Sacar a pasear las ideas

Solo se me ocurrió la posibilidad de coger una correa para pasear perros. Y de hecho, tampoco era ningún disparate. Mis pensamientos movían la cola como un perro juguetón y no paraban de ladrar hasta que les hacía caso. Era un tormento canino en mi cabeza. Una perrera neuronal. Sacarlos a pasear un rato parecía una buena solución.

¿Volvería la creatividad? ¿Volvería la inspiración? A saber... Quizás aquellas neuronas se volverían indomables, ingobernables y me arrastrarían tan fuerte que me llevarían hacia terrenos inexplorados. O quizás se escaparían y no volverían nunca más y me dejarían vacío y desnudo de pensamientos, demacrado cerebralmente.

Ofuscado y cegado. Las ideas me pedían a gritos una falsa libertad.

NEUROCÁPSULA

El mito del 'brainstorming': Lo que distingue la lluvia de ideas de otros tipos de actividades creativas en grupo es la ausencia de retroalimentación ('feedback') crítica tanto positiva como negativa. Justamente aquí es donde recae el error de este método. La lluvia de ideas no libera el potencial del grupo, sino que consigue que cada persona sea menos creativa.

Numerosos estudios científicos han llegado a esta conclusión. Décadas de investigación han demostrado consistentemente que el mecanismo grupal de 'brainstorming' ofrece un número mucho menor de ideas potencialmente buenas en comparación con el sistema de trabajo individual y posterior puesta en común de estas.