EL CANTAUTOR SE PRUEBA A SÍ MISMO CON ACTITUD ROCKERA

Roger Mas se electrifica

NÚRIA MARTORELL / BARCELONA

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Roger Mas se ha consagrado como cantautor telúrico y como crooner capaz de desmelenar a la gran Cobla Sant Jordi. El músico de Solsona se ha aventurado por ritmos tradicionales brasileños y rumbos más experimentales. Siempre, pegado a una guitarra "de cuerdas de nylon". Hasta que se vio con la necesidad de probar qué pasaría si la cambiaba por una eléctrica. "A los 40 me siento como un chico de 15; es espectacular; ¡genial!". Con este espíritu rejuvenecido, actuará este jueves "por primera vez con banda en la sala Apolo", subraya.

"Me hace mucha ilusión -explica-. Y era algo que quería hacer sin estar programado por ningún festival. No hay más excusa que las ganas de hacerlo; de conocer las posibilidades de una guitarra eléctrica que si bien suena en mis discos, nunca ha sido tocada por mí, cuando muchos de mis referentes son más eléctricos que acústicos".

Una vez empezado el cortejo con el instrumento enchufado, el siguiente paso fue buscar un repertorio que se adaptara, "ligado" a su primera época "de actitud más rockera". Así es como nació el espectáculo que hoy culmina en Barcelona y que bautizó 'Torna pel camí de les serps'El título del que tenía que haber sido su segundo álbum y que fue descartado por su discográfica, que no le vio la comercialidad al asunto. "Sin ser un trabajo conceptual, cada pieza estaba unida a la otra y tenía su subtítulo", recuerda refiriéndose, entre otras, a 'Després de la tempesta (la cua de la serp)', la que elige para cantar en acústico, y con guitarra clásica para la ocasión, en EL PERIÓDICO.

Piezas hasta ahora desperdigadas

Mas acabó calzando y desperdigando estas canciones en sucesivos discos, pero ya no en su contexto original. De ahí que esté feliz de reunirlas ahora en un concierto en el que también rescata temas emblemáticos y descubre algunos inéditos.

Para este artista, "amante de la etnobotánica", la serpiente es un término recurrente en su cancionero que le sirve, por ejemplo, "para narrar un episodio de meteorlogía extrema, en plan la ira de Dios, y hacer un canto a la ingenuidad. A la gente que prefiere que la realidad no se le muestre completamente desnuda. Cuántas veces se opta por el engaño en vez de la verdad, cuando la verdad no es imprescindible. No siempre".

Adiós a su 'affaire' con la cobla

El próximo 8 de diciembre, en el Teatre Atlàntida de Vic, Mas despedirá su exitosa gira con la Cobla Sant Jordi, una experiencia en la que admite haberse sentido muy suelto, "adquieriendo un punto de personaje". El motivo: "Cuesta mucho dinero y es complicada de mover". "Pensábamos hacer solo 10 actuaciones y llevamos unas 20 -constata un músico que con 5 años empezó a tocar instrumentos y con 12 inició su actividad artística vinculada al clarinete y el saxofón-. Todo lo que ha venido de más es un regalo. Lo que empezó como una novedad ha perdido actualidad. Y queríamos hacer una fiesta; decirnos adiós con una cervecita".

Su voz telúrica, legítima heredera de la Cançó, tiene una trascendencia tan terrenal como mística.