Sisa: "Ha sido una sorpresa confirmar que soy tan viejo"

El boletaire galáctico Jaume Sisa se ha dedicado a recolectar rarezas varias para el recopilatorio 'Extra'. La pieza más antigua se remonta a 1968: la versión original de la primera canción que grabó, 'L'home dibuixat' (pieza que interpreta para Música Directa). "Per acabar de fer/ la teva obra d'art.../  Penja-li un llaç vermell/ dibuixa-li dents d'or/ i a l'esquena un cartell/ que digui: No estic mort", reza el final del estribillo. La supervivencia de Sisa y la vigencia de su cancionero se reafirman a golpe de genialidad.

-Reunir estos 16 temas de épocas  distintas, ¿le sirve para tener una visión panorámica de su carrera?

 -Quizás una vez hecho, pero mientras lo hacía no. Actuaba por inercia, con inconsciencia, que es como funcionan bien las cosas. Porque me reencontraba con lo que tenía en cajas y cajones. Me pasé más de dos años ordenándolo. Salía un casete, un directo de no se qué programa, una maqueta en una cinta Revox, 'single's de promoción... Cosas que instintivamente iba dejando arrinconadas porque no sabía cómo archivarlas, hasta ahora.

-¿Y ya se acordaba de la existencia de todo este material?

 -Algunas piezas ni sabía que existían, otras era incapaz de ponerles fecha... Así que el trabajo posterior consistió en llamar a los productores, o a los músicos y amigos, y preguntar ¿oye, tú te acuerdas...? El resultado final son estos 16 temas, mínimamente documentados.

-Pero sigue sin explicar qué visión tiene de su trayectoria, con la distancia que aporta el tiempo...

 -Ha sido una sorpresa confirmar que soy tan viejo, tan mayor. Empecé con 20 años, han pasado cuarenta y pico...  Y de repente he hecho un balance de urgencia de mi vida a través de este disco que me ha llevado a preguntarme: ¿No tenías nada mejor que hacer durante todo este tiempo? ¡Qué manera de perder el tiempo! ¿La respuesta?: No. Realmente, no. No tenía nada mejor que hacer.

-¡Qué claro lo tiene!

-Es que si ahora viniera el diablo, que por cierto estaré encantado de conocer, y me propusiera que le vendiera mi alma a cambio de 50 años más de vida, asegurándome que así tendría la oportunidad de vivir todo lo que hubiera querido hacer y no hice, pues rechazaría el trato. ¡Vivir 50 años más puede ser horroroso! Ya tengo bastante con lo que he vivido. Y no sabría qué hacer. Es más: haría lo mismo. Así que no hace falta tanta prórroga. ¿Conclusión? He hecho esto porque es lo mejor que podía hacer. Y si volviera a comenzar, haría lo mismo.

-De su álter ego Ricardo Solfa no hay ni rastro en esta retrospectiva. ¿Por qué?

 -Tengo cajas de zapatos llenas de grabaciones de Ricardo Solfa. A lo mejor, algún día... Pero ahora tocaba un extra de Jaume Sisa. De ahí la idea de la noria que ilustra la portada: todo rueda, todo gira para ir al mismo lugar. Al primer disco. A la primera canción que continúo cantando.

-Ahora anda de gira con Quimi Portet y Joan Miquel Oliver (el sastre que le produjo su anterior disco, 'Ni cap ni peus').

 -El 13 de marzo actuaremos en el Auditori de Barcelona. Estamos los tres encantados. Nos hemos juntado artistas de tres escuelas diferentes, dentro del gran paraguas galáctico.

-¡Un paraguas que usted abrió!

 -Y desde entonces no ha parado de llover. Cada uno tiene su locura personal. Son músicos descomunales. Y yo hago un poco de maestro de ceremonias, ligando a estos dos monstruos con mi mundo. Y el resultado es un espectáculo de hora y media.

-¿Sospechaba que Antònia Font

 -Es difícil que los grupos tengan larga vida. El más importante de la historia, los Beatles, duró nueve años. Es la ley natural: limitada. Pero el alma del grupo seguirá trabajando siempre. Como solista. Como creador. Tiene una vida eterna para todo lo que dura la eternidad.

-En el disco hay espacio para recordar a los cómicos ambulantes, a los censores, los consejos de guerra...

 -Sí, está la canción 'Teatre en un metro de guerra', una pieza que dediqué a la compañía Els Joglars, que sufrieron ese famoso juicio militar, ese consejo de guerra que les llevó a la cárcel. Fue entonces cuando les hice esta canción de homenaje, que nunca había salido en un disco.

-¿Qué opinión le suscita el viraje de Albert Boadella

 -Boadella es un auténtico genio catalán. Y como a todos ellos se les ha de agradecer y perdonar todo, porque sufren mucho. Tienen un país muy pequeño. Y cuando alguien es genial, como lo fue Ramon Llull, Dalí, Pla, Foix, o Joan Miquel Oliver, Quimi Portet o Pau Riba, la sensación es que el país se les queda pequeño.

-En 'Els reis del país deshabitat', suelta: "Els reis són feliços en el País Mort./ Els reis són feliços, ells tenen tot, ells tenen tot l'or..."

 -Es la versión de un descarte del disco 'Orgia'. Es una interpretación poética, ¿eh?

-¿Y cuál es su interpretación real, de la monarquía actual?

 -El sistema político que a mí me gustaría que existiera es el de una República Federal Ibérica.

-El disco empieza con 'Carnaval a la República d'A'. La grabación de su interpretación en el Canet Rock.

 -Fue el segundo Canet Rock, el del 76. En el 75 me prohibieron actuar. Fui el único del cartel que no pudo cantar. Supongo que fue porque en una entrevista meses antes me declaré anarquista vital. Tenías que hablar con circunloquios, claro.

 -Y volverá a actuar en el Canet Rock

 -El festival tuvo una connotación concreta en el espacio y el tiempo. Había esa efervescencia inspirada en ideas libertarias, contraculturales, 'hippies'. Y el rock era la vía que explicaba esta intención. Ahora no se qué harán. Solo sé que me han llamado para cantar.