MUNDIAL DE MOTOCICLISMO

Márquez: "El título tira más que ganar"

El líder de MotoGP espera hacer una buena salida y, luego, estudiar la situación de carrera antes de arriesgarse en busca de su victoria nº 12

Marc Márquez.

Marc Márquez. / SK JK**TOK**

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / MOTEGI (enviado especial)

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Hay quien piensa que Japón es frío y Australia, tremendamente calurosa. Hay quien piensa que habrá mayor fiesta en Phillip Island que en Motegi, en caso de que caiga un segundo título de MotoGP consecutivo en manos del catalán Marc Márquez. Hay quien cree que, tras dos carreras (Misano-Adriático y Motorland), dos caídas (Misano-Adriático y Motorland) y, simplemente, un 15º puesto (Misano-Adriático) y un 13º (Motorland) y, por tanto, la suma de 4 míseros puntos en las dos últimas carreras, mejor pensárselo dos veces antes de correr en 'modo Márquez'. "Cierto, posiblemente he acostumbrado a mi gente, a los aficionados, a mis seguidores, a salir siempre a ganar, a tope, a dar el cien por cien y, llegado un momento como este, es decir, ante nuestro primer 'match-ball', no se entendería que no saliese desde el inicio a por la victoria", comenzó diciendo el ídolo español tras lograr 'solo' la cuarta plaza en la parrilla de salida de mañana (07.00 horas) en Motegi. "Pero he de confesar una cosa: ahora ya tira más el título que ganar y así hemos de entenderlo todos".

UN FIN DE SEMANA LLENO DE PROBLEMAS

Márquez está teniendo uno de los fines de semana más agitados de la temporada. El viernes sufrió un accidente espectacular, que estuvo a punto de costarle el título, cuando se quedó sin freno delantero cuando apuraba, o trataba de apurar, una frenada a 250 kilómetros por hora. Este sábado, en el primer ensayo de la jornada, un chivato se disparó, se iluminó, en el tanel de datos de su Honda RC213V y él ("porque así me lo tienen dicho") paró la moto y la dejó en manos de los comisarios de esa zona, que la acercaron hasta su boxe. Y, más tarde, en la última sesión de ensayos definitivos, volvió a sufrir otro pequeño problema, que le arruinó su primer vuelta de 'quali'. "Al final ha sido imposible hacer la vuelta perfecta. Y aquí, en Motegi, o haces la vuelta perfecta o no logras la ‘pole position’, imposible".

El líder del Mundial no parece inquieto pese a no lograr la vuelta perfecta "porque tengo ritmo, estoy con ellos, me veo capaz de estar en la lucha, aunque, sí, hubiese sido estupendo estar en primer línea ya que este trazado, aunque parezca que tiene muchos puntos donde adelantarnos, no tiene tantos, no, y salir desde atrás dificultará la marcha en las primeras vueltas donde, por ejemplo, Dovizioso y su Ducati, con más litros de gasolina que nosotros (en Motegi el consumo es muy elevado), puede complicarnos la vida".

MÁRQUEZ ASEGURA TENER BUEN RITMO

¿Por qué se siente reconfortado Márquez pese a sufrir tantos problemas y partir desde atrás? "Porque lo más importante de cara a la carrera es tener ritmo. Y lo tengo. O lo tengo al nivel de los mejores y, muy especialmente, a nivel de Jorge (Lorenzo), que es el que creo tiene mejor ritmo, pese a que, mira, sale detrás mío. Y, si tienes ritmo, puedes pelear por ganar o subirte all podio, que no estaría nada mal para rematar el trabajo, al siguiente domingo, en Australia".

Pero, claro, para poder conseguir todo eso, Márquez tendrá que mejorar allí donde se ha mostrado más débil, puede que su único defecto: las salidas. "Mira, mañana nos iría de maravilla acertar y que, por una vez, fuese la mejor salida de mi vida, pero…" Pero no suele ser así, no. Y tocará sufrir. Aunque el hijo de Roser Alentà y Juliá Márquez asegura no estar nervioso. "O muy poco". Entre otras razones "porque se trata, simplemente, de la primera oportunidad de partido que tenemos. No es la última, como ocurrió el año pasado en Valencia. Si no lo logramos aquí, quedarán tres más. Y tres son muchas. Suficientes como para no ponerse nervioso. Ni yo, ni nadie".

CARRERA MUY APRETADA

Eso sí, Márquez reconoce que tanto los responsables de su equipo como Emilio Alzamora, su manager, le recuerdan que "no es obligado ganar aquí". Alguien le apunta: ¿te han dicho ya los tuyos que pienses, que seas cerebral? ¿te ha dicho el jefe, Shuhei Nakamoto, como ocurrió en Cheste el año pasado, que pienses en su corazón? "No, no me lo han dicho porque no es necesario y porque, insisto, no es la última oportunidad, como ocurrió en Cheste. Aquí no se acaba nada, si acaso empiezan las oportunidades de cerrar el partido, el título, con éxito. Y nada más".

Una cosa también tiene clara el campeón, que suma 292 puntos: el título no llegará solo, no se lo van a regalar. Todo lo contrario, sabe que Dani Pedrosa (217), su compañero de equipo, todavía tiene posibilidades matemáticas de ser campeón y, además, quiere ser, al menos, subcampeón. Y lo mismo les ocurre a los dos campeonísimos de Yamaha, Valentino Rossi (214) y Jorge Lorenzo (202), que vienen de un año irregular y lo pueden arreglar en este sprint final. "Veo que aquí, en Japón, estamos todos muy juntitos, metidos en muy pocas décimas de segundos todos, lo que significa que cualquiera puede ganar y cualquiera puede fallar. Y a mí no me gustaría fallar. No sé si ganar, pero fallar no".

SOÑANDO CON UNA BUENA SALIDA

La estrategia de carrera está clarísima, cristalina, según explica Márquez: "Si hago una buena salida, a por ellos. Si hago una mala salida, o regular, a remontar. Y, tanto en un caso como en otro, cuando me vea allí, con ellos, y los vea capaces de pelearse por ganar deberé de reflexionar. Si me veo con ganas, si veo que todos los detalles que nos faltan ahora en la moto aparecen, que puede ser porque, insisto, tenemos ritmo, igual intento pelear por ganar, como quiere mi gente. Pero, repito, mañana pesará más el título que ganar".

Y, en ese sentido, no le obsesiona "¡ni mucho menos!", la posibilidad de igualar el récord de 12 victorias en una misma temporada que posee el australiano Mick Doohan, que mañana dará una vuelta a Motegi con una de sus Honda campeonas, que sacarán del museo que hay al lado del circuito. A su lado, delante o detrás, dicen que aparecerá el norteamericano Kevin Schwantz, otro de los míticos campeones de Suzuki, para estrenar la moto azul que, el próximo año, pilotarán los catalanes Aleix Espargaró y Maverick Viñales, que formarán el equipo oficial de la fábrica japonesa de la S en su regreso al campeonato del mundo.