EL MAYOR DESASTRE EN DÉCADAS EN LA PARRILLA DE F-1

Alonso hace de taxista

"Me niego a pilotar como un aficionado, no reduciré la velocidad para ahorrar gasolina", dijo el bicampeón en Montreal La evolución del McLaren-Honda se encuentra en el minuto uno

Fernando Alonso, durante los entrenamientos de clasificación en el GP de Canadá

Fernando Alonso, durante los entrenamientos de clasificación en el GP de Canadá / periodico

MIGUEL / MARTÍNEZ

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"Tienes que ahorrar gasolina", decían por radio a Fernando Alonso en las primeras vueltas del GP de Canadá, cuando intentaba aguantar, por algún tiempo, al Ferrari de Sebastian Vettel, cuando batallaba con su amigo Carlos Sainz. "No quiero", se escuchaba en la señal internacional que sirven a las televisiones. Pero la conversación por la radio fue mucho más allá.

"Si ahorro gasolina, las baterías no salen de esta", les advirtió. Y justo, tuvo que abandonar por un problema múltiple entre baterías y ERS que ni en la escudería pueden entender. Y, sobre todo, Alonso se negó a conducir con limitaciones: "No quiero conducir así, parezco un aficionado", les espetó.

Los motores se rompen

Porque sí, este MP4/30 es indigno para el bicampeón y para una escudería con el nombre, el prestigio y el palmarés de McLaren. La segunda escudería más laureada de la historia suma cuatro puntitos este año, los conseguidos por Jenson Button, en Mónaco. El inglés rompió de nuevo el motor en los libres, ni siquiera llegó a tomar parte en la clasificación, salió penalizado por colocar el quinto motor y tampoco acabó la carrera.

Alonso siguió su misma suerte y abandonó por tercera carrera consecutiva. El 'nano', el hombre llamado a liderar el equipo y luchar por cosas grandes, aún no ha sumado un punto. Pero de él no sale una mala palabra, ni una queja, nada. Con toda la serenidad, sin acritud alguna, el asturiano recuerda que el año pasado era quinto o sexto con el Ferrari. Y no quiere más sextos, ni quintos, ni cuartos, y sobre todo, no quiere segundos. Eligió McLaren para ganar a medio plazo, pero incluso a medio plazo, no hay signos para el optimismo.

Hartos de la bisoñez de los japoneses, de su incapacidad para evolucionar la unidad híbrida de potencia, McLaren pactó con Honda hacerse cargo de todas las piezas auxiliares que no sean el motor de combustión, baterías, recuperadores de energía, sistema eléctrico de frenos, motores eléctricos, bombas, electrónica… Pero tampoco. Lo encargan a un proveedor. No funciona. Y cambian de proveedor. Y así van dando palos de ciego, por eso están en el minuto uno de la evolución del coche, casi como cuando lo pusieron en pista, por primera vez, tras el último GP de Abu Dabi el año pasado, en los primeros tests. En aquella ocasión, solo pudieron dar una vuelta en tres días. Luego, mil disculpas.

Y no solo falla el motor. La unidad de potencia, el chasis y la aerodinámica tampoco son para tirar cohetes. "Es cierto, no solo tenemos que mejorar el motor, son varias las áreas del coche que debemos mejorar mucho", confirma Eric Boullier, el jefe de equipo, que no sabe a dónde mirar, como cabeza de este proyecto, y en mitad de la guerra de poder entre Ron Dennis, con el 40% de las acciones, y la otra parte, el 60%, propiedad de Mansour Ojjeh y la familia real bareiní.

Lo peor es que un problema genera otro, y otro. La complejidad de los monoplazas de F-1 interconectan hasta lo inimaginable todas las partes del coche. Un problema en el recuperador de energía no solo resta potencia, sino que también modifica la frenada, destroza los neumáticos... McLaren aún no ha solucionado asuntos que Mercedes resolvió mucho antes de poner su primer coche en pista con esta tecnología, mucho antes de los primeros tests del año pasado, como el de la gasolina. Hasta en algo tan trabajado como el motor tradicional de combustión anda rezagado Honda.

Retraso en todo

Aún no han solucionado el tema de la autodetonación --cuando la mezcla de gasolina explota antes del chispazo de la bujía-- porque esa mezcla llega sin refrigerar. Eso obliga a utilizar una gasolina con mucho más octanaje y, por lo tanto, con menos capacidad energética, o sea, menos potencia y más consumo, eso que obliga a Alonso a pilotar "como un aficionado".

Y todo para ni siquiera acabar carreras. McLaren ha dejado de ser fiable, el punto de partida para cualquier evolución de rendimiento en el mundo de la F-1. Se encuentra en el minuto cero, en el capítulo 1 de la evolución del coche.