Ferrari teme adentrarse en una crisis profunda

La marcha del británico James Allison, director técnico de la 'Scuderia', siembra de dudas el futuro del equipo de Maranello

Maurizio Arrivabene, jefe de Ferrari, en Hungaroring.

Maurizio Arrivabene, jefe de Ferrari, en Hungaroring. / periodico

MIGUEL MARTÍNEZ

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Era como si Ferrari hubiera encontrado al verdadero sustituto de Ross Brawn, el hombre que había organizado Maranello desde la dirección técnica, para conseguir cinco títulos consecutivos (2000-2004). El británico James Allison había logrado un pequeño resurgir de Ferrari durante 2015, cuando puso en pista el SF15T, su creación (Sebastian Vettel ganó tres carreras) tras haber llegado al equipo un año antes. Los jefes de Ferrari le dieron el poder absoluto para 2016, pero la temporada no pudo comenzar peor para él.

Durante el primer fin de semana en Australia, Rebeca, la mujer de James, falleció en Inglaterra de un ataque fulgurante de meningitis.

Se fue con 46 años, dejando a tres menores huérfanos. Emily, Matteo y Jonathan. Dicen que, abrazado a sus hijos aquel 5 de abril en el funeral por su esposa en la iglesia St Swithun, en Kennington, James prometió dejar su vida en Italia y Ferrari, y cuidar de sus hijos con un trabajo en Inglaterra.

ALLISON BUSCA LA PAZ

Era solo cuestión de tiempo que dejara Ferrari. La 'Scuderia' le dio plena libertad para trabajar en Maranello o en su casa. Allison trabajó mucho en mayo y junio, los meses claves para desarrollar el diseño del coche del 2017 con la nueva reglamentación. Ya lo ha hecho. El fino perfeccionamiento del nuevo diseño la harán otros. El coche ya está calculado. Y, ahora, James, de 48 años, se dedicará a sus hijos y, es posible, muy posible que, en unos meses, logre ese trabajo más pausado, más proximo, que le permita no separarse de sus hijos. Posiblemente, sí, regrese a Enstone (Renault) donde ya brilló antes de su segunda etapa en Ferrari.

Allison destacó como 'cerebrito' del diseño aerodinámico cuando finalizó cómo nº 1 de su promoción, en Cambridge, la licenciatura de ingeniero aeroespacial. Tenía el talento para el diseño y, además, aprendió mucho de su enorme capacidad para ser eficiente. Su padre, Sir John Allison, fue oficial de la RAF –las fuerzas aéreas británicas–, donde llegó a ser comandante en jefe de logística. "De pequeño, me llevaba a bases militares", cuenta James. "Cuando tenía cuatro años, vivíamos en Arizona, donde mi padre estaba participando en un intercambio con un oficial de la USAF”. Con su padre aprendió mucho de logística, de orden, de eficiencia, todo ello, sin renunciar a su talento como diseñador. Parecía que Ferrari había encontrado a la persona que necesitaba, después de triturar a sinfín de directores técnicos.

CAOS EN MARANELLO

Luca Cordero de Montezemolo era el presidente; Stefano Domenicali, el director de equipo en el que Fernando Alonso disputó el título mundial en 2010, 2012 y, para muchos, en 2013. Nikola Tombazis, el diseñador; Aldo Costa, el director técnico; Luca Marmorini, jefe de motores; Máximo Rivola, director de gestión deportiva. Pat Fray sustituyó a Costa en 2011, Marco Matiacci a Domenicali en 2014… No queda ninguno. Una purga que se inició en Costa —ahora triunfando en Mercedes— y que se aceleró cuando Alonso le dijo, en el verano de 2014, a Montezemolo: “Esto no va a ningún lado. Ya sé que tengo contrato, pero me voy”.

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Fue un bombazo. “Si tienes un contrato en vigor con Ferrari y le pides al presidente si te puedes ir, es una cosa bastante única para un italiano y para la prensa italiana. Hubo un periodo de digestión de esa decisión. Ahora también ven que las cosas, más o menos, siguen igual, que Mercedes que es el gran dominador, pues siempre está un paso por delante. Hace unos años, Webber y Vettel ganaban todas las carreras. Ahora las ganan Rosberg y Hamilton”, recuerda Alonso.

VETTEL SIGUE PROTESTANDO

Es cierto, Ferrari estaba al nivel de resultados donde Alonso lo había dejado en 2014, pero había cierta estabilidad a nivel operacional e institucional, hasta que Vettel comenzó a quejarse por todo y, en Italia, comenzó a filtrarse que el alemán ya pensaba en marcharse de Maranello. Este año, ya no son ni el segundo equipo del campeonato, y el año pasado celebraron por todo lo alto que Vettel fuera tercero en el Mundial y que ni siquiera tuviera opciones en ningún momento al título.

“Tampoco lo analizo mucho”, dijo esta semana Alonso en 'El partido de las 12', de la COPE. “No le deseo el mal ni el bien a nadie, los deportistas somos bastante egoístas en ese sentido y no nos fijamos demasiado. Sí que la temporada pasada empezaron fuertes, tuvieron un año 'bueno' entre comillas, porque fueron segundos en constructores, pero lo celebraron de forma bastante efusiva. Este año han dado un paso atrás o más bien Red Bull ha vuelto a un nivel aceptable. Esa historia la viví durante cinco años”.

NECESIDAD DE BUENOS RESULTADOS

Los pilotos se van porque no ganan, y el nuevo jefe, Sergio Marccione, exige títulos para justificar la inversión. En mitad de este fuego cruzado, Allison se va por motivos personales justo antes de un 2017 lleno de incógnitas con importantes cambios de normas en el reglamento. Jock Clear ya ejerce de jefe de operaciones en pista, pero la 'Scuderia' necesita un diseñador y, sobre todo, un organizador del trabajo. Otro James, esta vez Key, el diseñador jefe de Toro Rosso, es la primera opción de Ferrari, pero en Red Bull ya le han puesto precio —finaliza contrato a finales del 2017— y no es barato.