubo una espléndida victoria de las personas sobre los intereses. Con todo, hay muchas posibilidades de que Bush desencadene la guerra. Pero si lo hace, no hay equívocos: tendrá que asumir que desafía el parecer de la mayoría del planeta. Y esa mayoría de ciudadanos le da, en cambio, un gran argumento para detener el ataque y frenar a Sadam Husein por una vía diferente a la del derramamiento masivo de sangre.