Hombre y sexualidad

¿Tienes un cromañón en casa?

Hay hombres que se han quedado en la prehistoria en lo que a la sexualidad se refiere. No todos, por supuesto. Pero quizás a alguien se le ha colado un 'cromañón' en casa... Vamos a conocerlos

Una pareja en la cama.

Una pareja en la cama. / periodico

Elena Crespi Asensio

Elena Crespi Asensio

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"¿Cómo puedo saber si tengo un cromañón en casa?" Se preguntaran muchas personas, sobretodo mujeres. Es muy sencillo reconocerlo. Las características de quien se ha quedado en la prehistoria en todo aquello que se relaciona con lasexualidadson:

- Vivir la sexualidad como un hecho puramente dedesahogo: una necesidad fisiológica, una descarga.

- Pensar en elsexoreduciendo mucho el terreno: básicamente dando importancia a losgenitalesolvidándose del resto del cuerpo.

- Tener una visión excesivamente egoísta de la sexualidad: solamente importa el propioplacery no se piensa en el de lapareja.

- Ir directo al grano: sin entrar en el juego, yendo directamente y dando excesiva importancia a lapenetración.

Aviso importante: Se puede ser más o menos cromañón en función de si se tienen todas las características o solamente algunas, o de la cantidad de cada una que se lleve incorporada.

Vamos a interrelacionar los cuatro puntos anteriores:

Nos podemos encontrar ante un hombre que, al ver la relación sexual como un desahogo, solamente espere y piense en el momento delorgasmoy no esté con ganas ni vea el motivo para alargar un poco el placer que se puede obtener antes de llegar a ese momento de máximo placer.

Por lo tanto, si no quiere entretenerse y quiere llegar al orgasmo como finalidad de la relación sexual, buscará la estimulación más directa sobre sus genitales (viéndolos como la única fuente de placer en lasrelaciones sexuales) y se olvidará de toda la piel que recorre su cuerpo, incluso sin sentir gran cosa cuando lo acarician en alguna zona fuera del terreno genital.

Dará tanta importancia al placer y al desahogo que siente en el momento del orgasmo que incluso puede llegar a olvidarse de que está jugando con su pareja y se centrará exclusivamente en su propio placer. Desgraciadamente, son muchas las mujeres que acuden a consulta que se sienten como si fueran puros objetos sexuales que sirven para el placer de su pareja. Es como si se masturbara conmigo dicen algunas pacientes que acuden a buscar ayuda a los psicólogos y psicólogas que nos especializamos en sexualidad y pareja.

Y, para finalizar, muchos de estos hombres se centran única y exclusivamente en tener penetración y a través de esta práctica obtener su placer. Olvidándose, como decíamos antes, que las personas (sexualmente hablando) son mucho más que un pene y una vagina. Nos encontramos en una sociedad que da mucha importancia a la penetración y los hombres que se centran a jugar solamente a ese juego suelen verlo como el único capaz de proporcionar placer.

Y si nos encontramos ante alguien que quiere descargar, que ve la sexualidad de manera genital, que busca su propio placer y que busca constantemente la penetración, no me extraña la frase que más de una vez he escuchado en terapia dicha por muchas mujeres: me hace sentir como si fuera solamente un agujero... Si a eso le sumamos que la vagina no tiene porque ser especialmente sensible y sentir gran placer... muchas mujeres se sienten como un agujero que no nota nada, sin sensación alguna (y menos si quien les acompaña en la cama no está dispuesto a jugar un poco...)

Cuanto más anclado esté un hombre en los cuatro puntos anteriores, más difícil será el juego y el baile sexual con la pareja. Si te reconoces en alguno de estos puntos, te recomiendo que puedas ampliar tus horizontes sexuales y quizásgozarmás de tu sexualidad en pareja.