EN EL GARRAF

La térmica de Cubelles se esfumará en cuatro años

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Antonio Madridejos / Cubelles

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Las 16 hectáreas que desde 1975 ocupa la central térmica de Cubelles (Garraf), incluido el edificio de producción, más todos los anexos, los almacenes, la singular chimenea y las oficinas, recuperarán en cuatro años el aspecto que tenían antes de que la planta se empezara a construir.

"No se verá nada", comenta Juan Ramón Obón, responsable en Catalunya de las centrales térmicas de Endesa, la empresa propietaria, al explicar los planes de desmantelamiento. Muy cerca, una gran grúa trabaja con estruendo desmontando los elementos de una fachada mientras los restos son remojados para evitar que se forme polvo. 

La chimenea, punto de orientación para los visitantes de Cubelles, inconfundible símbolo de la localidad, será uno de los primeros elementos en ser demolidos. La estructura, que tiene una altura de 170 metros, superior a los 154 metros del Hotel Arts y la Torre Mapfre de Barcelona, se desmontará por partes de arriba abajo en una compleja operación que requerirá incluso la ayuda de helicópteros. "Se empezará por el desmontaje interior y calculamos que la parte exterior ya habrá desaparecido por completo dentro de ocho meses", dice Obón.

No hay planes de futuro para los terrenos. El ayuntamiento quiere que se reserven para uso residencial y comercial

Debido al mal estado en que se encuentra la chimenea, en buena parte por el constante contacto con el salitre, se ha decidido que no vale la pena mantenerla como elemento del patrimonio industrial, dice el responsable de Endesa. "Tendría además unos gastos de mantenimiento que alguien debería asumir", añade. 

La instalación termoeléctrica de Foix, que es su nombre oficial, bajó su rendimiento a partir del año 2007 -su uso quedó restringido para puntas de demanda- y dejó de operar en agosto del 2010. Su cierre definitivo se anunció en junio del 2015. Endesa consideró que no valía la pena mantener la central debido a su menor eficiencia y la apuesta por las energías renovables, dice Obón. En sus últimos años, la planta funcionaba con gas -antes había sido de fuel-, pero con unos rendimientos muy inferiores a los de las modernas instalaciones de ciclo combinado. 

Remediación del suelo

La última fase de desmantelamiento, en 2020-2021, incluirá los trabajos de descontaminación de los suelos "si fuera necesario", insiste Obón. Para ello se harán diversas catas para ver en qué estado se encuentran. Según explica, nunca hubo una actividad que generara una afectación continua y el único problema podría proceder de algún vertido ocasional de gasóleo o de fuel en el terreno. "Todo lo dejaremos como lo encontramos", añade.

De hecho, el responsable de Endesa considera que el único problema de posible contaminación procede del peligroso amianto, empleado profusamente en décadas pasadas como aislante de tuberías. Para su retirada se están empleando una especie de burbujas que evitan que las fibras se dispersen y salgan al exterior.

El desmantelamiento incluirá asimismo la retirada de la tubería, actualmente soterrada bajo un parque cercano a la playa,  que captaba el agua de mar necesaria para los sistema de refrigeración. También está previsto retirar el espigón que hay junto al mar, en unos terrenos municipales, "aunque deberá acordarse con Costas del ministerio y de la Generalitat", insiste Obón. Solo se salvarán los árboles.

El día de mañana

El destino de los terrenos, que se encuentran en un privilegiado espacio a 400 metros de la playa, es una incógnita. "En principio no hay ningún proyecto a corto ni medio plazo", reconoce Obón. Eso sí, a tenor de los comentarios de Endesa, parece descartada la construcción de una nueva térmica más moderna porque "el sistema eléctrico español está saturado". No hay planes ni siquiera para una central de energías renovables.

Los deseos del ayuntamiento pasan por reservar una parte de los terrenos -que serían urbanizables una vez acabe el desmantelamiento- a zona comercial y otra a viviendas, según la alcaldesa de Cubelles, Rosa M. Fonoll. "Tenemos muchas propuestas, pero lógicamente esto es un terreno propiedad de una empresa", asume. Endesa, por su parte, se muestra dispuesta a llegar a una solución satisfactoria para ambas partes.