Las polémicas del torneo

Suárez pide perdón

Luis Suárez saluda a la afición con sus hijos Benjamin y Delfina.

Luis Suárez saluda a la afición con sus hijos Benjamin y Delfina.

JOAN DOMÈNECH

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Seis días después de morder a Chiellini, el defensa de Italia, y tras estar en casa con su familia, «recuperando la calma y reflexionando», Luis Suárez ha pedido perdón. No solo eso sino que también ha dado el paso que esperaba el Barcelona. Tras ser castigado con nueve partidos de sanción por la FIFA y confinado del fútbol durante los cuatro próximos meses, el delantero uruguayo expresó ayer su arrepentimiento en una nota emitida a través de su cuenta personal de Twitter. Y sintetizó todo en tres puntos: «Me arrepiento profundamente». Con esta declaración, las puertas del Camp Nou se le abren todavía más a Luis Suárez, el objetivo principal del Barcelona para potenciar su ataque.

«EFECTOS FÍSICOS DE UN MORDISCO» / Por vez primera desde que mordió a Chiellini, Luis Suárez expresó su punto de vista. «Con independencia de las polémicas y de las declaraciones contradictorias que se han producido durante estos días», relató el jugador del Liverpool en su comunicado, explicando que su silencio desde entonces se debía a que no había querido «interferir en el buen hacer de mi selección». Una vez eliminada Uruguay por Colombia en los octavos de final, Luis Suárez habló.

«Lo cierto es que mi compañero de profesión Giorgio Chiellini sufrió en el lance que tuvo conmigo los efectos físicos de un mordisco», contó Luis Suárez, admitiendo por vez primera que había mordido al defensa italiano. «Pido perdón a Giorgio Chiellini y a toda la familia del fútbol», subrayó el uruguayo.

DISCULPAS ACEPTADAS / Inmediatamente después de que el delantero colgara en Twitter su comunicado llegó la respuesta, a través de la misma vía, del defensa italiano. «Todo está olvidado, espero que la FIFA te reduzca la sanción», le replicó, de manera comprensiva, el central de la Juventus. Y el Barça, por su parte, ya tiene lo que buscaba. Un gesto de arrepentimiento de Luis Suárez, la puerta para agilizar las negociaciones que permitan al delantero reunirse con Messi y Neymar.

Pedido el perdón públicamente, faltaba un último paso para complacer a la directiva azulgrana. Y Luis Suárez lo completaba en el tercer y último, y definitivo, capítulo de su disculpa: «Me comprometo públicamente a que nunca volverá a ocurrir un incidente como este con mi intervención». El Barça escuchaba, o en este caso leía, lo que tanto necesitaba para impulsar ahora las conversaciones con el Liverpool.

El club inglés tiene asumido que perderá a su estrella. La estrella quiere irse de Inglaterra donde el ambiente para jugar se le ha hecho irrespirable. Y el Barça necesita a un goleador para arropar a Messi y Neymar en el inicio del nuevo proyecto de Luis Enrique. Las piezas comienzan a ir encajando.

En Uruguay, entretanto, la indignación, continúa. «Podían haber sancionado, pero no imponer sanciones fascistas», dijo ayer José Mújica, el presidente del país, quien calificó de «manga de viejos hijos de puta» a los dirigentes de la FIFA. Luis Suárez, mientras, pide perdón ante el mundo y traza su inmediato camino hacia el Camp Nou.