El 'Doctor' crea su propia escuela
El imperio amarillo de 'Vale' apadrina a los mejores jóvenes y relanza a un motociclismo alicaído
Montaje, en el patio de la escuela de Tavullia, para que el aficionado pose como si fuera del equipo de Rossi. / periodico
EMILIO PÉREZ DE ROZAS / MISANO (Enviado especial)
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico«Ahora se acercarán por aquí uno o dos millones de personas, todas ellas encantadoras, diciendo que son familiares, amigos, vecinos, colegas de Vale, que les ha dicho que pueden entrar a ver la moto». Marc Canela, uno de los supervisores del equipo Movistar Yamaha, teme las visitas a Mugello y Misano. «El primer día -continúa contando-, hacen el pillo. Se colocan por aquí, nos oyen llamarnos '¡Carlos! ¡Alex! ¡Ramón!' y los tipos se quedan con los nombres. Y, al día siguiente, se acercan a cualquiera de nosotros y nos dicen 'mira, soy amigo de Ramón que me dijo que…' ¡Pura mentira!» Y, a veces, cuela. Y, de pronto, se tropiezan de bruces con Valentino Rossi. O con Jorge Lorenzo.
Ese box, ese hospitality, es la meca. Lugar obligado de peregrinación. Pero muy pocos ven a dios. Los niños lo tienen más fácil. Y los enfermos. O discapacitados. Rossi concede bula. El campeonísimo es el puto amo. Aquí lleva días, semanas y meses entrenándose en secreto, y no tan secreto, con una Yamaha YZF R1M de calle (200 CV de potencia), de 25.900 euros, con neumáticos regalados por Dunlop. Y se entrena, al igual que ocurre en las pistas de su Ranch, a 400 metros de su mansión de Tavullia, con los pilotos de la Academy VR46, las mejores promesas y realidades del emergente motociclismo italiano.
EL CONTRATO DE LA JUVENTUS
Rossi, además de icono, campeón, líder y empresario emprendedor, se ha convertido en el principal mecenas de los futuros campeones azzurri. Los controla a todos menos a Enea Bastianini. Es un control interesado, claro, pero generoso, eficaz, profesional. El Doctor tiene bajo sus alas a Romano Fenati, Niccolò Antonelli, Franco Morbidelli, Francesco Bagnaia, Andrea Migno, Lorenzo Baldassarri, Nicolò Bulega y, en el campeonato de España, bajo el paraguas del team de Sito Pons a su hermanastro, velocísimo, Luca Marini.
Junto a su labor de mecenazgo, mucho mejor y más eficaz que el del propio Team Italia de la federación, Rossi los utiliza de sparrings en su Ranch, donde también acuden Nicky Hayden, Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci. Además, con ese racimo de pilotos puede contentar, aún más, a sus patrocinadores personales (especialmente a la cadena italiana de pago Sky Sport) y, además de promocionar a los principales talentos italianos, está creando nuevos ídolos de cuyo merchandising se encargará, cómo no, por contrato, su empresa VR46, la misma que le proporciona miles de euros al año a Marc Márquez y acaba de lograr, por tres años, el contrato de la Juve, pues Vale, atento a las negociaciones de cambio de camiseta (de Nike a Adidas), se coló en la operación llevándose la parte más comercial del acuerdo, la explotación de la mercadotecnia. Más dinero, más poder, más Vale.
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