Egon Soda, el pop más barbudo

NÚRIA MARTORELL

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Mencionar Egon Soda es cantar la alineación del 'dream team' más inquieto del panorama musical en castellano, con dos capitanes barbudos (bueno, como el resto) en perfecta armonía. Antes fue un grupo de amigos imberbes que se conocieron en el instituto. Tardaron diez años en sacar su primer disco. Y luego cinco en lanzar el segundo. Facturan un pop-rock con influencias del folk americano, y han ido forjando su interrumpida trayectoria a la vez que ganaban una indiscutible reputación como productores e integrantes de los conjuntos más reconocidos de la actualidad. Sobrados de pelo y de talento, Ricky Falkner Ferran Pontón cohesionan a una 'troupe' de cuatro musicazos más que, como ellos, militan en otras formaciones.

Les visitamos en plena grabación en La Casamurada (Banyeres del Penedès, Tarragona), el estudio que una vez más acoge la gestación de su nuevo álbum. Se trata del tercero y, por una discutible regla de tres, se da por sentado que debe ser el de la consagración. Aunque el título demuestra el poco respeto que les inspira este tipo de expectativas: 'Dadnos precipicios'.

Egon Soda se encuentra en 'stage' de concentración (bueno, y de diversión). La mitad vive en Madrid y la otra, en Barcelona. De forma oficial se han sumado al equipo definitivo Charlie Bautista (teclados) y Ricky Lavado, el percusionista que, ajeno al ajetreo, sigue al mediodía profundamente dormido en el sofá del comedor, con el último libro de Andrés Calamaro ('Paracaídas y vueltas') abierto en su feliz barriga.

'GRAN HERMANO' MUSICAL

La Casamurada es una masía del siglo XIII del bajista y compositor del grupo Lax'n'Busto (Jesús Rovira), quien en el 2007 la rehabilitó de forma en que las habitaciones dan directamente al estudio. Lo que viene a ser una especie de 'Gran hermano' musical (de alto nivel cultural, eso sí), en el que no faltan Dry Martinis, gintónics, Manhattans y Bloody Marys (que cargan de tabasco) a plena luz del día. El despertar, a prueba de resaca, lo adelantó hace dos amaneceres Ferran Pontón en un intempestivo arranque de creatividad. El compositor les despegó de las sábanas con los luminosos acordes de su guitarra acústica, improvisando una letra sobre diluvios universales. Ya con el paraguas del resto de los integrantes, acabaron grabando el tema ('Diluvio universal') y lo escogieron para cerrar el disco.

Hasta esta imponente casa en mitad del campo se acercan variopintos colaboradores. El ilustrador Carlos Saldarriaga lleva varios días conviviendo con ellos, empapándose de sus nuevas composiciones y 'acuarelando' sus rostros a su antojo. Un dibujo de los seis, con un inquietante aspecto de ectoplasma, se convierte en la carátula del compacto, que verá la luz el 23 de octubre (Naïve). Su hermano Julián Saldarriaga (integrante de Love of Lesbian) y Gonçal Planas (Mi Capitán) pasaron la noche anterior en el estudio y, de madrugada, se marcaron unos etílicos coros en la pieza 'Reunión de pastores, ovejas muertas', que empieza así: "Se nos quemó la cena/ y nos gustó el ahumado. Luego nos comimos a los invitados..."

Enric Montefusco (el cantante del finiquitado grupo Standstill) llega justo antes de comer. No sabe nada del banquete de la noche anterior. Se sienta frente a Lavado, que sigue noqueado en el sofá, y acaricia al inmenso perro de la casa, Boira (el nombre le hace justicia, con sus nubes negras sobre el pelaje gris). Por la tarde, Montefusco forma parte de la nómina de colaboradores y deja grabada su imponente voz en la canción 'Roble inverso'.

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GRUPO BICÉFALO

El disco lo van grabando sin ensayos previos, haciendo honor al título. No los necesitan. Todos son músicos curtidos y compenetrados. Y las canciones que inmortalizan vienen con garantía: cuentan con la belleza y la dimensión literaria que identifican a esta banda bicéfala.

