Eduard Iniesta encuentra su lugar

Lluís Llach, Plácido Domingo, Josep Carreras, María Bayo, Marina Rossell (la que más), el director Antoni Ros Marbà, la compañía Dagoll Dagom... Muchos reclutan a Eduard Iniesta, un virtuoso de los instrumentos de dobles cuerdas mediterráneos y que últimamente está adquiriendo un justificado protagonismo. Esta noche, en el Auditori, presentará su sexto disco, «el más comprometido», admite, bautizado Escampa la boira.

Hace dos años Iniesta ganó el premio de la crítica al mejor recital de Barnasants, el mismo festival que ahora acoge la puesta de largo de este álbum inspirado en el glamur urbano del personaje de Jacob Goldstein, un músico y compositor de Brooklyn que vive de manera romántica e idealista su profesión en 9 maletes. Es la obra que le ha vuelto a unir a la actriz Mercedes Sampietro y de la que el cantautor recupera para su compacto dos extraordinarias piezas: 10.000 veus y Mala cara, ambas con la letra del reconocido guionista Joaquím Oristrell, escritor y director del montaje.

«Es cierto, he estado más en la sombra. Y si he decidido dar este paso adelante es porque tengo una propuesta de peso que conecta con diversas sensibilidades, y dirigida a ampliar el público -admite-. Es un disco más urbano, con más desnudez en la instrumentación y contundencia en la palabra, con vocación de denunciar lo que está pasado a raíz de esta crisis económica que en realidad traspasa más frentes».

EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN/ Un ejemplo es la letra Partir de Zero, sobre la situación de Catalunya: «No perdem el nord/ no ens faci por la llibertat/ no val la pena perdre el cul/ si no ens fan cas...» «En el momento que vivimos nos hemos de pronunciar. Los artistas tenemos  una función que va más allá del mero mensaje artístico. Somos nosotros y las circunstancias. Y sentí la necesidad de expresar lo que siento. Me considero universalista. Y no me gusta que me pongan límites. Detesto las imposiciones. De niño ya era un hijo rebelde. Y en este sentido me veo obligado a determinarme respecto lo que creo que es una imposición: que no te dejen expresar, que no te dejen hacer una consulta; calibrar lo que la sociedad catalana siente. Y ante eso, hay que reaccionar», espolea. «Es una opinión. Como también lo es que España no se entienda sin Catalunya. Todos nos hemos de poder expresar. De manera cívica. Natural».

Escampa la boira es el trabajo de un orfebre en el que el contraste entre oscuridad y luminosidad del sonido y la letra de cada canción remite a los cuadros del pintor romántico Friedrich. Algo que se refleja hasta en la portada. Iniesta adentrándose en la niebla sobre un puente «de ida y vuelta». «Hay que disipar todo lo que nos empaña y no nos deja ver las cosas con nitidez. Hay que buscar soluciones».