Cinco aspirantes al título

Márquez, Viñales, Lorenzo, Rossi, Pedrosa y Iannone pugnarán por un Mundial que se prevé muy competido

Marc Márquez, bicampeón del mundo de MotoGP en los dos últimos años, centra la foto oficial del Mundial de motociclismo en Doha (Catar), ayer.

Marc Márquez, bicampeón del mundo de MotoGP en los dos últimos años, centra la foto oficial del Mundial de motociclismo en Doha (Catar), ayer.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / DOHA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

MARC MÁRQUEZ

Dominador

Lo siento, no por aquellos que se han apuntado a la iglesia de Valentino Rossi o los que, desde ya, han aupado al altar de los campeones, al joven Maverick Viñales tras su gran pretemporada, pero Marc Márquez (Cervera, 24 años) hace años que está reescribiendo la historia del motociclismo, reconstruyendo todos los récords y convirtiendo las gestas de sus viejos ídolos en papel mojado.

Márquez, que en el año de su debut en MotoGP (2013) convirtió en cenizas los récords de precocidad del mítico Freddie Spencer, gana uno de cada tres grandes premios que corre (150 carreras, 55 victorias) y ha conquistado tres de los últimos cuatro títulos de MotoGP que se han disputado, perdiendo el del 2015 porque no se conformó, en tres grandes premios con la segunda plaza, forzó, se cayó y perdió 60 puntos, que, al final, le hubieran dado el cuatro de cuatro.

MÁS CONTENTO QUE EL AÑO PASADO

De todo aquello aprendió y, el pasado año, al verse dotado de una moto muy, muy, inferior a las demás (al menos en el arranque del Mundial, por eso ayer dijo: «Soy feliz, no estamos en el caos del año pasado por estas mismas fechas»), decidió relajarse, solo arriesgar en las situaciones en las que podía conseguir la victoria y conformarse con el podio cuando debía y no podía, lo que le hizo proclamarse campeón tres carreras antes del final. «Este Márquez es mucho más peligroso que el anterior», dijeron sus rivales, conscientes de que la fogosidad del nen de Cervera solo aparecería a cuentagotas.

El mito, Rossi, poseedor de nueve títulos mundiales, lleva siete años sin ganar. Márquez, a quien le restan 14 años para alcanzar la edad del Doctor (38), suma ya cinco. Hagan sus cuentas. 

MAVERICK VIÑALES

Atrevido

Ya se ha dicho: «Temos entre nosotros otro Marc Márquez». La frase es del tricampeón del mundo de MotoGP, el virtuoso mallorquín Jorge Lorenzo. Y el comentario hace referencia a la manera, agresividad, velocidad y regularidad, con la que ha entrado Maverick Viñales (Figueres, 12 de enero de 1995) en el boxe de Valentino Rossi, perdón, en el equipo Movistar-Yamaha, convirtiendo la pretemporada en un auténtico paseo.

Lo que quiso decir Lorenzo es que, en efecto, MVK lleva las de ganar, como Márquez desde que irrumpió en el 2013. Como el nen de Cervera, Viñales solo piensa en el título. «Todo lo que no sea ganar el título, no me interesa. Luego, si acabo segundo, ya analizaré si ha sido, o no, una buena temporada». Es evidente que Viñales está, en cuanto a estilo de pilotaje y concepto de las carreras (o estrategia), mucho más cerca de Lorenzo que de Márquez. Nadie sabe cómo se comporta en el cuerpo a cuerpo. Nadie lo ha visto en situación forzada.

CONFIANZA EN SI MISMO

Desde que fichó por el equipo de Rossi, perdón, por el team Movistar-Yamaha, todo el mundo le habló del peligro que representaba convivir con el Doctor. Y Viñales, que ha peleado mucho, demasiado, incluso ha roto contratos para crecer, siempre decía lo mismo: «Yo no he fichado por Yamaha para derrotar a Rossi; he fichado por Yamaha para crecer, he fichado por Yamaha para aspirar a lo mejor y si quiero ser campeón, tendré que derrotarlos a todos, también a Valentino, sí».

Ganador solo de 17 de las 103 carreras que ha disputado, vencedor del título de Moto3 en la última carrera del 2013, Viñales es el chico de moda, y no porque viaje en jet privado a todos los grandes premios, sino porque, después de un montón de visicitudes, familiares y deportivas, ha terminado donde quería, al lado de Rossi. Y le gana. Y, no solo al Doctor, a todos.

