Lorenzo y Márquez enmudecen Mugello con un vibrante doblete

Habían construido el séptimo cielo. Habían dibujado un mar amarillo con 100.640 almas, que tifaban por 'Mugiallo', el emblema ideado por Valentino Rossi para su gran fiesta. Hasta habían escogido al presidente de la Toscana, de nombre Enrico Rossi, cómo no, para entregar el premio al vencedor. Maverick Viñales, el futuro colega de box del 'Doctor', le había regalado al maestro la 'pole position' para que saliese primero.

Pero, ya se sabe, el amarillo en teatro llama a la mala suerte y el motor de la Yamaha de 'Vale se rompió en la novena de las 23 vueltas que tenía el gran premio de casa. Y se rompió cuando Rossi meditaba su ataque a Jorge Lorenzo (Yamaha), cuando Marc Márquez padecía de lo lindo, debido a la falta de velocidad punta de su Honda, para seguirles. Una vez desaparecido el 'Doctor' del liceo toscano (mientras él se iba cabizbajo al box, miles de 'tifosi' regresaron a sus casas), el gran premio se convirtió en el primer gran pulso de la temporada, en uno de los duelos más hermosos, vibrantes, espectaculares y temblorosos de los últimos años.

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Poco importaba que la Ducati de Andrea Iannone rompiese la velocidad del sonido alcanzando los 354,9 km/h, lo nunca visto. Los dos, Lorenzo y Márquez, están llamados a ser el presente y el futuro de este deporte. Y los dos se la jugaron en la última vuelta. «Hacía tiempo que no se veía un final así ¿verdad? Es por eso que amamos este deporte, es por eso que no nos importa que nos piten. Vinimos a Mugello a dar espectáculo, a hacer disfrutar a los auténticos amantes del motociclismo, a los que aprecian las carreras, gane quien gane y aquí, seas de Vale, seas de Jorge, seas de Marc, has debido disfrutar de lo lindo», exclamó Márquez al bajar del podio, donde miles de gargantas reclamaban la presencia de Valentino, que, finalmente, no apareció. «'Vale' me ha pedido que le disculpéis –dijo el 'speaker' de Mugello--, pero no se siente con coraje de salir».

VICTORIAS POR MILÉSIMAS

Fue la mañana más vibrante del nuevo siglo. Brad Binder ganó en Moto3 por 38 milésimas de segundo, es decir, medio metro, al nuevo bambino italiano Fabio di Giannantonio. Johann Zarco, el campeón de Moto2, logró su primera victoria de la temporada, por 30 milésimas sobre otro niñato simpatiquísimo, Lorenzo Baldasarri, 19 centímetros entre moto y moto. Y Lorenzo superó a Márquez sobre la línea de meta por 19 milésimas, que no llega ni a metro y medio, ni siquiera una moto. Si amas las carreras más que a Valentino, amas finales así. Pero no. Era Mugello. El año después de que Rossi se inventase el 'biscotto'. Y los 100.640 que estaban allí solo querían ver ganar a su ídolo. El resto del mundo admiró la obra, la pelea, la persecución, el susto, el coraje de Lorenzo y Márquez. Todo en el último giro.

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Y así de calentitos han empezado la última vuelta. Márquez ha seguido intentándolo y ha llegado delante de Lorenzo a la 'chicane' de Mugello. "Entonces ha sido cuando me he acordado del adelantamiento que le hice al sanmariense Alex de Angelis en el 2005, en 205cc, entrando en esa ‘chicane’ y he dicho ‘venga, lo intentas’. Me ha salido, pero Marc me ha vuelto a adelantar de una forma fantástica, increíble, no me lo esperaba y he pensado, ¡venga! solo te queda ganarle en la recta de meta por rebufo y así ha sido, por la Honda es la que menos corre. Si llego con Rossi o una Ducati, pierdo; pero el motor de mi Yamaha aún le puede a la Honda de Marc".

Esa última vuelta apoteósica empezó con susto. «No nos estrellamos de milagro», contó Márquez. «Nos tocamos a 340 km/h, ¡hasta me saltó la protección del codo izquierdo!, justo cuando intentaba pasar a Jorge». Porque la intención de Marc era superar a Lorenzo en el inicio de la última vuelta, justo cuando se corona la recta a 340 km/h. «Y Jorge, de pronto, sin querer, de ahí que me pidiera disculpas en el podio, redujo de sexta a quinta y su Yamaha sufrió un sobresalto, se frenó de golpe y nos tocamos». ¡Mierda!, pensó Márquez, que tuvo que abortar la maniobra. Pero, llegada la curva cuatro, la espectacular Luco-Poggio Secco, Márquez superó a Lorenzo. «Pensé: 'te ha matado, estás muerto'. Creí no tener ya fuerzas tras mandar toda la carrera para devolverle el adelantamiento», reconoció Lorenzo. Márquez, entonces, trazó la Arrabbiata, la curva más famosa del Mundial, casi volando. Olía a vencedor. Era líder.

FINAL APASIONANTE

Pero ambos llegaron pegaditos, de nuevo, a la segunda 'chicane' de Mugello. «Y, entonces, recordé que, en el 2005, le hice ahí un adelantamiento imposible a Alex de Angelis, en el GP de 250cc, para ser segundo tras Pedrosa. Y pensé ¡venga, va, inténtalo!» Y, sí, Lorenzo lo intentó y le salió. «Pero yo no quería perder», cuenta Márquez, que se subió por el piano de la siguiente curva para volver a adelantar a Jorge. «Cuando le vi pasar a mi lado como un cohete no me lo podía creer, ¡imposible!», exclama Lorenzo. «Solo me quedaba la recta de meta, colocarme a su rebufo, aprovechar que mi Yamaha corre más que su Honda». Dicho y hecho. «Me duele que una última vuelta tan bestial de Marc no le haya servido para ganar. Le he ganado porque su Honda correr menos que las otras motos. Por eso le he ganado», reconocía.

LAS CLASIFICACIONES

La carrera: 1. Jorge Lorenzo (Yamaha), 41 minutos 36.535 segundos; 2. Marc Márquez (Honda), a 0.019 segundos; 3. Andrea Iannone (Ducati), a 4.742 segundos; 4. Dani Pedrosa (Honda), a 4.910 segundos y 5. Andrea Dovizioso (Ducati), a 6.256 segundos.

Así va el Mundial de MotoGP: 1. Jorge Lorenzo (España), 115 puntos; 2. Marc Márquez (España), 105 puntos; 3. Valentino Rossi (Italia), 78 puntos; 4. Dani Pedrosa (España), 66 puntos y 5. Maverick Viñales (España), 59 puntos.