Austin la casa de Marc

Márquez inició en Tejas una lista de triunfos y récords, que le convertirían en el campeón más joven de la historia

Carlos Liñán recibe a Marc Márquez, en Austin-2013, como gran vencedor.

Carlos Liñán recibe a Marc Márquez, en Austin-2013, como gran vencedor.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Marc Márquez, campeón del mundo de MotoGP, llega a su circuito talismán: Austin, Tejas, EEUU. Cierto, la sorpresa, no para su jefe Shuhei Nakamoto, que lo había pronosticado con meses de antelación, fue debutar con podio, bronce, en el Gran Premio de Catar en el 2013. Pero lo auténticamente grande, enorme, descorazonador para sus adversarios, alarmista para el poder establecido, fantástico para las carreras e ilusionante para la afición, fue su impresionante manera de convertirse, ya en la segunda cita del año, en el nuevo trazado de Austin, en el vencedor más joven de la historia al conquistar su primera victoria en la categoría reina con solo 20 años y 63 días, es decir, 133 días más joven que el norteamericano Freddie Spencer, el dios al que arrebató un montón de récords ese año y al que, finalmente, destronó como el campeón más joven de la máxima categoría: 20 años 266 días contra 21 años 258 días.

«¿Lo más impresionante de aquel fin de semana? Sin duda, todo el fin de semana porque nos salió redondo», recuerda Márquez, que ayer protagonizó unos primeros ensayos escandalosos, siendo siempre el mejor y dejando al resto de competidores a más de un segundo de su tiempazo (2.03.490). «Habíamos entrenado meses antes y ya habíamos conseguido excelentes cronos. Llegué muy animado y confiado por el podio de Catar pero, de pronto, en el primer entrenamiento sufrí mi primera caída a lo MotoGP, al salir volando por encima de la cúpula, la típica caída de MotoGP que, no solo te provoca un susto de aupa, sino que puede lesionarte de verdad».

Mejorando los tiempos

Fue el único susto de aquel gran premio. Todo lo demás, incluida la carrera, fue coser y cantar. «Sí, ya sé que todo el mundo piensa que fue muy fácil, como piensan que, por haber ganado el año pasado, voy a ganar el domingo. Y la verdad es que cada año es distinto, cada carrera un mundo y todo lo anterior te sirve de poco. Dani (Pedrosa) está muy enchufado, Jorge (Lorenzo) buscará la revancha de Catar y Vale (Rossi) sigue empeñado en hacernos a los de delante la vida imposible. Así que, de sencillo, nada de nada. Quiero recordar que, el año pasado, Jorge se paseó en Catar y este año se cayó en la primera vuelta. Esto es duro y nos puede pasar de todo a todos».

La verdad es que, en el 2013, Márquez llegó a Austin tras dominar, a placer, los ensayos privados de Honda. Entonces hizo 2.04.619 minutos; el primer día de ensayos del GP, rodó a 2.05.031; logró la pole con 2.03.021; ganó la carrera del domingo tras perseguir a Pedrosa y superarlo en el último tercio de GP, con una vuelta rápida de récord (2.04.242) y ayer, de momento, detuvo el crono en 2.04.704, que no está nada mal para ser el primer día y venir aún con su peroné y tobillo derecho tocados«Tras el esfuerzo de Catar, estuve tres días, en Malasia, algo pachucho del tobillo, pero la cosa va mejorando. Ya me dijeron los doctores que la carrera de Doha me pasaría factura al día siguiente».

«Aquella victoria de Marc en Austin fue fundamental para el desarrollo del Mundial», explica el pentacampeón australiano Michael Doohan (Honda). «Ganar tan pronto le permitió demostrar quien era y a lo que venía. No fue la victoria de Marc lo que asustó a sus adversarios, sino la manera tan contudente de lograrla. De viernes a domingo, con un dominio total. Para Marc fue vital vencer tan pronto, ya en la segunda carrera del año, porque aumentó su confianza y empezó a pensar, con razón, que si había ganado una vez podía ganar más veces».

«Yo intuía que Austin podía ser un buen lugar para dar el primer golpe, para ganar, pero afronté aquella carrera con tanta cautela como las demás», recuerda ahora Márquez. «Austin es un circuito que me gusta mucho y se adapta muy bien a nuestra Honda», concluye el joven de Cervera. «Acerté lo del podio de Catar, sí, pero nunca pensé que Marc ganaría tan pronto», admite Nakamoto. «Lo que demostró aquella victoria es que Marc no iba a ser como el resto de pilotos que hemos tenido en Honda y que han necesitado todo un año para entender nuestra moto y exprimir sus cualidades. Marc aprende rápido. Cuando logró aquel triunfo, todos en el seno del equipo nos preguntamos cómo lo había conseguido».

Los jefes, admirados

Livio Suppo, uno de los responsables del team Repsol-Honda, comparte la admiración de su jefe japonés por Marc. «Aquella espectacular victoria, no las que siguieron a Austin, aquella, la primera, nos demostró, a los que le pedimos calma a Marc en los primeros ensayos, que no sabíamos con quién hablábamos, pues este chico sabía mejor que nadie lo que se traía entre manos».