Tic-tac neuronal

¿Qué podemos hacer para vencer esa intrínseca necesidad de posponer nuestras tareas?

Tic-tac neuronal

Tic-tac neuronal / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ahora o luego. Ahora o más tarde. Qué más da. La línea del tiempo parecía constante. Pero no, era relativa. Hacia atrás y hacia delante. Direcciones opuestas en un mismo plano. Los minutos avanzaban pero las agujas de ese reloj neuronal permanecían inmóviles, como si estuviesen auténticamente clavadas en mi cerebro. ¿Era yo que no las dejaba avanzar? ¿Era mi percepción del tiempo la que dictaba la hora? Ahora o luego. Ahora o más tarde. Qué más da. La línea del tiempo parecía apuntarme a mí.

NEUROCÁPSULA

Seamos sinceros. Puede que esté leyendo este artículo en un esfuerzo para evitar hacer otra tarea. ¿Por qué le da tanta pereza empezar a hacerla? Considérese un afortunado: está procrastinando para aprender a no procrastinar. ¿Que qué es procrastinar? Es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Ahora le suena, ¿verdad? Las causas psicológicas de este tipo de comportamiento se están debatiendo todavía, pero lo que sí que está claro es que hay una tendencia en los seres humanos en subestimar el valor de las recompensas en base a su proximidad en el tiempo. Esto se conoce científicamente como descuento temporal ('temporal discounting'). Pongamos un ejemplo: Le ofrezco 100 euros hoy o 110 euros en un mes. Si le hago elegir, es muy probable que escoja los 100 euros hoy. Pero sin embargo, si le ofrezco 100 euros dentro de un año y 110 euros dentro de un año y un mes va a escoger muy probablemente mi última oferta. Su forma de pensar y por ende su respuesta han sido muy distintas. Imagino que su reflexión ha sido algo así como: “¿Si puedo esperar un año, cómo no voy a esperar un año y un mes?”.

Interesante, ¿verdad? Fíjese que las diferencias de tiempo y valor son exactamente las mismas en ambos ejemplos salvo que están diferidas en el tiempo. Parece ser que la motivación humana está muy influenciada por el cómo de inminente la recompensa es percibida. En otras palabras, cuanto más lejos se halle la recompensa más descontamos su valor. A esto se le llama académicamente como el sesgo del presente ('present bias') o descuento hiperbólico ('hyperbolic discounting'). Deambular por Facebook, chequear nuestro Twitter, mirar vídeos en Youtube o estar leyendo esta ‘neurocápsula’ en EL PERIÓDICO, le parece más gratificante que el informe que tiene que entregar mañana por la mañana hasta que la proximidad temporal incremente el valor de ese informe.

Pero si sabemos que vamos a tener que quedarnos hasta muy tarde para terminar dicho informe, ¿por qué repetimos siempre este tipo de comportamientos que nos distraen? Pues porque segregamos dosis de dopamina en nuestro cerebro que modifican las respuestas neuronales facilitando así que queramos repetirlas una y otra vez. Los juegos, navegar por internet, los tentempiés, nos proporcionan pequeñas pero continuadas formas de gratificación y recompensa mientras que el terminar el informe que tenemos que entregar mañana es un única futura recompensa. 

¿Qué podemos hacer para vencer esa intrínseca necesidad de posponer nuestras tareas? Desafortunadamente no hay una única e indiscutible solución. Podemos recompensarnos nosotros mismos después de trabajar durante intervalos de tiempo e ir incrementando dichos intervalos poco a poco. Algo tan simple como marcarse fechas o horas límite ('deadlines') está demostrado que funciona de forma efectiva para obtener resultados mejores y mantener unos buenos hábitos de trabajo. Y si esta ‘fecha tope’ viene impuesta por alguien externo todavía es mucho más efectiva. Otra forma de superar la procrastinación es la de poner obstáculos a esas tareas que nos distraen. Otra vez, algo tan

sencillo como desconectar internet mientras trato de escribir esta ‘neurocápsula’ me ha servido para mantener el rumbo, no distraerme y ofrecerles como siempre un sorbito de ciencia.