MUNDIAL DE MOTOCICLISMO

Marc, el último prodigio del motociclismo español

El de Cervera, que el próximo año dará el salto a MotoGP con Repsol-Honda, ha dominado el campeonato de Moto2 con gran autoridad

Márquez riega con cava su felicidad.

Márquez riega con cava su felicidad. / TBW/ML

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / Barcelona

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Todo fueron gritos. Y un montón de lágrimas, muchas lagrimas. Las de papá Julià Márquez, que salió gritando del 'boxe' con sus dos índices al aire cantando "¡dos! ¡dos! ¡dos!". Las de Emilio Alzamora, manager de Marc Márquez y el excampeón del mundo de 125cc que ha guiado sus pasos, que vivió con demasiada tensión las últimas vueltas. "Sabía que iba a intentar estar en el podio, estaba obsesionado con celebrar el título en el podio. Y, la verdad, la carrera que ha hecho me ha encantado....menos la últimas vuelta". Las de Santi Hernández, técnico de Márquez, que mientras pedía paz para celebrar "esta conquista tan grande y que nos ha costado tanto", recordaba a su madre con los ojos llorosos. Y, por supuesto, las del propio Marc, que se emocionó cuando, ante las cámaras de Tele-5, compartió su título y alegría con Roser, su madre, y su club de fan, "que estarán tan felices como yo en Cervera, seguro, ¡gracias por madrugar!". Y besó el objetivo, como si besase a toda España. Por cierto, Márquez dio la vuelta de honor con una inmensa bandera española, que paseó por todo el circuito de Phillip Island.

Es muy posible, seguro, que la emoción de esos minutos se debiese, fundamentalmente, a lo dura que fue la pretemporada, pues todos ustedes recordarán, sin duda, que Márquez, fruto de la caída en los ensayos de Malasia-2011 que le arruinó la posibilidad de conquistar, ya ese año, el título de Moto2, sufrió una seria, grave, lesión en su ojo derecho, que le provocaba doble visión y de la que tuvo que ser operado, el pasado 17 de enero, por el doctor Bernardo Sánchez Dalmau, lo que retrasó la puesta en marcha de toda la temporada. Tanto, que Márquez se presentó en el primer gran premio de la temporada, en Catar, con apenas tres entrenamientos. Y ganó. Esa emoción acumulada ha estallado hoy en el muro de Phillip Island.

Márquez, nacido en Cervera (Lleida) el 17 de febrero de 1993, corrió desde niño en moto, siempre apoyado por sus padres. Debutó en el Mundial de motociclismo en el 2008, en el Gran Premio de Catar (125cc), logrado su primera victoria en Italia-2010. Suma 25 triunfos (es el piloto más joven de la historia en lograr semejante cifra), 37 podios y 28 'poles positions'. Su progresión ha sido impresionante siendo 13º en el Mundial del 2008, octava en el 2009 y campeón del mundo de 125cc, con Derbi, en el 2010. Luego dio el saltó a Moto2 y, ya el primer año, en el 2011, estuvo a punto de coronarse campeón, pero esa lesión de Sepang se lo impidió. Y ahora, en su segundo año en la categoría intermedia, ha arrollado a todos sus rivales, incluído ese casi casi invencible Pol Espargaró. El ídolo de Cervera se ha subido 13 veces al podio (12+1, que diría Ángel Nieto) y en ocho de esas ocasiones en lo más alto del podio: Catar, Portugal, Holanda, Alemania, EEUU (Indianápolis), República Checa, San Marino y Japón.

"Es imposible sentirse más feliz y, sobre todo, es imposible agradecer a toda la gente que tengo que agradecer lo mucho que me ha ayudado", empezó diciendo Márquez al bajarse del podio, totalmente empapado en cava, en parte por culpa de la botella de 'Polyccio'. "Por eso lo primero que quiero decir es que gracias, muchas gracias, a mis patrocinadores, a mi familia, a Emilio (Alzamora) y a todo mi equipo, que ha estado conmigo en los malos momentos, especialmente en la pretemporada y en la enfermedad". Márquez, que fue recibido por su equipo con dos inmensas pizarras, en las que decía "campeón del mundo" y en la otra podía leerse "dos años inolvidables, muchas gracias". Esta última estaba firmada por todos los miembros de su equipo que, como todo el mundo sabe, desaparecerá tras el GP de la Comunidad de Valencia al irse Márquez a MotoGP y no poder llevarse a todos sus técnicos y mecánicos.

"Ha sido una temporada muy dura, en la que he intentado poner en practica, sobre todo a nivel de experiencia y cabeza, todo lo que aprendí el año pasado", siguió contando el campeón de Cervera. "Y, desde luego, lo más importante que aprendí fue que lo fundamental es ganar el título, así que he corrido pensando en acabar entre los primeros y ganar el título". Márquez reconoció que no le fue fácil "pues, en el primer entrenamiento del viernes tuvimos problemas electricos y el sábado llovió, lo que me impidió poner la moto como a mi me gusta pero, bueno, iba lo suficientemente bien como para, en el día clave, no fallarme".

Ni que decir tiene que Marc Márquez, elogiado por todo el 'paddock' del Mundial, está considerado ya como el último prodigio de la factoría española y uno de los líderes de la 'armada española', que lleva acumulando victorias y títulos a lo largo de la última década. La mejor demostración de eso es que la fábrica Honda, la más importante del campeonato, no ha dudado en ficharle para, nada más y nada menos, que entregarle la moto del campeón del mundo Casey Stoner. Es más, ahí estaba Shuhei Nakamoto, jefe supremo del departamento de competición de la firma alada, en el 'corralito' de Moto2 para ser el primero, o de los primeros, en felicitar a su nuevo piloto.