Una maqueta en vivo

Jairo Perera presenta en solitario en Apolo, a modo de prueba, las canciones del próximo disco de Muchachito Bombo Infierno

MARTA CERVERA
BARCELONA

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A Jairo Perera (Santa Coloma de Gramenet, 1975), alma de Muchachito Bombo Infierno, le encanta el contacto con el público. Aparte de crear canciones, para él no hay nada como presentarlas en directo y no necesariamente acabadas y pulidas. Este miércoles vuelve a Apolo en solitario para esbozar lo que será su nuevo disco, que grabará con banda más adelante. Es el primero de los conciertos de una gira, La maqueta, que utiliza como test de calidad del álbum, que, si todo va bien, verá la luz en primavera. «Aunque tengo todo el disco encaminado, me apetecía presentar las canciones cuando todavía están vivas, en plena evolución. De cómo las tengo ahora en la maqueta a cómo serán quizá pueden pasar muchas cosas. Quizá no tengan nada que ver ni con el tono, el ritmo, el tiempo y a veces hasta ni con la letra», advierte con ganas de reencontrarse con el público a través de un energético cóctel de rumba, swing, rock y funk.

El domingo volverá al Apolo en horario familiar, a las 12 del mediodía.  «Los niños son los más agradecidos y sinceros. Es una lástima que no les dejen entrar en los conciertos de noche. Antes, cuando la gente fumaba, era comprensible, ahora ya no. ¡Ni que fueran a un lugar de perdición!»

Antes de lanzar Vamos que nos vamos (2005), sorprendente disco de debut, también se hartó de tocar por bares y recintos varios, Apolo entre ellos. Pero en esta ocasión saldrá a escena ataviado con un delantal de trabajo para que el público le vea como si estuviera en su local, en plena faena, probando sonidos con diversos artilugios. «Es como si me vieran grabar una maqueta del nuevo disco, con miles de cacharros locos que van sonando y van haciendo ruido». Entre ellos figurarán dos que se trajo a EL PERIÓDICO, donde interpretó Sin sentido, una de sus nuevas canciones. «Aunque me prometí muy seriamente que no iba a hacer más canciones de amor, en este disco han caído unas cuantas. Sin sentido es una de ellas», comenta. «Soy un bicho raro: estoy más cerca de la música alternativa pero canto canciones de amor como Julio Iglesias», añade con su innato sentido del humor.

Y casi parafraseando a su admirado Kiko Veneno dice que le gusta mucho cantarle a eso del cariño en el sentido más amplio. «Más allá del amor entre hombre y mujer, he hecho canciones de amor a un bar o a un amigo al que echo de menos». Esta vez las canciones le han quedado diferente. «Son algo más serias porque no puedo evitar la realidad que nos rodea. Pero, como me encanta hacer el clown, en el concierto habrá mucho cachondeo, como siempre».

Buscar financiación

En EL PERIÓDICO este hombre orquesta, o «músico de granja», como él se califica, se acompañó de dos plataformas, una de madera que percutía con un zapato de claqué, y otra de plástico sobre una base de gomaespuma que tocaba con el otro pie mientras hacía lo propio con la guitarra y cantaba. Lo mismo hará en Apolo, solo que con muchos más artilugios, ya que en la gira va con una batería que acciona con los pies, dos bombos, cuatro cajas, diez pedales, dos amplificadores, un teclado y un casete.

Además de poner a prueba sus nuevas melodías, la gira servirá para buscar financiación. El micromecenazgo es vital para este artista autogestionado. «No puedo decir cuánto dinero necesito. Me gusta pagar bien a quienes trabajan conmigo, y en este habrá tanto viejos amigos como nuevos».

Vea el acústico de 'Sin sentido' con el móvil o

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