Sanjays, conciencia y fiesta

Sanjays es un nombre de origen hindú que significa triunfante o victorioso. Así se llamaba el exbajista de Sanjays. Y el caso es que la banda gerundense sigue cosechando éxitos, a pesar de varios cambios de su escudería. Acaban de publicar un tercer disco en el que miran sin complejos a la escena pop internacional. Desde el pop bailable hasta la new wave de los 80 y el indie de los 90. El viernes presentan 'Food and milk for our babies' en Razzmatazz (Razz Clubs).

El grupo se formó en el 2008. Sus integrantes procedían de poblaciones ampurdanesas como Palamós, Palafrugell, Parlavà y Sant Feliu de Boada, que acabó siendo el primer centro de operaciones. La mayoría se había curtido en otras formaciones. Y muy poco tardaron en sorprender con su desprejuiciada propuesta.

Sanjays anda ahora de promoción con un compacto para el que han vuelto a recurrir a Jaume Pla (Mazoni) para la producción, como ya hicieron con 'Laboratorium', el primer álbum que publicaron con el sello Bankrobber. Por cierto, Pla fue profesor de música del cantante, Oscar Martorell.

Más sintetizadores y definición

'Food and milk for our babies' "está más definido que el anterior -admite el vocalista-. Responde al momento en que vivimos ahora". "Quizás nuestras primeras canciones eran más guitarreras y hemos ido evolucionando, introduciendo más sintetizadores. El resultado es menos barroco; menos cargado", describe Adrià Cortadellas (uno de los tres guitarras del conjunto).

El crisol estilístico de su música reponde "a que en la formación hay seis componentes con sus respectivos gustos, y cada uno aporta su toque", aclara Martorell. Además, no tienen "un proceso de creación que responda a ninguna plantilla -añade Cortadellas-. "Quizás un día grabo una melodía, se la paso a Oriol para que ponga la letra, luego le cambiamos el estribillo… es un puzle que vamos completando".

Sanjays aborda estrofas con contenido social y ritmos bailables. Reflexión y fiesta. Al mejor estilo de grupazos como Housemartins, incluyen mensajes políticos en sus pegadizos sencillos. En sus letras abordan la temática "sexual o de amor", una constante en su discografía, pero también la crítica. Y hasta se atreven a "constata que Dios no existe". Todo, con una animada sección rítmica. Y sus habituales juegos de voces masculinas y femeninas (la presencia escénica y la voz de Núria Moliner no pasan desapercibidas).