Diario de la expedición Uganda 2013: cinco días en Kampala

Momento de la actuación de la Ndere Troupe. DANTON LLAPART

Momento de la actuación de la Ndere Troupe. DANTON LLAPART / periodico

SARA SANTACANA

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La expedición Misión Eclipse ha permanecido cinco días en Kampala, con un objetivo principal: proveerse de una convincente conexión a internet móvil. Durante esta breve estancia el equipo ha vivido variadas sensaciones, adaptándose a una cálida cultura y a una peculiar manera de funcionar: Uganda es Uganda.

Tras realizar una conexión en directo desde Kampala y comprovar el buen funcionamento de todos los equipos necesarios para realizar la retransmisión del eclipse total de Sol del domingo 3 de noviembre, la expedición Misión Eclipse se dirige hacia Gulu por carretera, para situarse justo allà por donde pasará la sombra de la Luna.

BARCELONA, miércoles 23

Emprendemos vuelo, tras facturar el material de Hypoheals con destino la Escuela de Formación Audiovisual de Gulu. Escala en Turquía y parada en Ruanda, y aterrizamos por fin en Entebbe, Uganda. ¡Son las cuatro de la madrugada! Nuestra intención era esperarnos en el aeropuerto hasta el amanecer, pero parece ser que a la policía de la aduana no les gusta tener a a nadie deambulando dentro de este pequeño aeropuerto, así que aceptamos la amable invitación y abandonamos el recinto. Ya en la calle el panorama es desolador: oscuro, lloviendo…

Un taxi nos lleva al hostal, llegando un día antes de nuestra reserva. Ya en el destino, tras pasar una barrera de guardias con fusil en mano, encontramos el hostal cerrado. Finalmente aparece alguien que nos abre la puerta. No hay nadie en recepción, así que nos buscan una habitación provisional. La verdad es que la habitación más bien recuerda un calabozo, pero la cama, bajo la mosquitera, es de lo más confortable. !A dormir!

KAMPALA, jueves 24

Tras cambiar de habitación, algo mejor, nos ponemos a solucionar uno de los objetivos más importantes para la misión: conexión a internet móvil para toda nuestra estancia en Uganda. Tomamos un 'boda' (moto-taxi) hacia el centro de la ciudad: que locura, tanto los 2 km de trayecto con ‘boda’ como el centro de la ciudad. En casi cada comercio de Kampala encontramos lo mismo, un severo control de seguridad armado con fusil; una vez dentro del comercio uno ya puede estar tranquilo, al encontrarse en una supuesta zona segura. Para tener un numero de teléfono ugandés nos fotocopian los pasaportes y nos hacen fotografías, el control es exhaustivo.

Ya con el dispositivo en mano, volvemos con ‘boda’ al hostal para probar la conexión: ¡no funciona! De nuevo viaje de ida y vuelta con ‘boda’ al centro de la ciudad, a cual conductor más peligroso. Solucionado, ya tenemos internet, pero ahora no hay luz en esta parte del barrio de Rubaga, donde se encuentra nuestro hostal. Y la batería del portátil se ha acabado. Vamos a relajarnos: ¡Esto Es África! (EEA). Por cierto, la comida muy buena: pollo, pescado, vegetales, piña, mango, plátano y fruta de la pasión.

KAMPALA, viernes 25

Continua el apagón, así que el objetivo es encontrar un café tranquilo con una mesa con enchufe para poder trabajar. Por el día se puede ir andando. Es muy agradable presenciar la hora de la salida de las niñas y niños del colegio: van todos uniformados y rapados, esta claro que las madres no están por puñetas. Que contraste respecto a las adolescentes, tan bien arregladas y con sus peinados tan trabajados.

