Pedrosa, el último de la fila

El campeón catalán se convierte en el octavo vencedor distinto en los últimos ocho grandes premios de la temporada

Dani Pedrosa celebra su victoria en Misano.

Dani Pedrosa celebra su victoria en Misano. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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“¿Que qué ha sido lo más duro de estos 13 grandes premios sin ganar? Mucho más difícil que no perder la concentración y seguir centrado en mi trabajo ha sido mantener la motivación, no solo mía, sino de todo el equipo mío. Y eso lo he podido hacer por la cantidad de gente, no solo familia, amigos y colaboradores, que han seguido confiando en mí, sobre todo los aficionados que me hacían ver que debía y podía salir de este bache”.

Dani Pedrosa, de 30 años, 257 carreras, 144 podios y 52 victorias, ha vuelto a repetir el milagro de ser, en los últimos 11 años, los que lleva en el Mundial de MotoGP, el único piloto que, como poco, ha ganado un gran premio cada año. Cuando a 11 vueltas del final del Gran Premio de San Marino, Pedrosa se colocó segundo, estaba a 1.244 segundos de Valentino Rossi, pero se veía que iba a cazarlo y derrotarle. Faltando 10 vueltas, estaba a 0.958; a 9 vueltas, a 0.438; a 8 giros, a 0.258; a siete, a 0.099 segundos y, a falta de seis, ya cruzó la meta como líder y candidato a la victoria. Así fue la caza y así provocó la desesperación en un Rossi, cuyo objetivo este año, al margen de intentar ganar el ‘décimo’, era vencer en casa, ante 100.497 seguidores suyos.

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LA MARCA DE PEDROSA

Pedrosa cruzó la meta y obtuvo su victoria nº 52, las mismas que posee el mítico campeonísimo británico, ya leyenda, Phil Read, que le vio ganar ayer en Misano. Está a solo un triunfo de los 53 de Marc Márquez, que lleva cuatro grandes premios (Austria, Brno, Inglaterra y San Marino) intentando lograr la victoria nº 54, que le iguale con el australiano Mick Doohan. “Habían ganado Márquez, Lorenzo, Rossi, Miller, Iannone, Crutchlow y Viñales, así que yo tenía que completar el grupo, no había otra y esta era una grandiosa oportunidad”. Pedrosa reconoce que el inicio de la carrera era “vital”, porque salía desde muy atrás (“debo esmerarme en la ‘quali’ del sábado, debo ser más agresivo, porque para intentar ganar has de salir desde la primera fila”) y temía encontrarse encerrado entre pilotos más lentos en las primeras vueltas.

“A medida que iban pasando las vueltas, mi ritmo mejoraba. Cuando he empezado a darme cuenta de que era regular, rápido y constante, me he animado muchísimo. Me he ido creciendo. Y cuando he empezado a superar a los rivales de delante, he pensado que tenía tiempo de llegar a Rossi y eso aún me ha hecho confiar más en mis posibilidades”, señaló el piloto catalán, que reconoció que, a partir del test de Brno, todo ha ido a mejor. “Allí trabajamos en una dirección distinta, reconstruimos mi moto ideal y hemos mejorado mucho, ganando en confianza encima de la moto”.

EL APOYO DE FAMILIA Y AMIGOS

Pedrosa afirma que, junto a su técnico Ramón Aurín, decidieron trabajar “en lo malo, en ganar confianza y, sobre todo, en entender las ruedas y cómo usarlas”. Para el vencedor de Misano, que acumula ya 29 triunfos en la categoría ‘reina’, “el apoyo de mi familia, amigos, el equipo y los máximos responsables de Honda, Shuhei Nakamoto y Livio Suppo, ha sido vital, porque ellos siempre creyeron que acabaría superando este mal momento. Cuando ves que la gente que te rodea se preocupa y te ayuda, tienes más ganas de superarte”.

Todo el mundo elogió, no solo la victoria de Pedrosa, sino la manera de conseguirla. “Ha ganado saliendo desde atrás, manteniendo el ritmo altísimo en una carrera que ha sido muy rápida”, comentó Marc Márquez, que se alegró de la recuperación de su colega de box “porque así tendré una telemetría que mirar para tratar de solucionar los problemas que tenga”. “Estoy superalegre por Dani (Pedrosa), porque los grandes campeones nunca se dan por vencidos aunque algunos los consideren ya por viejos o muertos”, dijo Jorge Lorenzo en plan reivindicativo. “No había nada que hacer. Cuando lo vi en mi rebufo, supe que perdería”, sentenció Rossi, que llamó, medio en broma medio en serio, ”bastardo” a Pedrosa antes de salir a la plataforma del podio “porque no ganas nunca y has tenido que venir a mi casa para ganarme ante los míos”.

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SEGUIR GANANDO

Ni que decir tiene que Pedrosa no se lo cree. “He de ganar más. No me puedo pararme aquí. Ahora llegan circuitos que se me da muy bien y he de intentar ganar más carreras. Aquí nadie se duerme y los que hoy han sido derrotados harán lo que hacía yo hasta ahora: trabajar más duro para poder subir al podio. Cuesta mucho ganar para lo poco que dura la alegría. No voy a despegar los pies del suelo y voy a poner la mirada en el futuro, es decir, en Motorland, que es el próximo gran premio que viene”.

Ocho vencedores distintos en los últimos ocho grandes premios. Y, entre ellos, cuando nadie creía que aparecería o que, de hacerlo, tardaría, llegó Dani Pedrosa y se adueño, de forma espectacular, del escenario con mayor nitidez y brillantez que muchos de los otros siete ganadores. Y ahora, claro, quiere más. Y eso que, tal y como reconoció al bajar del podio, “cuando vi en parrilla que era el único piloto ‘top’ que había montado el neumático blando delante, el ‘culillo’ se me encogió”.

EL SUFRIMIENTO DE PAPÁ

El norteamericano Randy Mamola, exsubcampeón del mundo de 500cc en 1980, 81, 84 y 87 y asesor personal del británico Bradley Smith, reconoció ayer a EL PERIÓDICO que se sentía muy feliz “especialmente por Antonio, el padre de Dani, por la victoria de Pedrosa”, ya que, en el viaje de ida a Bolonia había detectado en el progenitor del piloto catalán “una enorme preocupación” por la situación de su hijo. Tal vez por ello, Antonio vivió las últimas vueltas de Dani en Misano de rodillas frente a uno de los plasmas que hay en el box Repsol-Honda.