El muñeco que salva vidas

El equipo médico de intervención inmediata practica, en cadaGP, con un maniquí en el que puede reproducir todo tipo de lesiones

El equipo del doctor Ángel Charte practicó ayer, en Jerez, con el maniquí que finge lesiones graves.

El equipo del doctor Ángel Charte practicó ayer, en Jerez, con el maniquí que finge lesiones graves. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / JEREZ

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El Mundial de motociclismo sigue reforzando la protección de sus pilotos y, en las próximas semanas, no solo van a sustituir la clínica móvil rodante dirigida por el doctor italiano Michele Zasa, convirtiéndola en un expléndido hospitality más del paddock de MotoGP, sino que ha aumentado el conocido Dorna Medical Team, de intervención inmediata en la pista, dirigido por los doctores Ángel Charte y Xavier Mir, de la clínica Quirón-Dexeus, recientemente adquirida por la compañía alemana Helios.

La última gran novedad del equipo, que intenta salvar vidas en la pista, es un maniquí robotorizado chino, que cuesta algo menos de 20.000 euros, con el que el equipo médico puede practicar todo tipo de intervenciones, ya que el muñeco, que tiene el tamaño y el comportamiento de un ser humano, puede ser programado para que imite todo tipo de lesiones, ya que, antes, se le han introducido en su memoria los síntomas que los doctores quieren que reproduzca en la pista o en la sala de ensayo.

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ENSAYO EN CADA GP

«Los accidentes más graves, las situaciones que más nos inquietan, se producen, habitualmente en la primera o, a lo sumo, segunda vuelta, cuando existe el mayor peligro de atropello», explica el doctor Mir. Con Nishikori, que es como le llaman los doctores, simpáticamente, al maniquí, se pueden simular todo tipo de curas y lesiones. «Puedes programarlo para que tenga una parada cardiaca –cuenta el doctor Charte--, puede sufrir una parada respiratoria e, incluso, él mismo te corrige, con la pantallita que lleva incorporada, si te equivocas en el momento de colocarle una sonda, una vía, si te equivocas de vena o si, en lugar de entubarlo por la tráquea, lo entubas por el esófago».

Charte practicó ayer, como hace cada jueves por la tarde en los circuitos donde se disputa el gran premio, con Nishikori, con el equipo de intervención inmediata que, en Jerez, está compuesto por él, la doctora Élvira Moreno, el doctor Manuel García y los enfermeros Juan Miguel Bustillo e Ismael Márquez. «El maniquí es muy, muy, útil pues, tal y como ocurre en muchas universidades, puedes practicar con él todo tipo de intervenciones y auxilios».

«El Mundial se preocupa de muchas cosas, pero la salud de los pilotos es importantísima y no estamos hablando solo de la asistencia en la pista, estamos hablando de que se sientan cómodos y tranquilos a lo largo de todo el fin de semana», cuenta Carmelo Ezpeleta, responsable del campeonato.

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«Una cosa es el día a día, la vigilancia del estado físico de los pilotos, cuyo seguimiento, en este sentido, es excelente, muy, muy eficaz y completo por parte del equipo del doctor Zasa y su clínica móvil», cuenta el doctor Charte. «Y otra, muy distinta, es la intervención urgente, inmediata, muchas veces a vida o muerte en la pista. Ahí no podemos fallar y, en ese sentido, tenemos que estar lo mejor entrenados posible. No cabe duda de que la profesionalización y nivel de los médicos locales de cada circuito ha cambiado enormemente en los últimos años y, ahora sí, podemos ya fiarnos de todos, cosa que, la verdad, no ocurría hace unos años donde, a menudo, los doctores que nos encontrábamos en algunos trazados no eran especialistas en el tipo de lesiones que podían producirse en la pista, pues acudían solo durante ese fin de semana a la carrera y, a veces, ni siquiera eran traumatólogos, internistas o cirujanos».

EL MUÑECO PIDE AUXILIO

Charte, que asegura que el maniquí recién adquirido es «una herramienta muy útil, vital para nosotros, el equipo permanente y el de cada circuito», explica que Nishikori, al que todavía no le han sacado todo el rendimiento que ofrece, es capaz de respira, vomitar, temblar e, incluso, gritar auxilio, expresar desesperación. Y, sí, en efecto, de pronto, el maniquí exclama: «¡I’m dead! ¡I’am dead!» Me estoy muriendo. Pero, no, lo salvarán.