Mir: "Quiero una foto mordiendo el trofeo como Rafa Nadal"

El joven mallorquin, de 18 años, es el piloto español nº 40 que conquista un GP del Mundial

El mallorquín Joan Mir muerde el trofeo del GP de Austria 'a lo Rafa Nadal'

El mallorquín Joan Mir muerde el trofeo del GP de Austria 'a lo Rafa Nadal' / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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“Oye, perdona, ¿tú me puedes hacer una foto mordiendo el trofeo como Rafa Nadal? ¡me gusta! ¡quiero una foto mordiendo el trofeo como Nadal, sí”. Joan Mir es, sí, el colmo de la simpatía, de la espontaneidad. En la sala de conferencias de prensa del precioso circuito de Spielberg (Austria), donde acaba de celebrarse el Gran Premio de Austria, somos cinco y Mir prefiere pedirle el favor a un conocido, que al cordial jefe de prensa del equipo Leopard Racing. Y, sí, Mir ya tiene la foto deseada, la imagen que perseguía desde que empezó en esto de las motos de la mano de Chicho, el padre de Jorge Lorenzo, en su amada Mallorca.

40, UN NÚMERO REDONDO

Joan Mir, nacido en Palma de Mallorca el primero de septiembre de 1997, acababa de coronarse como nuevo ganador de un gran premio mundialista. Y no solo eso, no, también ha convertido su carrera nº 11 en el Mundial, el año de su auténtico debut entre los mitos, y su primer podio, en su primera victoria. Tremendo. Y, para redondear la fiesta, Mir se convierte en el piloto español nº 40 en conquistar un gran premio del Mundial de motociclismo.

“Lo primero que quiero hacer es dedicarle esta victoria, mejor aún, este estupendo fin de semana, mi primera ‘pole position’ y mi primera victoria, a Luis Salom, que seguirá durante mucho tiempo en nuestras cabezas”, explica Mir, con la sala ya vacia. “Los dos somos mallorquines y, aunque no éramos muy cercanos, tenía ganas de dedicarle algo grande, pero algo ¡grande, de verdad! y creo que este fin de semana ya es digno de dedicárselo a él. Hasta ahora había hecho cosas pequeñitas, pero este fin de semana ya es digno de dedicárselo a Luis”.

CONVENCIDO DE CONSEGUIRLO

Mir explica, entre sonrisas a lo Rafa Nadal o Marc Márquez, que “esta victoria me ayudará mucho, sobre todo a quitarme de encima esa broma, bueno, no tan broma, de que yo soy, era, era, un piloto de ‘puerta grande o enfermería’, en el sentido de que me la jugaba con demasiado riesgo”. El mallorquín reconoció que “después de los excelentes entrenamientos que había hecho, era una oportunidad fantástica, en un trazado veloz, que va muy bien a mi pilotaje”. Esa idea, la de que podía y debía conseguir la victoria, fue lo que más le ayudó a ganar.

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El chaval reconoce que ha sufrido, sobre todo, en las últimas vueltas “cuando Binder se ha puesto a tirar y creía que se nos escapaba, pero lo hemos cazado enseguida”. Luego, cuando Bastianini le ha superado en la recta “estaba tranquilo porque sabía que era cosa del rebufo, no de que tuviese más velocidad o valor que yo”. Y, al final, en la última vuelta, se lo ha jugado, esta vez sí, a tope. “Ese ha sido mi cambio de ‘chip’, hacer los entrenamientos solo, saber que tenía una buena vuelta en mis manos, saber que tenía ritmo y no como antes que hacía unos ensayos irregulares y salía a la carrera a ver qué pasaba”.

ENTRAR EN LA HISTORIA

Y, sí, en una última vuelta fabulosa, sobre todo en los dos últimos parciales, Mir, que reconoce que haber corrido el año pasado el Campeonato de España con una moto inferior a la de los demás “me hizo sacar lo mejor de mí mismo y esforzarme mucho más que el resto”, ha ganado de forma espectacular, sin necesidad de sufrir en las últimas dos rectas y curvas porque ya había adquirido suficiente ventaja como para cruzar la meta en plan vencedor, pensar en su amigo Luis Salom y celebrar, en su gran premio nº 11, que ha entrado en el libro de oro del motociclismo español. Y mundial.