Grosjean correrá el próximo año con el nuevo equipo estadounidense Haas

El nuevo equipo estadounidense Haas, que competirá el año que viene en el Mundial de F-1, ha anunciado este martes que el francés Romain Grisjean, en la actualidad en Lotus, será su primer piloto. Así lo han explicado el propietario de la escudería, Gene Haas, y el jefe del equipo, Günther Steiner, durante una conferencia de prensa en su sede, en la ciudad estadounidense de Kannapolis (Carolina del Norte), según informa la web oficial del campeonato.

Grosjean, de 29 años, campeón en el 2011 de la GP2 Series y con 78 grandes premios a sus espaldas, debutará como piloto de Haas en Australia, primera prueba del Mundial del año que viene. Los coches del Haas F1 Team estarán propulsados por unidades motrices Ferrari.

En declaraciones que reproduce la web www.formula1.com, Grosjean afirma que "lo que el equipo de Geen Haas está construyendo es impresionante". "Estoy muy orgulloso de formar parte de este nuevo proyecto. La F-1 es increíblemente competitiva y la única forma de tener éxito es hallar nuevos caminos para hacer las cosas", agrega el piloto francés.

UN FICHAJE "FUNDAMENTAL" PARA EL PROYECTO

Haas, propietario del equipo, ha reconocido que el fichaje de Grosjean es fundamental para su proyecto. "Buscábamos un piloto experimentado, capaz de desarrollar el coche y el equipo. Un piloto que sume puntos y que mejore en cada carrera. Llevo muchos años en el automovilismo y aprendí muy pronto que el componente primordial de un equipo es el piloto", argumenta. Para Steiner, además de la experiencia, Grosjean es un piloto "dotado técnicamente". "Aporta muchos datos del comportamiento del coche. Será crucial en el desarrollo del coche durante la temporada", afirma el jefe de equipo.

Grosjean se desliga de Lotus justo cuando Renault acaba de anunciar que ha lanzado el proceso de adquisición de Lotus, lo que supone el primer paso del regreso del grupo francés como constructor en esa disciplina. La compra de Lotus por Renault supondrá un alivio a las dificultades económicas que sufre la escudería británica, que depende en gran medida de patrocinadores como la petrolera venezolana PDVSA, que de momento no se ha pronunciado sobre una posible renovación de contrato para el 2017.