Por la noche mejor no ir andando, muchos vehículos sin faros y transeúntes con algunas copas de más. Así que en ‘boda’ hacia nuestro alojamiento: por el camino comprobamos lo ajetreada que es la vida nocturna en Kampala: un caseta detrás de otra abarrotada de gente con la música a gran volumen y numerosos puestos callejeros sirviendo comida de noche. Por fin en casa, y ya ha vuelto la luz.

KAMPALA, sábado 26

Nos proponemos pasear por los alrededores hacia la iglesia de Rubaga. ¡Ahí va! ¡Una boda! Sin pensárnoslo dos veces entramos. Las señoras visten gomesi, el vestido nacional de las mujeres en Uganda, algunos de seda. Las jóvenes con vestidos ceñidos, los varones con traje, las niñas y los niños muy arreglados. Su ceremonia católica es muy parecida a la nuestra, pero con numerosas intervenciones de aplausos y gritos de alegría, y con una esplendida coral africana que al unísono suena a música celestial.

Finalizada la ceremonia nos apetece nuestro particular banquete de boda, así que nos trasladamos en ‘boda’ a un popular restaurante de comida africana. Y por la tarde, a ver el 'clasico': es sorprendente comprobar como media Uganda es culé y la otra media es merengue. En la habitación, el post-partido de Catalunya Radio, y para dormir, nuestra grabación del Aleluya cantado por la coral de la iglesia de Rubaga: es muy relajante. Nos reservamos el audio para la edición del vídeo tras el eclipse, en el afortunado caso que un claro entre las nubes nos permita disfrutar de una esplendida corona solar y de un espectacular anillo de diamantes.

KAMPALA, domingo 27

Ya con internet funcionando y con todas los equipos –para la retransmisión desde Gulu del eclipse total de Sol del domingo 3 de noviembre– comprobados, decidimos tomarnos el día libre. Y cuál mejor opción que acudir al Ndere Centre para presenciar un completo espectáculo de cuatro horas de música y danza tradicional ugandesa, mientras se disfruta de una barbacoa de carne, muy típicas en la ciudad de Kampala, con su característico olor a brasas por todas partes.

Como nota anecdótica de la velada, la presencia del Arzobispo Lwanga, con su séquito ocupando casi la mitad del aforo. El espectáculo entrañable: de verdad te llega, te consigue transportar a su cultura y te contagia de ritmo y alegría. Ya llevamos un ingrediente más en nuestra maleta: la música africana. El sonido de varios ngombi –instrumento de cuerda muy utilizado en países centroafricanos– sonando en armonía es sinónimo de paz. Mañana la pondremos para levantarnos.

KAMPALA, lunes 28

Hoy es un día abarrotado de objetivos. Por la mañana, realizamos una conexión en directo desde Kampala.

El feedback proporcionado por nuestro compañero Xavier de Cabo desde el instituto Sant Andreu de Barcelona es muy satisfactorio: la conexión ha sido un éxito. A continuación procedemos a las grabaciones, con guión en mano, para la próxima producción de dos cápsulas audiovisuales: "Plano secuencia en 'boda' hacia el centro de Kampala", donde mostramos por que se necesitan nervios de acero para subirse a una de estas moto-taxi, y "Kampala vs Kampala, de la calle a los clubes privados", donde comparamos la vida en el Mercado Nakasero del centro de Kampala, un potente estampa de población con pocos recursos aglutinada, comida con buen aspecto, aunque presentada desde el suelo, y un contenedor central de residuos orgánicos a rebosar, con la Kampala residencial, más elegante, tranquila y adinerada, con jardines preciosos, y donde una lujosa comida que tan sólo cuesta 25 € por persona es servida por una camarera bien formada que nos reporta cobrar unos 100 € al mes.

La vuelta en taxi al hostal es tremenda, el tránsito está colapsado y nos desviamos por los barrios más marginales de la ciudad para atajar. Una hora para recorrer 5 km.

Descansemos, que mañana partimos hacia Gulu: 340 km por una carretera sin asfaltar que anota un gran número de accidentes de tráfico, el verdadero peligro en Uganda.

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