La Generalitat restringe el espacio para chiringuitos en las playas

Chiringuitos, hamacas, duchas, patines de alquiler, atracciones hinchables y otras actividades que ocupen las playas catalanas, aunque sea de forma efímera o de temporada, deberán cumplir unos requisitos de tamaño máximo y separación entre ellas para unificar los criterios municipales y evitar un uso excesivo de la arena. Según una normativa impulsada por el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, en las playas consideradas naturales no se podrá superar el 10% de ocupación, mientras que en las urbanas se acepta un máximo del 50%.

Para que ello sea posible, Territori ha elaborado el primer catálogo de las playas catalanas en función de su grado actual de urbanización, un criterio que se ha basado en la existencia de diques, construcciones o paseos marítimos, entre otros factores. En total, el litoral catalán mide 714 kilómetros, de los que un 36% son playas en cualquier grado de conservación, mientras que el resto son tramos de acantilados sin playa o de infraestructuras.

De acuerdo con los datos del catálogo, en Catalunya hay 560 playas o bien 596 tramos -algunas playas están dividididas en dos por la presencia de un islote de rocas, por ejemplo-, de los que 336 son urbanos (57%) y 260 son naturales (43%). El exhaustivo trabajo de delimitación se ha desarrollado en colaboración con todos los municipios implicados.

Girona no solo es el territorio con más playas inventariadas, con un total de 271, sino que concentra el 54% de las consideradas naturales y el 38% de las urbanas. En Barcelona dominan las urbanas (109), muy por encima de las naturales (33).

El catálogo del Departament de Territori aporta una ficha para cada uno de los tramos, incluyendo una fotografía. Los datos se pueden consultar en el visor del Servei de Gestió del Litoral.

PRESENTACIÓN EN BADALONA

El 'conseller' Josep Rull, acompañado del director general de Ordenació del Territori i Urbanisme, Agustí Serra, ha presentado el catálogo en un acto celebrado en el puerto de Badalona. También han estado presentes la alcaldesa de Badalona, Dolors Sabater, y los alcaldes de Deltebre y de Lloret, Lluís Soler y Jaume Dolsat, respectivamente. "Hoy tenemos una foto de partida que no es estática, sino un marco de referencia sobre el que articular la gestión [de las playas]", ha declarado Rull. 

La clasificación de las playas entre urbanas y naturales permite, además de incrementar el conocimiento sobre el litoral, "detallar con precisión los usos permitidos en cada tramo", ha resumido Agustí Serra. La Generalitat no es la titular del dominio litoral-marítimo, pero sí tiene traspasadas las competencias en gestión de usos. "Ahora tenemos información para decidir qué modelo del litoral queremos", ha añadido el director general.

DISTANCIAS ENTRE INSTALACIONES

"En los tramos naturales se restringen mucho las distancias; en cambio, se potencia la actividad económica en las playas urbanas", ha puesto como ejemplo Serra. Así, en las playas naturales, al margen de la limitación del 10% de terreno ocupado, los chiringuitos no pueden superar los 70 metros cuadrados, incluida la terraza, y deben mantener una distancia de separación entre ellos de 300 metros. En cambio, las instalaciones autorizadas en las playas urbanas pueden llegar a ocupar el 50% de su superficie, con una distancia de 100 metros entre establecimientos. Las dimensiones máximas de los chiringuitos son de 120 metros cuadrados, terraza incluida. "En caso de que el tramo de playa esté dentro de un espacio natural protegido o bien se considere que tiene algún valor ambiental relevante, la autorización de una instalación requiere un informe ambiental previo", destaca la 'conselleria'.

Durante este 2016 se han tramitado ya un total de 733 solitudes para actividades efímeras o de temporada. Además de las citadas anteriormente, se incluyen también la celebración de bodas, acontecimientos deportivos, filmación de películas y anuncios o lanzamiento de fuegos artificiales.