"Yo escribo las letras pensando que las va a cantar Ricky. Y es así cuando fluyen con naturalidad. Es más, solo son reales en el momento en que él las interpreta. ¡Es Ricky quien las convierte en una letra de canción!", insiste, humilde, Ferran Pontón (Barcelona, 1976). El letrista y guitarrista de Egon Soda es hijo del editor Gonzalo Pontón. Ha sido y es librero en El Celler de Llibres, y, desde hace tres años, editor en ciernes de Pasado & Presente"Siempre he intentado escribir. Tuve la suerte de conocer muy joven a mis hermanos musicales: Ricky Falkner y Xavier Molero, y juntos empezamos a gatear en esto de la música. Como el tiempo no es igual de cojo para todos, ellos tuvieron clara su vocación y también su futuro, y yo busqué mi sitio cerca de las palabras. He sido y soy librero, escritor de canciones y un guitarrista afortunado de crecer con Pablo Garrido [el otro guitarrista del conjunto]. Si hay algo parecido a la felicidad, duermo a su lado".

Ricky Falkner (Barcelona, 1975) es también muy consciente de la mágica simbiosis que ha establecido con Ferran Pontón. "Somos como las piezas de un puzle", asiente el cantante y multiinstrumentista. "En mi casa sonaba música constantemente, de Beach Boys a Elvis y de The Band a Joe Cocker. Eso, a fin de cuentas, marcó la meta para mis ambiciones. Primero fue el piano en casa de mi abuela Elsa, de muy niño. Poco después, la reunión con el grupo, decidiendo qué instrumentos tocaríamos cada uno, y de ahí a ensayar todo lo posible. Persiguiendo esa meta original, he ocupado el resto de mi tiempo produciendo discos y conociendo a músicos e ingenieros increíbles", relata el que podría ser la versión catalana del mismísimo Quincy Jones (Ricky sigue siendo uno de los productores más reclamados).

EL FANTASMA DE LA NIÑA

El rock americano predomina en la música de 'Dadnos precipicios', pero también hay espacio para aires progresivos y el latin, para la brisa mediterránea e incluso alguna brizna de soul, con unas letras empapadas del poemario de Walt Whitman. Si hay que buscar un concepto, un hilo conductor, sería el de "la unión natural" frente a los envites de "una vida supuestamente moderna", explica Portón. De ahí que el campestre entorno del estudio sea el mejor: "en mitad de la naturaleza y en esta casa tan antigua, con los fantasmas cohabitando en la parte en la que solo Ricky se atreve a dormir", ríe Ferran.

Ricky, que viste con su habitual chilaba, no se inmuta, lo que anima al compositor a seguir con el tema: "Ricky es nuestro chamán. Y, ¿sabes?, al final todo va cogiendo un punto de película de Amenábar. O, mejor aún, de 'El fantasma de la niña', que de vez en cuando le da por hacernos una visita...". Con esta poblada barba y melena leonina, difícilmente Ricky adquirirá el rol de niña, por mucho que se resista a ponerse pantalones. Y esto de llevar chilaba, ¿a qué se debe? "Es cómoda y fresca. La primera vez que me la puse fue precisamente aquí, en La Casamurada. Y, desde entonces, es mi mono de trabajo".

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"El miedo es el valor de los dem\u00e1s\/\u00a0","text":"\"El miedo es el valor de los dem\u00e1s\/\u00a0tu miedo es el valor de los dem\u00e1s\", repite como un mantra Ricky con su reconocible vozarr\u00f3n"}}'La recuperación' es la canción elegida como primer sencillo. "El miedo es el valor de los demás/ tu miedo es el valor de los demás, repite como un mantra Ricky con su reconocible vozarrón. "Como sucedía en 'Nueva Internacional', del disco anterior ['El hambre, el enfado y la respuesta'], es una letra con dos niveles de lectura. La recuperación es lo que el país desea que suceda, esa ansiada realidad. Y también está la clave más introspectiva: se puede ver como una lucha interna, una batalla que libras contigo mismo. Todos estamos deseando salir del pozo, que acabe de caer la piedra, toque fondo, y todo vuelva a subir. A todos los niveles".

El miedo siempre ha sido utilizado como arma política. El miedo paraliza, pero también impulsa a la huida. 'Dadnos precipicios' es un verso de una de las canciones: 'La manada'. Una letra plagada de preguntas, que empieza así: "¿Qué será de nosotros?/ ¿Qué será de la lucha sin fin?/ Pienso en Solentiname/ y en Atahualpa". En el estribillo suena la frase que ha inspirado el título: "Dadnos precipicios y os daremos alas". "Resume el espíritu del álbum. Vamos a lanzarnos, a ver qué pasa. Y si resulta difícil, ya nos plantearemos cómo superarlo". Contra el miedo, dadnos Egon Soda.