Márquez también triunfa jugando a cricket en Melbourne

Marc Márquez (Honda), flamante pentacampeón del mundo de motociclismo, el tricampeón de MotoGP más joven de la historia, ganador de tres de los últimos cuatro campeonatos que se han disputado en la cilindrada ‘reina’, ha reaparecido hoy en Melbourne, en el estadio más grande de cricket que existe, para jugar un rato con sus compañeros Jack Miller, piloto australiano de Honda, y Brad Binder, surafricano y flamante nuevo campeón del mundo de Moto3. Márquez, que ya había recuperado su voz después de haber estado cantando a lo bestia en la celebración de su título, habida el domingo en el karaoke de Narita, el aeropuerto de Tokyo, ha asegurado que piensa tomarse “las tres últimas carreras del año (Australia, Malasia y Valencia) como una diversión e intentaré ganarlas. Pero ¡ojo!, tampoco es el momento de tirar la casa por la ventana”.

PREPARANDO YA EL FUTURO

Márquez también ha asegurado que seguirá luciendo el nº 93 en la cúpula de su Honda “porque es mi número favorito, es mi número talismán, es el número de la suerte y Honda sabe que no me pondré el nº 1 aunque me lo pida, lo siento”. También ha expresado su satisfacción porque este fin de semana, en el circuito de Phillip Island, tendrá al norteamericano Nicky Hayden, campeón con Honda (2006), como compañero de equipo. “Es un estupendo premio a su magnífica trayectoria”. Asimismo, Márquez se ha mostrado “satisfecho, contento” con las pruebas que ha hecho ya con el primer prototipo de la Honda del próximo año. “De todos modos, tenemos que estar atentos a la evolución de esa moto pues, en estos momentos, ya poseemos una moto con la que podríamos ganar otro título más”.

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Cuando le preguntamos cómo suena, como se siente, al despertarse el lunes como flamante tricampeón del mundo de MotoGP, Marc dijo: “Suena muy bien, suena de maravilla. La verdad es que cuando me desperté el lunes, me desperté mucho mejor que antes de la carrera de Japón. Y, ahora, ¡a disfrutar de las carreras! Será estupendo, con una sensación muy distinta, mucho, sin tanta presión aunque con las mismas ganas de ganar”. Cuando le insinuamos que si esa libertad significaba hacer lo que le de la gana, Márquez dijo que de ninguna manera. “Deberé tener la misma concentración en la pista y, sí, es verdad que, probablemente, podré arriesgar un poco más pero siempre, siempre, sin olvidar que vas a 300 kms/h. y que vas encima de una moto y no debes perder la concentración”.

LAMENTA NO MEDIRSE A STONER

Márquez, que reconoció haber sufrido una pequeña decepción al saber que el bicampeón australiano Casey Stoner (2007 y 2011) había rechazado la oferta de Ducati para correr con la moto del italiano Andrea Iannone este fin de semana, dijo que le hubiese encantado enfrentarse a él. “De todos los ‘grandes’ que había en MotoGP, he podido correr contra todos, menos contra Casey, que es el que tenía ¿verdad? un estilo muy parecido al mío. Una lástima, pues me hubiese encantado, sobre todo para aprender de él. Veremos si se anima el año que viene y acepta alguna de las invitaciones que, probablemente, le hagan”.

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Eso sí, Márquez pasa mucho, mucho, de ese duelo vital que se ha inventado Valentino Rossi contra Jorge Lorenzo para ver quien acaba siendo subcampeón del mundo, galardón que nadie recordará. “No, no, no pienso en ese duelo porque yo creo que es más una lucha psicológica que deportiva, ya que nadie se acuerda de quien es subcampeón. Yo, sin ir más lejos, fui subcampeón del mundo en 2011 de Moto2 y nadie se acuerda. Yo creo que esa es una pelea por ver quién acaba siendo el mejor piloto de Yamaha, y a Jorge le apetece, seguro, salir como nº 1 de Yamaha. Insisto, esa es una guerra de orgullo personal”.

FELICITACIÓN DEL GRAN JEFE DE HONDA

Quise saber si aquel pacto que nos explicó que había hecho, a inicio del Mundial, con los jefes de Honda (“vosotros me ayudáis con material nuevo a mitad de temporada y yo me comprometo a cambiar mi estilo agresivo para sumar puntos”) tuvo algún eco en las celebraciones del domingo por la noche. “Bueno, sí, sí tuvo eco porque estaba el jefe máximo, Takahiro Hachigo, y los jefes de un montón de áreas de Honda. Y ellos, la verdad, solo se fijan en el resultado final, nos haya costado mucho o poco. Y se les veía muy felices, sí. La verdad es que este año ha servido para juntarnos y trabajar, de cara al futuro, más unidos. Es evidente que ellos ahora están más abiertos a oírme y saben que yo también estoy dispuesto a adaptar mi pilotaje a las circunstancias de la moto”.