JORGE LORENZO

Maestro

Tremendo campeón. Una auténtica delicia, puro ballet en la pista, Jorge Lorenzo (Palma, 4 de mayo de 1987, 29 años), que parece pilotar montado en una tabla de surf sobre las olas de asfalto, ha cambiado de moto. Ha dejado su dulce Yamaha para montarse en un caballo desbocado, en una moto maltratadora de cuerpos, magulladora de brazos, destrozadora de manos.

No hay nadie, nadie, en el Mundial que no reconozca que lo que hace Lorenzo no es correr, es bailar. No hay nadie que no le considere el piloto más fino de todos. De ahí que, probablemente, le costará unos meses hacerse con el control de semejante bestia. El otro día le preguntaron a qué animal se parece su Ducati Desmosecidi. «No sé a cuál podría parecerse, pero debería ser un animal muy salvaje, tal vez un tigre, un leopardo, un león».

DOCE MILLONES DE EUROS AL AÑO

Y él logrará domesticarlo. Por eso le pagan más de 12 millones de euros al año. O eso dicen. Por eso ha derrotado a Rossi siempre que ha competido con él en igualdad mecánica. Por eso es pentacampeón. 205 GP, 65 victorias, 65 poles, 145 podios. Otro prodigio. Y la familia de ducatistas ya lo adoran.

VALENTINO ROSSI

Poderoso

Cuentan, y es cierto, que es el que menos cobra (de ficha) de los cinco magníficos de MotoGP. Es decir, que Movistar-Yamaha ha dejado de engordar su cuenta corriente. Que ahora solo es millonario de lo que cobra de Yamaha y el resto de patrocinadores, que se desviven por tenerle como imagen y vender sus productos. Nadie vende más que Valentino Rossi (Urbino, 16 de febrero de 1979, 38 años), que se mantiene en el Mundial porque es su icono, porque sigue siendo competitivo (es el actual subcampeón) y porque se lo pasa bomba.

La incógnita es saber si aguantará el ritmo de las dos generaciones que le preceden. En febrero, tras tres días de test en Sepang (Malasia), reconoció que necesitó dos días para descansar en su mansión de Tavullia. Lleva siete años sin ganar el título. Es, dicen, un piloto de domingo. Le ha llegado la hora de dosificarse viernes y sábado y aprovechar que es el puto amo del equipo (y del Mundial) para copiar la telemetría y puesta a punto de su vecino de boxe. «Yo entiendo que Yamaha cuide a Rossi, les hace vender muchas motos», dice Lorenzo.

DANI PEDROSA

Motivador

El respeto se gana. Sete Gibernau, dos veces subcampeón de MotoGP, se ha convertido en asesor deportivo del catalán Dani Pedrosa (Sabadell, 29 de septiembre de 1985). Y esa esa la leyenda figura en la camiseta que Sete luce por el paddock de Doha. Una cosa está clara, si alguien se ha ganado, a pulso, a caídas, a lesiones, en una veintena de intervenciones quirúrgicas, el respeto, ha sido Pedrosa, el único piloto de la categoría reina que ha ganado siempre, en cada temporada, como poco, un gran premio por año. Ni Valentino Rossi, en blanco durante sus dos años en Ducati, ha sido capaz de eso.

«Ahora, después de muchos años, Dani vuelve a sonreír, se le ve suelto, divertido, bromista en el seno del equipo. Y eso es vital para ser veloz», señala uno de los cinco miembros de la cúpula del team Repsol-Honda en el paddock de Losail. Es un nuevo Pedrosa, capaz, pese a su pequeño cuerpo, de presentar batalla para conquistar el cetro que se le escapa. Todos reconocen que, con su pequeña estatura, todo lo que hace suena a milagro.

ANDREA IANNONE

Alocado

Andrea Iannone (Vasto, 9 de agosto de 1989, 27 años) intenta, por todos los medios, ser popular, por los prodigios o riesgos que toma en la pista, pero sigue siendo más noticia por su vida privada (o no tan privada) con su novia, la modelo argentina Belén Rodríguez, y, a veces, demasiadas veces, por destrozar su Porsche a martillazos en una gasolinera para recuperar las llaves, que se habían quedado dentro.

Iannone, al que le gusta que le conozcan por 'The Maniac', ha cambiado de Ducati a Suzuki, de un potro de tortura a la dulce moto japonesa.

Amigo personal de Valentino Rossi, es un tipo legal que, en más de una ocasión, ha tenido que salir al paso de algunos comentarios diciendo: «¿Vosotros que pensáis, que soy tonto?». Sobre todo cuando, recientemente, se operó de la nariz por una fractura y escribieron que había sido por petición de Belén. Es líder de Suzuki y tiene como compañero al debutante Àlex Rins. Será difícil que gane algún GP, será difícil que logre algún podio, pero merodeará a su alrededor y puede que su tremenda agresividad le proporcione algún cajón.