Miller, el chico que acabó con la racha de 62 triunfos de los cuatro 'magníficos'

El australiano, de 21 años, evitó que Márquez (26 victorias), Lorenzo (20), Rossi (9) y Pedrosa (7) siguiesen sumando

Jack Miller, piloto de Honda, ganador en Assen.

Jack Miller, piloto de Honda, ganador en Assen. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Pasarán muchos grandes premios, meses y, tal vez, sí, muchas temporadas hasta volver a ver un ‘corralito’, un podio, tan feliz, tan deslumbrante, tan sonriente, como el del MotoGP del Gran Premio de Holanda del pasado domingo. El ganador, el australiano Jack Miller (Honda), de 21 años, se estrenaba en lo más alto del ‘cajón’; el catalán Marc Márquez (Honda), segundo, lograba aumentar en 24 puntos su ventaja sobre Jorge Lorenzo (Yamaha) y en 42 sobre Valentino Rossi (Yamaha), y el británico Scott Redding (Ducati) sumaba su segundo podio, en 44 carreras en la categoría ‘reina’.

IMPRESIONANTE RACHA DE LOS 'MAGNÍFICOS'

Miller, además, acababa de lograr algo que parecía imposible, que no ganase uno de los cuatro ‘magníficos’. El joven australiano, que, en 2012, protagonizó la osadía de dar el salto de Moto3 a MotoGP, sin pasar por Moto2, “y por eso me llamaron idiota”, se convirtió en el primer piloto ‘satélite’ (no oficial) en ganar un GP tras el catalán Toni Elías (Fortuna Honda, Estoril-2006). Además, Miller cerró una racha consecutiva de 62 victorias de los cuatro ‘magníficos’. Desde que el también australiano Casey Stoner ganó el Gran Premio de Australia, en 2012, con la Honda del ‘team’ Repsol, Márquez (26 victorias), Lorenzo (20), Rossi (9) y el catalán Dani Pedrosa (7) se habían repartido los 62 grandes premios disputados hasta llegar a la ‘catedral’.

LA OPORTUNIDAD DE ASSEN

Pese a que Maverick Viñales (Suzuki) y el veloz tándem de Ducati, integrado por ‘los Andrea’, Dovizioso y Iannone, habían demostrado su poderío en pretemporada y en los ensayos de los ocho primeros grandes premios de este año, lo cierto es que los ‘magníficos’ seguía imponiendo su poderío y habilidad. Hasta que Miller se la jugó en la resbaladiza pista de Assen. “Era ¡o puerta grande u hospital!, que dicen en España”, contó el joven australiano, que nada más cruzar la línea de meta se acordó “de la valentía que tuvieron mis padres cuando, hace seis años, dejaron nuestra Australia natal para apoyarme en mi carrera”.

FRACTURA DE TIBIA Y PERONÉ

Miller, cuyo mejor resultado en MotoGP se produjo, precisamente, en Barcelona hace tres semanas al acabar en décima posición, reclamó, ya en el mismo ‘corralito’ de Assen, su sitio en la historia. “Sí, sí, dijeron que era un atrevido y un idiota por no pasar por Moto2; lo dijeron porque empecé a caerme en MotoGP, pero hoy (por el domingo), he demostrado que sé pilotar, que he aprendido y que cada vez soy mejor”. “Este triunfo es la demostración de todo lo que estoy diciendo”, sentenció Miller, que tuvo un mal inicio de campaña tras romperse la tibia y el peroné derecho entrenándose en Townsville, su ciudad natal.

GABARRINI, CON LORENZO

Honda, que confía ciegamente en Miller pese a su desastroso debut en MotoGP, sacó pecho el domingo en Holanda al demostrar que su apuesta por el joven australiano tenía sentido. Tanto que colocó, como responsable técnico de su equipo, a uno de sus mejores expertos, el italiano Christian Gabarrini, el hombre que ahora, al parecer, regresará a Ducati para hacerse cargo de la ‘Desmosedici’ que pilotará el tricampeón mallorquín Jorge Lorenzo. Gabarrini ya fue campeón del mundo de la mano de Stoner, con Ducati, en 2007.