Sexualidad y sociedad

¿Se puede vivir sin sexo?

En la actualidad parece que tengamos que ser auténticos sibaritas del sexo. Muchas de las cosas que nos envuelven están sexualizadas y el mensaje que recibimos sobre nuestra sexualidad hoy en día es que tenemos que saber mucho y ser muy activos en este ter

Pareja.

Pareja. / periodico

Elena Crespi Asensio

Elena Crespi Asensio

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La sociedad nos empuja a tener una sexualidad desenfrenada. Quien tiene pocos contactos sexuales recibe miradas de extrañez o miradas de pena. Las encuestas nos dicen que se tienen que tener un número concreto de relaciones a la semana para estar dentro de la media y no resultar extraño. Y mucho mejor si estamos por encima de la media. A los hombres (y también a las mujeres) les encanta fanfarronear sobre nuestra sexualidad. Hasta el punto que se ha convertido en un escaparate en el que mostramos y comentamos aquello que a nosotros nos conviene. Y siempre mostramos lo mejor, evidentemente (suceda lo que suceda dentro de la tienda).

Pero... ¿y aquellas personas que han decidido voluntariamente que desean vivir sin sexo? Existen. Y se hacen llamar "asexuales". Hace unos días escuché un programa de radio en donde una persona que se definía como asexual explicaba su experiencia y su vivencia de la asexualidad. Y me resultó muy interesante, aunque me dejó con ciertos interrogantes.

La Red para la Educación y la Visibilidad de la Asexualidad (Reva) dice que es asexual aquella

persona que no experimenta atracción sexual

La Reva también explica que

la asexualidad es la falta de orientación y deseo sexuales. Las personas asexuales no sienten atracción sexual o física hacia ninguna otra persona y no sienten deseo por el deseoplacer sexual

Es posible que exista quien se defina como asexual porque decida no tener contacto sexual a raíz de que no le apetezca o no le guste vivir su sexualidad de manera activa. Aunque, según Masters & Johnson (que investigaron la respuesta sexual humana) los seres humanos responden de manera automática ante un estímulo sexual. Al menos físicamente. Quizás una persona asexual no reconozca su excitación sexual física (aunque en n teoría debe tenerla, fruto de una respuesta innata a un estímulo sexual) pero lo que creo que es más importante es que quizás no discrimine su excitación mental, o la rechace. O quizás no la tenga. Aunque considero que más que no tener, lo que realmente le pueda suceder a una persona asexual es que no le interese, sencillamente.

Cada uno tiene derecho a desear y a no desear lo que quiera

En una sociedad en la que parece que s enos empuje a vivir nuestra sexualidad confundiendo libertad con libertinaje (cosa que no es buena), debemos tener en cuenta que también existen personas que renuncian a la vivencia de su sexualidad. Lo que quizás me preocupa más, es que algunas de las personas que renuncian a la sexualidad suelen renunciar a cualquier contacto con otro ser humano: abrazoscarícias, etcétera, y eso sí es más alarmante. Los humanos no podemos sobrevivir sin el contacto con otro ser humano. Podemos vivir sin sexo, pero no podemos vivir sin afectividad y contacto.

De todos modos, dejadme hacer un paralelismo: conocéis a alguien que no disfrute de la comida? Alguien que solamente coma por necesidad vital? Pues imagino a una persona asexual como alguien a quien no le apasione comer y, como podemos vivir sin sexo tranquilamente, decida no mantener contacto sexual. Quien no disfruta comiendo no puede elegir no comer.

Pero si me permitís, haré una recomendación, ya que es mucho mejor comer saboreando cada bocado y tener relaciones sexuales gozando de cada momento. Os animo a buscar aquello que os hace gozar (en todos los terrenos) porque si bien es cierto que cada uno tiene derecho a desear o a no desear lo que quiera, ¿no creéis que es mucho más divertido vivir gozando que estando en una zona neutra?